Capítulo 33
-Vale rubia, ya me estás
explicando por qué mi mejor amigo está semicomatoso, en tu cama y
desnudo.
-¡Intentó violarme!- grita
ella con tono infantil.
-¿Sabes dónde estamos? Si
has cobrado por ello no ha sido un intento de violación
precisamente, princesa.- replico con acritud. No me cae bien esa
chica.
-Vale, vale, alto el fuego.
Dejemos que ese pobre chico se recupere y se vista. Salgamos afuera y
que mi hermana nos explique todo lo sucedido- Flair adopta un actitud
conciliadora que no convence a nadie.
A pesar del recelo que esos dos
despiertan en Ishtral y en mí, les hacemos caso y dejamos a Jake
solo en la habitación para que se ponga algo encima. Necesito
respuestas.
-¿Quién eres tú?- le
pregunto a la joven rubia sin ningún tipo de rodeos.
-Soy Neldrey. Su hermana-
dice mirando a Flair-. Soy prostituta de profesión y actriz de
corazón, encantada. -Su tono aniñado y cantarín me descoloca.
¿Cómo puede pasar de un llanto desolador a esa total
despreocupación? No la entiendo.
-Vale Neldrey, cuéntanos qué
te ha pasado con Jake- continúa Ishtral consciente de mi
estupefacción.
-Bueno, pues a veces, a
algunos hombres les gusta yacer antes de que empiece su jornada así
que me puse a trabajar. Vi a ese chico, Jake, me ofrecí y él se
mostró bastante interesado. No obstante, recordé que había quedado
con mi hermano y le dije a vuestro amigo que acabáramos esta noche.
Eso le molestó, me cogió del cuello y me lanzó contra la cama. Su
aliento olía a alcohol y me asusté. Se acercó a mí con esa mirada
y... ¡Qué susto! Me vi obligada a darle un buen golpe con un
jarrón. Quería violarme.
-No me creo una palabra. Jake
apenas prueba el alcohol y jamás forzaría a una mujer.- afirmo
bastante molesta.
-Entonces quizás no conozcas
tan bien como crees a tu amigo, querida.- esta vez Neldrey deja de
lado su deje infantil y me contesta con frialdad. Una parte de mí
quiere estrangularla. Nos miramos desafiantes y en ese momento sale
Jake de la habitación. Todos fijamos nuestras miradas en él.
No recuerda nada. Sabe que salió
a hablar con los aldeanos, vio a Neldrey y se fijó en sus cabellos
de oro, sus grandes ojos verdes y su esbelto porte. Es consciente de
que se sentó con ella en un pequeño bar a hablar y... y ahí se
acaban sus recuerdos. La verdad, me resulta sospechoso pero todos
decidimos dejar las cosas así puesto que Neldrey afirma que sucedió
tal y como ella lo relata y Jake no recuerda casi nada.
Pasamos el resto del día con
aquellos extraños hermanos. Flair es cortés, educado y agradable.
Neldrey es... especial. Es alocada, infantil y caprichosa. Pero tiene
unos momentos de gran brillantez y perspicacia. Jake parece ido. No
actúa como siempre y no deja de seguir con la mirada el sinuoso
movimiento de caderas de Neldrey al andar. Me molesta que se comporte
así con una chica que lo ha acusado de intento de violación esa
misma mañana. Es asqueroso y decepcionante. Flair decide llevarnos a
la calle principal de Dasian, no hay mucho que ver y las calles están
bastante vacías pero es mejor que quedarse en la ruinosa posada en
la que nos hospedamos.
-¿Te molesta que a Jake,
pese a todo, le agrade la compañía de Neldrey?- me pregunta Ishtral
al oído.
-¿Por qué debería de
molestarme que ese imbécil parezca aún más imbécil?
-Lyx, no sé si lo que te
molesta es su actitud o que puede que haya estado con otra mujer.
-Jake no ha estado con ella.
-¿Cómo estás tan segura?
-Porque lo conozco.
-Pues por lo visto Neldrey
también ha conocido a Jake bastante a fondo...
Lanzo una mirada furiosa a
Ishtral, no me gusta esta conversación y simplemente acelero el paso
dejándolo atrás. Me late el cuello y hoy parece que todo me
molesta.
En ese momento...
Cuando Jake, Ishtral y Lyx están
ocupados, Flair toma a su hermana de la mano y bajan la voz.
-¿Lo drogaste?
-Fue tan fácil como darle
caramelos a un niño pequeño. Es más, mientras estaba perdido en
sus ensoñaciones comentó algo sobre que está enamorado de esa
chica, Lyx, y que cree que ella siente algo por el otro, el guapo...
Blood creo que se llama.
-Vaya... interesante, pero,
¿no comentó nada más?
-No, nada... pero tranquilo
hermano, sé perfectamente como hacer que un hombre hable hasta
quedarse sin saliva.
Neldrey sonríe de una forma tan
seductora como terrorífica mientras mira a Jake de reojo.
Capítulo 34
Shadow llega a un pequeño
pueblo llamado Dasian al anochecer. Tiene el presentimiento de que
aquí va a encontrar a Rothian, el sargento Blood y al resto de esa
ridícula compañía. Está seguro de que ha sido capaz de cruzar el
bosque en mucho menos tiempo de lo que tardaron ellos. Él ha estado
años entrenando. La princesa y su particular escolta, no.
Se desliza por entre los
callejones oscuros, sorteando botellas de cerveza y de vino rancio
tiradas en el pavimento. Su corazón late con fuerza y una sonrisa
afilada como el cristal roto aflora a su rostro. Puede olerlo en el
aire. Ese tipo, el sargento Blood, está en ese pueblo, lo presiente.
Por ahora tiene claro lo que va
a hacer: cuando los encuentre va a seguirlos hasta saber todo acerca
de ellos y de sus planes. Cuando llegue el momento, va a coger a la
princesa Rothian y llevarla ante su madre. Los demás, como la Reina
dijo, son prescindibles.
Capítulo 35
Cae la noche en Dasian. Me doy
una breve ducha en mi habitación. Me visto y, por si acaso, escondo
un pequeño puñal entre mis ropas. Sigo sin confiar en Neldrey. Esa
noche vamos a cenar con aquellos extraños hermanos, no es
precisamente lo que yo llamo diversión, pero necesitamos conocer el
país en el que nos acabamos de adentrar y, aunque parezca mentira,
un comerciante de vinos y una prostituta pueden decirte más cosas
útiles sobre cualquier lugar que un ricachón de cara empolvada y
anillos en los dedos.
Aún con el pelo húmedo, salgo
de mi alcoba y toco la puerta de mis amigos. Ishtral me pide que lo
espere abajo, que le quedan unos minutos. Hago caso y bajo las
escaleras.
Cuando oigo un crujido de madera
a mi espalda me giro y veo a Flair.
-Hola, Lyx. Cada momento que
pasa estás más preciosa.
-Lo que tú digas. ¿Dónde
está tu hermana? ¿La pura y santa Neldrey?
-Qué dulce eres, Lyx.
Respondiendo a tu pregunta, he de admitir que no sé donde está. Ya
se nos unirá luego. Y no te enfades con ella, lo de antes ha sido
solo un juego de críos. A veces mi hermanita puede ser un tanto
infantil. Solo se comporta así cuando le interesa alguien.
-Entonces, ¿eso significa
que está interesada en Jake?
-Puede ser- dice sonriendo
mostrando unos dientes perfectos enmarcados por una boca grande de
labios carnosos.
Me fijo en él detenidamente por
primera vez, el abundante pelo color oscuro se arremolina alrededor
de su cara. Los ojos color miel y la nariz recta y perfecta. Una boca
preciosa. Demasiado perfecto para mi gusto.
-Perdón por la tardanza-
Ishtral baja enfundado, como siempre, en una capa que esconde sus
ojos de metal y su pelo rojo.
-¿Y Jake? ¿No está
contigo?- pregunto.
-No, Neldrey vino a buscarlo
hace rato. Se fue con ella. ¿Algún problema, Lyx?
-Ninguno en absoluto. Vamos a
cenar.
Los tres entramos en un pequeño
bar situado en lo que podría ser la calle más concurrida de Dasian.
Una cortina raída cubre la entrada a modo de puerta. Las mesas de
madera están desordenadas. Unas demasiado juntas y otras
prácticamente aisladas. Veo a varios hombres golpear la barra con
jarras de cerveza, emitiendo sonidos guturales que parecen asemejarse
al habla humana.
Hay una ventana rota en cuyo
alféizar está germinando un planta extraña, junto a ella, hay una
mesa en la que está comiendo un hombre envuelto por una enorme capa.
Está solo y, sinceramente, es bastante siniestro. Nos sentamos en la
mesa menos sucia, y miro hacia la cocina, desde donde sale un olor
que no consigo asociar a ningún alimento que haya comido antes. Se
acerca un hombre gordo, con la nariz sumamente ancha. No puedo evitar
pensar en un cerdo al verlo. Llevaba puesta una camisa de un color
sin determinar y manchada de grasa.
-¿Qué vais a querer?-
pregunta secamente.
-De momento tres platos de
estofado, puede que se nos unan dos amigos luego- comenta Flair.
Como respuesta solo obtenemos un
gruñido. Se va para volver al minuto con tres jarras de cerveza.
-El estofado no tardará
mucho- dice nuestro “amable” posadero.
Le pregunto a Flair sobre él.
Como ya sabemos, nos dice que es comerciante de vinos, que ha venido
a este pueblo perdido para recoger a su hermana y, ahora que puede
permitirse vivir bien, sacarla de las calles. Van a vivir a La
Capital.
Intento preguntarle algunas
cosas acerca de Pryon sin que se note demasiado mi profundo odio
hacia la casa real que envió la muerte personificada a mi hogar,
asesinando a mi hermano.
Ishtral se mantiene en silencio,
me deja hablar y sostiene mi mano por debajo de la mesa. Sabe que
nuestra conversación podría alterarme. Tiene razón, estoy haciendo
un gran esfuerzo para que los susurros que oigo en mi cabeza no se
adueñen de mi voluntad.
Flair de repente apoya su mentón
en la mano y sonríe.
-¿Tenéis pensado confesarme
algún día que sois aralios o...?
Ishtral se pone en tensión y yo
me llevo la mano al puñal. Flair rompe en carcajadas.
-Oh vamos, tranquilos, no
todos los pryoranos os odiamos, ¿sabéis?- dice bajando la voz-. Si
os soy sincero a quien yo odio es a este putrefacto país que se
nutre de la vida de sus ciudadanos por culpa de un monarca
egocéntrico que jamás piensa en sus actos.
Flair pone un rictus amargo en
su cara mientras pronuncia esas palabras. No lo conozco desde hace
mucho, pero en ningún momento lo había visto ponerse tan serio, y
eso que su hermanita supuestamente había matado a Jake esa misma
mañana...
-¿Y bien?- sigue Flair
recuperando su tono jovial-. ¿Vais a decirme qué hacéis aquí o
tengo que seguir deduciendo cosas por mi cuenta?
Ishtral y yo nos relajamos un
poco pero no hablamos.
-Bueno, me va a tocar jugar a
los detectives.
-¿Cómo te has dado cuenta
de que venimos de Arala?- digo en un susurro.
-¡Vaya! Por fin empezáis a
hablar.
-Contesta, Flair- le corta
Ishtral firmemente.
-Para empezar, Blood, la capa
tapa tu pelo pero no tus ojos. Es como ver dos bolas de oro. Y Lyx,
tú eres demasiado... aralia.
-¿A qué te refieres?
-A que eres demasiado altiva
y orgullosa. Irónica y sagaz. Aquí en Pryon, aunque haya gente como
tú, jamás dejan ver esos rasgos de puertas para afuera. Todos en
Pryon fingen obediencia ciega y sumisión al Rey. Nadie habla. Nadie
actúa. Todos somos básicamente juguetes vacíos que hemos aprendido
a seguir un patrón dado por años de opresión y terror. ¿Has visto
a alguien llevar ropas que no sean de colores neutros?, no, ¿verdad?
La libertad de expresión es un lujo que los pryoranos no nos podemos
permitir. Vosotros tenéis demasiado valor, aún nadie os ha cortado
las alas como a nosotros. Por eso, para un buen observador como yo,
es obvio el hecho de que sois extranjeros y, teniendo en cuenta los
ojos de Blood... no cabía duda, sois aralios.
Voy a seguir hablando cuando
entran Jake y Neldrey cogidos de la mano. Mi amigo parece relajado a
su lado. Es la primera vez que lo veo tranquilo desde hace meses.
Ambos se sientan a nuestro lado justo cuando nos traen los estofados.
Neldrey pide dos más, para ellos, y pregunta: ¿qué nos hemos
perdido?