Y
sin pensarlo pienso en él.
Porque
sin quererlo le quiero y me pierdo en mis ensoñaciones.
Su
voz chilla en mi cabeza y sus pupilas me persiguen en cada mirada con
la que me cruzo.
Sus
manos recorren mi piel sin tocarla.
Sus
labios muerden los míos sin acercarse.
Y
lo odio.
Y
me odio por quererle.
Y
detesto aún más su juego de sombras.
Su
sí pero no.
sus
medias sonrisas y medios llantos.
Sus
trucos de magia por la noche y sus imposibles escapadas por la mañana
temprano.
Y
quiero olvidarle.
Borrar
de mi mente el tono de su voz, sus palabras dulces.
Recomponer
mi vida deshilachada entre sus dedos.
Eliminar
las horas que perdí adormecida por su perfume.
Recuperar
el orgullo que le regale aquella noche.
Ahora
el vaho del café rompe mis pensamientos.
Alzo
el mentón sola pero rodeada de gente.
Porque
cuando más quiero olvidarle es cuando más le recuerdo.
Porque
sin quererlo le quiero y sin pensarlo le pienso.