Noches
sin luna.
Como capas negras ondeando en la nada.
Como caballeros tenebrosos perdidos entre la bruma.
Estrellas borradas.
Son libros sin título ni autor.
Son lágrimas cansadas de llorar.
El viento barriendo mi alma,
trayendo susurros de tierras lejanas.
La brisa jugando a ser diosa.
Bailando entre mis cabellos que se doblegan como juncos en el río.
Y la quietud.
La calma que precede a la tormenta.
El silencio abrumador.
La perfecta desolación.
Noches sin luna, corazones sin dueño.
¿Es acaso la soledad un deseado frenesí?
¿Una efervescente felicidad que burbujea bajo la piel?
Quizá sólo sea un burdo sueño, una extraña fantasía engendrada por un escritor frustrado.
Quizá sea tan complejo como un ángel infernal.
Quizá sea tan simple como una margarita mustia, lánguida y triste...
Noches sin luna.
Como capas negras ondeando en la nada.
Como caballeros tenebrosos perdidos entre la bruma.
Como capas negras ondeando en la nada.
Como caballeros tenebrosos perdidos entre la bruma.
Estrellas borradas.
Son libros sin título ni autor.
Son lágrimas cansadas de llorar.
El viento barriendo mi alma,
trayendo susurros de tierras lejanas.
La brisa jugando a ser diosa.
Bailando entre mis cabellos que se doblegan como juncos en el río.
Y la quietud.
La calma que precede a la tormenta.
El silencio abrumador.
La perfecta desolación.
Noches sin luna, corazones sin dueño.
¿Es acaso la soledad un deseado frenesí?
¿Una efervescente felicidad que burbujea bajo la piel?
Quizá sólo sea un burdo sueño, una extraña fantasía engendrada por un escritor frustrado.
Quizá sea tan complejo como un ángel infernal.
Quizá sea tan simple como una margarita mustia, lánguida y triste...
Noches sin luna.
Como capas negras ondeando en la nada.
Como caballeros tenebrosos perdidos entre la bruma.