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jueves, 30 de junio de 2016

Capítulos 33, 34 y 35

Capítulo 33

-Vale rubia, ya me estás explicando por qué mi mejor amigo está semicomatoso, en tu cama y desnudo.
-¡Intentó violarme!- grita ella con tono infantil.
-¿Sabes dónde estamos? Si has cobrado por ello no ha sido un intento de violación precisamente, princesa.- replico con acritud. No me cae bien esa chica.
-Vale, vale, alto el fuego. Dejemos que ese pobre chico se recupere y se vista. Salgamos afuera y que mi hermana nos explique todo lo sucedido- Flair adopta un actitud conciliadora que no convence a nadie.
A pesar del recelo que esos dos despiertan en Ishtral y en mí, les hacemos caso y dejamos a Jake solo en la habitación para que se ponga algo encima. Necesito respuestas.
-¿Quién eres tú?- le pregunto a la joven rubia sin ningún tipo de rodeos.
-Soy Neldrey. Su hermana- dice mirando a Flair-. Soy prostituta de profesión y actriz de corazón, encantada. -Su tono aniñado y cantarín me descoloca. ¿Cómo puede pasar de un llanto desolador a esa total despreocupación? No la entiendo.
-Vale Neldrey, cuéntanos qué te ha pasado con Jake- continúa Ishtral consciente de mi estupefacción.
-Bueno, pues a veces, a algunos hombres les gusta yacer antes de que empiece su jornada así que me puse a trabajar. Vi a ese chico, Jake, me ofrecí y él se mostró bastante interesado. No obstante, recordé que había quedado con mi hermano y le dije a vuestro amigo que acabáramos esta noche. Eso le molestó, me cogió del cuello y me lanzó contra la cama. Su aliento olía a alcohol y me asusté. Se acercó a mí con esa mirada y... ¡Qué susto! Me vi obligada a darle un buen golpe con un jarrón. Quería violarme.
-No me creo una palabra. Jake apenas prueba el alcohol y jamás forzaría a una mujer.- afirmo bastante molesta.
-Entonces quizás no conozcas tan bien como crees a tu amigo, querida.- esta vez Neldrey deja de lado su deje infantil y me contesta con frialdad. Una parte de mí quiere estrangularla. Nos miramos desafiantes y en ese momento sale Jake de la habitación. Todos fijamos nuestras miradas en él.
No recuerda nada. Sabe que salió a hablar con los aldeanos, vio a Neldrey y se fijó en sus cabellos de oro, sus grandes ojos verdes y su esbelto porte. Es consciente de que se sentó con ella en un pequeño bar a hablar y... y ahí se acaban sus recuerdos. La verdad, me resulta sospechoso pero todos decidimos dejar las cosas así puesto que Neldrey afirma que sucedió tal y como ella lo relata y Jake no recuerda casi nada.

Pasamos el resto del día con aquellos extraños hermanos. Flair es cortés, educado y agradable. Neldrey es... especial. Es alocada, infantil y caprichosa. Pero tiene unos momentos de gran brillantez y perspicacia. Jake parece ido. No actúa como siempre y no deja de seguir con la mirada el sinuoso movimiento de caderas de Neldrey al andar. Me molesta que se comporte así con una chica que lo ha acusado de intento de violación esa misma mañana. Es asqueroso y decepcionante. Flair decide llevarnos a la calle principal de Dasian, no hay mucho que ver y las calles están bastante vacías pero es mejor que quedarse en la ruinosa posada en la que nos hospedamos.
-¿Te molesta que a Jake, pese a todo, le agrade la compañía de Neldrey?- me pregunta Ishtral al oído.
-¿Por qué debería de molestarme que ese imbécil parezca aún más imbécil?
-Lyx, no sé si lo que te molesta es su actitud o que puede que haya estado con otra mujer.
-Jake no ha estado con ella.
-¿Cómo estás tan segura?
-Porque lo conozco.
-Pues por lo visto Neldrey también ha conocido a Jake bastante a fondo...
Lanzo una mirada furiosa a Ishtral, no me gusta esta conversación y simplemente acelero el paso dejándolo atrás. Me late el cuello y hoy parece que todo me molesta.

En ese momento...

Cuando Jake, Ishtral y Lyx están ocupados, Flair toma a su hermana de la mano y bajan la voz.
-¿Lo drogaste?
-Fue tan fácil como darle caramelos a un niño pequeño. Es más, mientras estaba perdido en sus ensoñaciones comentó algo sobre que está enamorado de esa chica, Lyx, y que cree que ella siente algo por el otro, el guapo... Blood creo que se llama.
-Vaya... interesante, pero, ¿no comentó nada más?
-No, nada... pero tranquilo hermano, sé perfectamente como hacer que un hombre hable hasta quedarse sin saliva.
Neldrey sonríe de una forma tan seductora como terrorífica mientras mira a Jake de reojo.

Capítulo 34

Shadow llega a un pequeño pueblo llamado Dasian al anochecer. Tiene el presentimiento de que aquí va a encontrar a Rothian, el sargento Blood y al resto de esa ridícula compañía. Está seguro de que ha sido capaz de cruzar el bosque en mucho menos tiempo de lo que tardaron ellos. Él ha estado años entrenando. La princesa y su particular escolta, no.
Se desliza por entre los callejones oscuros, sorteando botellas de cerveza y de vino rancio tiradas en el pavimento. Su corazón late con fuerza y una sonrisa afilada como el cristal roto aflora a su rostro. Puede olerlo en el aire. Ese tipo, el sargento Blood, está en ese pueblo, lo presiente.
Por ahora tiene claro lo que va a hacer: cuando los encuentre va a seguirlos hasta saber todo acerca de ellos y de sus planes. Cuando llegue el momento, va a coger a la princesa Rothian y llevarla ante su madre. Los demás, como la Reina dijo, son prescindibles.

Capítulo 35

Cae la noche en Dasian. Me doy una breve ducha en mi habitación. Me visto y, por si acaso, escondo un pequeño puñal entre mis ropas. Sigo sin confiar en Neldrey. Esa noche vamos a cenar con aquellos extraños hermanos, no es precisamente lo que yo llamo diversión, pero necesitamos conocer el país en el que nos acabamos de adentrar y, aunque parezca mentira, un comerciante de vinos y una prostituta pueden decirte más cosas útiles sobre cualquier lugar que un ricachón de cara empolvada y anillos en los dedos.
Aún con el pelo húmedo, salgo de mi alcoba y toco la puerta de mis amigos. Ishtral me pide que lo espere abajo, que le quedan unos minutos. Hago caso y bajo las escaleras.
Cuando oigo un crujido de madera a mi espalda me giro y veo a Flair.
-Hola, Lyx. Cada momento que pasa estás más preciosa.
-Lo que tú digas. ¿Dónde está tu hermana? ¿La pura y santa Neldrey?
-Qué dulce eres, Lyx. Respondiendo a tu pregunta, he de admitir que no sé donde está. Ya se nos unirá luego. Y no te enfades con ella, lo de antes ha sido solo un juego de críos. A veces mi hermanita puede ser un tanto infantil. Solo se comporta así cuando le interesa alguien.
-Entonces, ¿eso significa que está interesada en Jake?
-Puede ser- dice sonriendo mostrando unos dientes perfectos enmarcados por una boca grande de labios carnosos.
Me fijo en él detenidamente por primera vez, el abundante pelo color oscuro se arremolina alrededor de su cara. Los ojos color miel y la nariz recta y perfecta. Una boca preciosa. Demasiado perfecto para mi gusto.
-Perdón por la tardanza- Ishtral baja enfundado, como siempre, en una capa que esconde sus ojos de metal y su pelo rojo.
-¿Y Jake? ¿No está contigo?- pregunto.
-No, Neldrey vino a buscarlo hace rato. Se fue con ella. ¿Algún problema, Lyx?
-Ninguno en absoluto. Vamos a cenar.

Los tres entramos en un pequeño bar situado en lo que podría ser la calle más concurrida de Dasian. Una cortina raída cubre la entrada a modo de puerta. Las mesas de madera están desordenadas. Unas demasiado juntas y otras prácticamente aisladas. Veo a varios hombres golpear la barra con jarras de cerveza, emitiendo sonidos guturales que parecen asemejarse al habla humana.
Hay una ventana rota en cuyo alféizar está germinando un planta extraña, junto a ella, hay una mesa en la que está comiendo un hombre envuelto por una enorme capa. Está solo y, sinceramente, es bastante siniestro. Nos sentamos en la mesa menos sucia, y miro hacia la cocina, desde donde sale un olor que no consigo asociar a ningún alimento que haya comido antes. Se acerca un hombre gordo, con la nariz sumamente ancha. No puedo evitar pensar en un cerdo al verlo. Llevaba puesta una camisa de un color sin determinar y manchada de grasa.
-¿Qué vais a querer?- pregunta secamente.
-De momento tres platos de estofado, puede que se nos unan dos amigos luego- comenta Flair.
Como respuesta solo obtenemos un gruñido. Se va para volver al minuto con tres jarras de cerveza.
-El estofado no tardará mucho- dice nuestro “amable” posadero.

Le pregunto a Flair sobre él. Como ya sabemos, nos dice que es comerciante de vinos, que ha venido a este pueblo perdido para recoger a su hermana y, ahora que puede permitirse vivir bien, sacarla de las calles. Van a vivir a La Capital.
Intento preguntarle algunas cosas acerca de Pryon sin que se note demasiado mi profundo odio hacia la casa real que envió la muerte personificada a mi hogar, asesinando a mi hermano.
Ishtral se mantiene en silencio, me deja hablar y sostiene mi mano por debajo de la mesa. Sabe que nuestra conversación podría alterarme. Tiene razón, estoy haciendo un gran esfuerzo para que los susurros que oigo en mi cabeza no se adueñen de mi voluntad.
Flair de repente apoya su mentón en la mano y sonríe.
-¿Tenéis pensado confesarme algún día que sois aralios o...?
Ishtral se pone en tensión y yo me llevo la mano al puñal. Flair rompe en carcajadas.
-Oh vamos, tranquilos, no todos los pryoranos os odiamos, ¿sabéis?- dice bajando la voz-. Si os soy sincero a quien yo odio es a este putrefacto país que se nutre de la vida de sus ciudadanos por culpa de un monarca egocéntrico que jamás piensa en sus actos.
Flair pone un rictus amargo en su cara mientras pronuncia esas palabras. No lo conozco desde hace mucho, pero en ningún momento lo había visto ponerse tan serio, y eso que su hermanita supuestamente había matado a Jake esa misma mañana...
-¿Y bien?- sigue Flair recuperando su tono jovial-. ¿Vais a decirme qué hacéis aquí o tengo que seguir deduciendo cosas por mi cuenta?
Ishtral y yo nos relajamos un poco pero no hablamos.
-Bueno, me va a tocar jugar a los detectives.
-¿Cómo te has dado cuenta de que venimos de Arala?- digo en un susurro.
-¡Vaya! Por fin empezáis a hablar.
-Contesta, Flair- le corta Ishtral firmemente.
-Para empezar, Blood, la capa tapa tu pelo pero no tus ojos. Es como ver dos bolas de oro. Y Lyx, tú eres demasiado... aralia.
-¿A qué te refieres?
-A que eres demasiado altiva y orgullosa. Irónica y sagaz. Aquí en Pryon, aunque haya gente como tú, jamás dejan ver esos rasgos de puertas para afuera. Todos en Pryon fingen obediencia ciega y sumisión al Rey. Nadie habla. Nadie actúa. Todos somos básicamente juguetes vacíos que hemos aprendido a seguir un patrón dado por años de opresión y terror. ¿Has visto a alguien llevar ropas que no sean de colores neutros?, no, ¿verdad? La libertad de expresión es un lujo que los pryoranos no nos podemos permitir. Vosotros tenéis demasiado valor, aún nadie os ha cortado las alas como a nosotros. Por eso, para un buen observador como yo, es obvio el hecho de que sois extranjeros y, teniendo en cuenta los ojos de Blood... no cabía duda, sois aralios.

Voy a seguir hablando cuando entran Jake y Neldrey cogidos de la mano. Mi amigo parece relajado a su lado. Es la primera vez que lo veo tranquilo desde hace meses. Ambos se sientan a nuestro lado justo cuando nos traen los estofados. Neldrey pide dos más, para ellos, y pregunta: ¿qué nos hemos perdido?

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