Capítulo 36
-¿Qué nos hemos perdido?
-Oh pues mira hermanita, les
estaba comentando lo que hablamos anoche tú y yo.
-Ah, ¿lo de que se nota que
son aralios?- ante ésto Jake escupe la cerveza que estaba a punto de
tragar. Ya era hora de que se sobresaltara un poquito, lleva un día
demasiado tranquilo.
-Sí, pero baja la voz.-
susurra Flair.
Jake gira la cabeza hacia mí
con los ojos desorbitados. No comprendía como esos dos se habían
dado cuenta tan rápido de nuestro origen. Lo miro fijamente
intentando tranquilizarlo. Es lo que tiene habernos criado juntos,
una sola mirada de uno basta para saber qué quiere el otro.
-A ver, solo quiero que
sepáis que no vamos a delataros y, aunque me encantaría saber por
qué habéis decidido bajar al infierno, sé que no confiáis en
nosotros tanto como para decirlo. Al menos por el momento. Por eso,
tranquilizaos y comamos. ¿Hay algo que queráis saber acerca de
Pryon?
“Cómo matar a tu Rey y al
arquero” pienso. Aunque claro está, me muerdo la lengua y me lleno
la boca de estofado. Está asqueroso. Como todo en este maldito país.
-De momento, con lo que nos
has contado es suficiente- dice Ishtral.
-Pero no os preocupéis por
nada, mi hermano y yo cuidaremos de vosotros en el camino puesto que
vamos al mismo sitio. No dejaremos que nadie más os reconozca.-
afirma Neldrey con su usual tono despreocupado.
Miro con reproche a Jake que me
aparta la mirada. ¿Cómo ha podido revelarle a esa chica hacia dónde
vamos?
-Agradecemos vuestra ayuda,
pero, ¿por qué arriesgarse a viajar con unos aralios?
-Porque odiamos al Rey tanto
o más que vosotros.- me asombra la frialdad impresa en la voz de
Neldrey.
-¿A qué te refieres?-
pregunta Jake dulcemente.
-A que la vida del grandioso
monarca gira en torno a cierto miembro que le cuelga entre las
piernas. Se ha acostado con la mayoría de las mujeres de La Capital
y si éstas se resisten, más divertido le parece. Nuestra madre fue
una de ésas que se resistieron. Ahora no somos más que bastardos de
un hombre al que odiamos. Además, cuando el Rey se percata de la
gran “familia” que tiene, hace una “purga”, que es como él
llama al asesinato de decenas de niños. Nosotros sobrevivimos
gracias a nuestra madre aunque ésta lo pagó con su vida- la
confesión de Neldrey nos deja sin palabras y Flair baja la mirada,
totalmente inexpresiva.
El posadero trae los dos platos
de comida que hacían falta y comemos en silencio. Sin mirarnos
apenas unos a otros. Flair es el que primero acaba y se levanta. Alza
el lado derecho de su capa y saca un pequeño instrumento parecido a
una guitarra en miniatura.
-¿Qué haces?- pregunto.
-No me gusta el silencio. Lo
mejor para acabar con él es la música.
De repente, se sube sobre una
mesa vacía llamando la atención de todo el mundo. Y comienza a
rasgar las cuerdas de ese extraño instrumento. Cuando entona la
primera nota de esa canción, todo mi cuerpo se relaja. Su voz,
rasgada y grave, profunda y embriagadora, llena la sala. Jamás había
oído a nadie cantar así. Por un momento pienso que podría
enamorarme de Flair si nunca dejase de cantar.
En ese momento, junto a la
ventana
Shadow, envuelto en una enorme
capa más oscura que la noche, los observa sentado en la mesa más
alejada a la del sargento Blood, junto a la ventana, empañándola
con su aliento. Baja la cabeza hacia su plato cuando Ishtral alza la
vista. Ya los tiene. El único problema es que no está la princesa,
que es su principal objetivo. “No importa, pronto aparecerá, no va
a estar alejada de sus amigos por mucho tiempo” piensa para sí
mismo. Ahora, lo que debe hacer es seguirlos a donde vayan como si
fuera su sombra.
Capítulo 37
A la mañana siguiente,
recogemos nuestras cosas mientras Jake paga al anciano que nunca cesa
de toser. Así, a primera hora de la mañana, Flair, Neldrey, Jake,
Ishtral y yo nos encaminamos hacia La Capital. De lo que ninguno de
nosotros es consciente es que una sexta sombra sigue nuestros pasos
muy de cerca.
Ishtral y Flair miran el mapa
que nos dio Kitz, el camino más rápido para llegar a nuestro
destino, y el que dijimos a Rothian que seguiríamos, es a través de
un espeso e inmenso bosque, tras él, hay una montaña y al otro lado
se encuentra la ciudad. Me estremezco al pensar en el Bosque Muerto y
espero que ésta otra masa forestal no sea tan peligrosa como la que
hemos dejado atrás.
La marcha la encabezan Flair y
Neldrey. De momento no se ve ningún bosque, supongo que para ello
debemos caminar algo más. Al principio, cada uno va hablando de
cualquier trivialidad que se nos ocurre para amenizar el viaje.
Entonces, Flair se gira con algo en la mano, ese objeto libera un
leve destello.
-¡Lyx aparta!- Ishtral me
empuja y caigo junto a un árbol sin saber qué acababa de pasar.
Miro el lugar en el que estaba antes de caer y veo una pequeña daga
clavada en la tierra. Jake viene a ver cómo estoy y el sargento se
coloca delante de nosotros con su arma preparada.
-¡Buenos reflejos Blood!-
apunta alegremente Neldrey.
-¿Qué pretendías hacer?-
dice con odio Ishtral, ignorando a la joven rubia.
-Solo quería ver cuál de
vosotros es el más hábil en una pelea. Por si nos vemos envueltos
en alguna. Tranquilo, no iba a hacerle daño a Lyx, lancé el puñal
desviado. Únicamente tiré hacia ella porque supuse que alguno de
vosotros intentaría salvarla.
-Supones demasiado- añade
Jake.
-Y siempre bien. - dice
sonriendo.
Jake me ayuda a levantarme. No
digo nada porque mis ojos brillan anaranjados. Me late el cuello tan
fuerte que creo que las venas me van a estallar.
-Bueno, al menos, con este
pequeño experimento me he dado cuenta que el más ágil y capaz es
Blood. Me gustaría ahora...
No oigo nada de lo que dicen,
mis oídos están llenos por las carcajadas alocadas de la araña que
nunca me deja. Es como si mis músculos y huesos fueran a derretirse.
Dejo de ser consciente de lo que hago. Me libero de los brazos de
Jake y, en un pestañeo, me sitúo delante de Ishtral, daga en mano,
y la lanzo hacia Flair. Un hilo de sangre mana de su cuello. Todos
están atónitos, yo la primera, ante mi inexplicable velocidad y
puntería. Si un destello de conciencia no hubiera asomado a mi mente
en el último segundo, Flair tendría el cuchillo clavado en la
garganta.
-Vaya hermanito, casi te
ensarta. Nunca debes enfadar a Lyx, ¿sabes?- ni siquiera en este
momento Neldrey se pone nerviosa.
Flair roza con el índice su
cuello herido y lame la sangre.
-Vale, Blood es el hábil en
combate, imagino que Jake cuenta con su agilidad y fuerza bruta y
Lyx... Tú tienes unas cualidades muy interesantes- dice el chico
mientras presiona su herida y me mira fijamente a los ojos.
Poco a poco, normalizo mis
latidos, el naranja de mi mirar se va apagando y las heridas negras
se hacen más pequeñas. Me alejo de ellos dejando a Jake
petrificado. Ishtral me mira de hito en hito. “Maté a mi hermana”
las palabras que Kitz me dijo taladran mi mente, seguramente lo hizo
en un acceso de ira como el que yo acababa de vivir. ¿Y si les hago
algo a ellos? No me lo perdonaría. Ya cargo con el peso de la muerte
de mi madre a mis espaldas, no quiero más cadáveres. El problema es
que sé perfectamente (aunque ojalá no fuera así) que una parte de
mí ha disfrutado sabiéndome tan poderosa. Creo que es ese placer
que he sentido lo que me hace aún más peligrosa.
Cuando creo que ya me he alejado
lo suficiente de ellos, unas lágrimas furtivas comienzan a escaparse
de mis ojos. Tengo miedo de mí misma.
-Mi dulce niña, ¿estás
asustada?
Levanto la cabeza con los ojos
muy abiertos y veo una enorme telaraña y a su dueña balanceándose
sobre ella.
-Tú... ¿Qué me has hecho?
-Qué impertinente que es
esta juventud. Ni siquiera me has preguntado cómo estoy.
-No estás aquí. No
existes.- intento convencerme a mí misma y cierro los ojos en un
acto pueril creyendo que, al abrirlos,todo habrá sido un sueño.
-Si no existo... ¿ésto te
dolería tanto?- susurra tras de mí la vieja araña y clava una de
sus patas en las heridas de mi clavícula y cuello. Un grito
ensordecedor huye de mi garganta, destrozándola. No reconozco mi
propia voz. Caigo derrotada al suelo, temblando y bañada en sudor
frío. Mi peor pesadilla desaparece dejando tras ella solo el eco de
su risa espectral.
Lo último que veo antes de
desmayarme son los ojos de oro de Ishtral alzando mi estertóreo
cuerpo.
Capítulo 38
Me despierto en un claro,
¿cuándo habíamos entrado en el bosque? Me duele todo el cuerpo y
la cabeza me da vueltas. Me levanto y vacío mi cuerpo a base de
arcadas incontrolables. Neldrey viene corriendo hacia mí.
-No me toques.
La aparto y, tras limpiarme la
comisura de la boca con la manga, me siento frente a ella. Neldrey
esboza una sonrisa arrebatadora y toma asiento cerca de mí.
-Vaya vaya, eres toda una
caja de sorpresas, ¿eh?
-Olvídame.
-Es casi imposible, por poco
le abres a mi hermano un agujero nuevo. Eso no es muy amable de tu
parte, ¿sabes?
-En mi defensa diré que él
me atacó antes.
-No iba a matarte.
-Yo tampoco quería matarlo.
-Mientes.
-¿Por qué crees eso?
-Porque sonreías mientras
lanzabas la daga. Porque en los ojos prendidos en llamas se te veía
disfrutar. Parecías una loca, Lyx. En ese momento no eras tú.
-Tú no sabes quién soy para
decir eso.
-Sé que, excepto esos
momentos dignos de una psicópata, no eres una asesina. Jake siempre
me habla de lo buena que eres con él y con vuestros huérfanos.
La sola mención de esos niños
hace que se me estruje el corazón, o lo que queda de él. Lo poco
que aún no se ha comido la bestia que crece en mí.
-¿Qué te propones con
Jake?- pregunto cambiando de tema.
-¿Te importa?
-Sí, es mi mejor amigo.
-¿Solo eso? Porque para él
no eres únicamente una amiga.
Me mantengo en silencio, ella se
reclina en la hierba y, mirando al cielo estrellado, sigue hablando.
-Tu amigo me gusta.
Tranquila, no voy a volver a intentar matarle como el día que os
conocí.
-Por tu propio bien, más te
vale.- ella me mira, divertida, ante mi tono amenazador.
Poco después de eso llegan
Flair y Jake con madera. Ishtral trae en las manos un par de liebres
que ha cazado. Por lo visto, no vamos a cenar mal.
-¿Qué tal estás?- me
pregunta Jake dulcemente mientras acaricia mi mejilla. Su solo roce
hace que me calme.
-Mucho mejor, gracias.
-Menudo susto nos has dado,
cuando Blood te trajo en brazos no parabas de temblar y tenías los
ojos casi en blanco, sumida en un ataque de pánico. Es como si
hubieras visto una aparición.- dice Flair y me fijo en que tiene el
cuello vendado. No obstante, no voy a disculparme. Su estúpida
prueba para ver cuáles eran nuestras habilidades en batalla había
causado todo lo demás.
Busco la mirada de Ishtral, que
me rehuye. Se mantiene en un mutismo premeditado mientras prepara la
cena. Quiere que sepa que algo no va bien y que va a exigirme
respuestas. En el Bosque Muerto pude disuadirle de dejar a un lado
mis heridas. No sé si seré capaz de volver a hacerlo.
Neldrey se sienta muy cerca de
Jake, aunque éste, de momento, sigue teniendo más interés es mí.
Creo que es la primera vez que me alegro de que mi amigo esté
enamorado de mí. Neldrey no es la adecuada para él.
Cenamos tranquilos, el ambiente
es pacífico y sosegado. Irónicamente esa paz me resulta
perturbadora. El sargento es el que menos habla durante la cena y no
deja que nuestras miradas se crucen ni una sola vez. Al acabar de
comer, Neldrey le pide a su hermano que entone una canción. Éste no
se hace de rogar. Lo único que me hace olvidar el dolor de perder a
mi hermano y a mí misma en una cruzada casi suicida es la voz
angelical de Flair. Es simplemente maravilloso.
Cuando acaba, dice que se va a
dormir, que está agotado.
-Lyx, quiero hablar contigo a
solas.- Me sorprende oír la voz de Ishtral dirigiéndose a mí. No
lo había hecho durante horas.
-De acuerdo.- digo
dócilmente.
Jake hace el amago de ir tras
nosotros mientras nos ve alejarnos en silencio pero el cuerpo de
Neldrey se lo impide.
-Ah no, tú eres mío. Si te
vas tras ella me pondré celosa. Vamos a hablar también tú y yo...
A solas.- las dos últimas palabras son un simple susurro en la noche
mientras su vestido se desliza hasta sus pies dejando a la vista de
Jake su cuerpo joven y perfecto.
Ishtral, frente a mí, se para
en seco, se gira y aprisiona mi muñeca derecha bajándome la blusa
hasta ver las heridas.
-Lo sabía, no se han curado.
Es más, diría que han crecido. ¿Vaya arañazo más especial te
hiciste al caerte del tejado no?
Sabía que me iba a interrogar
sobre eso.
-Ishtral, ya hablamos de eso.
No es nada.
-¿Ah no? Pues la Lyx que
conocí era ágil y veloz, pero no más rápida que un simple
pestañeo. La Lyx que conocí no lanzaba puñales como si de dardos
se tratasen... ni caía al suelo presa de un ataque de pánico. ¿Qué
te está ocurriendo?- la preocupación se nota en su voz. Tengo ganas
de llorar y él lo nota. Suspira y me atrae hacia sí dándome un
abrazo.
-Solo quiero saber cómo
ayudarte Lyx. No te encierres en ti misma ni finjas ser más fuerte
de lo que eres.
Eso me molesta. Odio que crean
conocerme tan bien como para juzgarme. Me deshago bruscamente de sus
brazos y lo miro con gesto amenazador.
-Mira, “sargento Blood”.
Seré todo lo fuerte que necesite ser y ni tú ni nadie tiene derecho
a juzgarme. No tengo por qué contarte qué me sucede ni qué me hace
comportarme así. Además, precisamente tú, no eres el más indicado
para hablar de encerrarse en uno mismo. ¿Tengo que recordarte que ni
siquiera eres capaz de dejar que otros, aparte de mí, te llamen
“Ishtral”?
-Lyx, baja el cuchillo.
¿Qué? ¿cuándo había cogido
el cuchillo? ¿por qué estaba apuntándole con él?
Alzo los ojos llorosos y tras
él, veo a una anciana demasiado familiar ya. “Es cuestión de
tiempo que lo mates, mi pequeña Lyx”. Eso es lo que la vieja
susurra en mi mente. Caigo de rodillas, sin energía y verdaderamente
asustada.
¿De verdad sería capaz de
matar a Ishtral? Éste se acerca lentamente a mí.
-¡No!, ¡No te acerques! No
quiero hacerte daño... por favor.- hace años que no suplico.
-No vas a hacerme daño.
Esa es la única respuesta de
Ishtral antes de dejarme llorar como una niña pequeña en su hombro.
Cuando me calmo, vuelve a preguntarme qué me está sucediendo. Se lo
cuento todo. Así, al menos me aseguro de que si vuelvo a ceder ante
la locura, él sabrá qué me pasa y se pondrá a sí mismo y al
resto a salvo.
-Entonces, haremos lo que
dijo Kitz. Vas a aprender a controlar tus nuevos “poderes”.
Quizás así no pierdas el control tan fácilmente.
-¿Cómo?
-Te enseñaré a luchar.
-¿Seguro? Va a ser como
darle una antorcha a un pirómano.
Él se rió y simplemente dijo:
“confío en ti”.
Capítulo 39
Cuando Ishtral y yo volvemos al
claro del bosque en el que estamos acampando por esta noche veo a
Neldrey sentada, semidesnuda, sobre el regazo de Jake. No me digas
que están... Ishtral se ríe sin apartar la mirada. Sí, es
exactamente lo que parece. Jake, sudando, abre un momento los ojos y
ve al sargento observando con una expresión un tanto cómica y a mí,
azorada, girada para no ver el espectáculo.
-¡Lyx!- Mi amigo se levanta,
tirando a Neldrey al suelo.
-Anda, tápate.- Dice Ishtral
tendiéndole una chaqueta que estaba en el suelo.
-Jake, no eres malo pero así
no se acaba. Tú habrás llegado pero yo no. Eres un egoísta.-
Neldrey, como siempre, ajena a cualquier preocupación.
Flair, que estaba durmiendo, se
despierta y se acerca; solo se le ocurre silbar y decir: “vaya
hermanita, qué eficaz eres”. Parece una reunión de locos. Me
alejo de ellos, el ambiente está demasiado cargado. Jake, aún a
medio vestir, viene corriendo detrás de mí.
-¡Lyx! ¡Espera! Quiero
hablar contigo.
-¿De qué? ¿de tu repentino
amor por esa...? ¿cómo decirlo? Ah sí, prostituta Jake, es una
prostituta. No creas que te quiere precisamente por tu gran corazón.
-Es gracioso- dice más
seriamente.
-¿El qué?
-Siempre me dices que me
rinda contigo, que no me quieres y, sin embargo, estás celosa.
-¿Todavía no te ha subido
la sangre al cerebro?
-Estoy perfectamente lúcido
Lyx. Y si no estás celosa, ¿por qué te molesta con quién me
acuesto?
-Porque eres mi mejor amigo y
esa chica no es de fiar. No confío en sus motivaciones. Dice que te
quiere y te conoció hace dos días, no me hagas reír.
Nadie se enamora tan rápido.
-Bueno, tú te quedaste
“prendada” de ese bobo real diez minutos después de conocerlo.
-¿Y ahora por qué metes al
sargento Blood? Él no tiene nada que ver en ésto. Estamos hablando
de ti y de esa chica.
-Se llama Neldrey. ¿Y sabes,
Lyx? Rápido o no, ella ha llegado a sentir algo por mí y lo tiene
claro. No como tú. Ya estoy harto de correr tras de ti y nunca
alcanzarte. Ella ha sido la que ha hecho que abra los ojos. Ahora es
tu turno de aclararte.
-¡Jake, cariño!- de la nada
sale Neldrey y se abraza a mi amigo.
-¿Qué haces tú aquí?
-No quiero dejarte solo con
ella. Es un poquito inestable. No te lo tomes a mal Lyx, solo me
preocupo por mi Jake.
Levanto la cabeza y aunque
sonrío con mi boca, mis ojos maldicen a esa chica.
-No te preocupes. Ya te dejo
a solas con “tu Jake”.- enfatizo especialmente las dos últimas
palabras y, mientras me alejo y vuelvo hacia donde están los demás,
oigo a Jake discutir en voz baja con Neldrey. Parece que a mi amigo
no le ha sentado muy bien que nos interrumpiera.
Cuando regreso me siento al lado
de Ishtral. “¿estás bien?” me pregunta. “Ojalá lo supiera”
pienso. No estoy celosa de Neldrey, sé que no siento nada romántico
por Jake por mucho que éste se empeñe en que tengo dudas. Es solo
que esa chica es muy extraña, no sé describirlo, es como si, en el
fondo, supiera que si todas nuestras vidas dependiesen de ella,
Neldrey simplemente se iría, sonriendo y saltando como siempre, en
la dirección opuesta, dejándonos morir.
Flair se ha quedado dormido como
si nada le preocupase. Yo, por mi parte, estoy agotada. Poco a poco,
al calor del fuego, me voy quedando dormida apoyada en el hombro de
Ishtral mientras la pareja vuelve y se acomoda junto a la fogata.
Quedan apenas un par de horas para que salga el sol y tengamos que
continuar nuestro camino.
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