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lunes, 27 de junio de 2016

Capítulos 30, 31 y 32

Capítulo 30

Ya es más de medianoche cuando comienzo a oír el rumor lejano de gente, de bullicio y de vida. Señal inequívoca de que estamos muy cerca de Dasian.
Nos miramos unos a otros y veo algo en los ojos de mis amigos que hacía días que no veía: ilusión. Se sabían más cerca de nuestra meta y habían salido bastante ilesos de un bosque lleno de ratas desquiciadas y plantas asesinas. Para mí, ésto es un incentivo para seguir adelante; además tengo muy presente en todo momento lo que me dijo Kitz: he de controlar lo que me ocurre, es demasiado peligroso y a la vez demasiado embriagador...

Nos agazapamos junto a unos matorrales y vemos el ambiente deprimente de Dasian: casas sucias, manchadas de barro y basura. Borrachos durmiendo en plena calle siendo saqueados por niños aún muy jóvenes para robar. Prostitutas maquilladas como si fueran muñecas patéticas acercándose como aves de presa al primer hombre que ven. La atmósfera es asfixiante y gris, sin luz ni color. Es horrible.
Nos enfundamos en nuestras capas para disimular nuestro aspecto aralio y caminamos decididos por el pueblo.
-Hola guapo, ¿quieres hablar en un sitio más tranquilo?- le dice una mujer rubia a Ishtral mientras le acerca la mano a la entrepierna.
-No, gracias- contesta él un tanto sobresaltado por la ligereza de movimientos de aquella mujer.
-Pues vaya desperdicio, cielo.
-Vaya, vaya... que éxito tienes sargento.
El comentario lleno de sorna de Jake me hace reír haciendo que Ishtral dirija una mirada fría como el hielo a mi amigo.
-Mejor tener éxito con prostitutas que con ratas, ¿no piensas lo mismo Jake?
-Oye tú...
-No empecéis por favor. Estoy agotada, sucia y dolorida. Dadme un respiro- imploro.
Ambos resoplan y se callan. Sí, se odian, pero al menos no intenta arrancarse los ojos como pasó en casa de Kitz, algo es algo.
-Lyx, mira, esa posada no parece demasiado cara, podríamos dormir allí un par de noches y aprovechar ese tiempo para hablar con los habitantes de este pueblo y saber algo más acerca del Rey y su política de terror- sugiere Ishtral.
-De acuerdo, vayamos a preguntar.
Nos paramos en la entrada del edificio señalado por el sargento Blood.
La puerta debió de ser hace años de color azul, hoy es de un color indescriptible. La fachada está a punto de venirse abajo; las ventanas, sucias y unas letras con el nombre de la posada están descolgadas suponiendo un peligro público... Lo peor es que parece ser la más lujosa de los alrededores.
Entramos en fila, Ishtral el último pues su pelo y ojos podían delatarnos. Me acerco a recepción y me atiende un anciano de barba negruzca y ojos cansados. Se le ve sumamente mayor y nunca para de toser. Siento una inmensa pena por aquel hombrecillo débil y enfermo. Pido dos habitaciones y digo que estaremos por aquí dos noches.
Subimos por unas escaleras de madera que crujen a cada paso, como quejándose de la edad que tienen, acorde a la del dueño. Una vez situados junto a las puertas de las habitaciones, una frente a la otra, les digo a mis amigos que van a tener que dormir juntos. No tenemos mucho dinero para alquilar tres habitaciones. Al principio Jake se queja e Ishtral se limita a mirarlo con desdén. Tras una breve discusión ambos aceptan y entran en su alcoba dándose codazos.
En cierto modo esa reacción infantil me recuerda a las peleas que tenía con Pete. Al recordar a mi hermano una oleada de dolor e ira me revuelve las tripas y la herida abierta de mi cuello palpita. Siento calor y frío. Me clavo las uñas para volver en mí y, a tropezones, entro en mi habitación para dejarme caer en la cama, dominada por espasmos. Supongo que a ésto se refería Kitz, mi cuerpo está cambiando. Lo noto. En una esquina de la habitación me parece ver el abismo oscuro de los ojos de la araña que nunca me deja. El dolor se calma y me quedo dormida.
En el piso de arriba un joven de cabellos arremolinados y negros como el carbón está sentado junto a la ventana, fumando hasta difuminar su rostro con el humo. Sabe quienes son los nuevos inquilinos. Flair abre la ventana y deja caer la colilla. Cada uno de sus movimientos está siendo observado por una chica que le sonríe y a la que él hace una señal cómplice.
Cuando éste cierra la ventana, la joven vuelve a su trabajo, desatando su corpiño ante un hombre que no conoce, del cual solo le importa el dinero que le dará cuando acabe la noche.

Capítulo 31

En casa de Kitz

-¿Cómo se siente, princesa Rothian?- pregunta Kitz.
-Dolorida. Desfigurada. Inútil. Patética.- contesta con amargura.
Kitz sonríe y su mirada se oscurece mientras le cambia las vendas. El hecho de que la princesa decidiera quedarse no fue solo para recuperarse. De todos sus compañeros, Rothian es la débil, a la que hay que salvar, por la que hay que preocuparse. La propuesta de Kitz fue lo que ella necesitaba: si te quedas, te convertiré en alguien mucho más fuerte. No obstante, nada es gratis. Hay que pagar un precio por lo que deseamos y la princesa está dispuesta a conseguir su objetivo, cueste lo que cueste.
El cambio para ella ha comenzado. Al principio lloró, pues estaba borrando cualquier rastro de quien era antes, pero la situación requiere a alguien mucho más capaz y sabe que puede convertirse en ese alguien.
Lentamente y entre gritos de dolor ahogados, va despegando de su piel supurante las tiras de vendas, de manera que ahora solo está cubierta por ese raro mejunje que Kitz le untaba en los apósitos antes de colocárselos.
Sabe lo que viene ahora, solo queda esperar.
Mientras, Kitz se encierra en una sala con un gran horno; está trabajando una pieza de oro, dándole forma, haciendo una obra de arte. Está fabricando algo que permita a la nueva Rothian controlar su nuevo poder...

Mientras tanto, Shadow

Shadow, como una sombra en la noche, atraviesa el bosque sin problemas. Para alguien tan hábil como él unas pocas lianas no han sido más que un juego de niños, el calentamiento. Está emocionado, la cacería ha comenzado y aúlla a la luna ansioso por encontrarse cara a cara con su presa. Se hunde en el barro pero no se detiene, tiene magulladuras por todo el cuerpo causadas por ratas que han pagado cara su osadía y moratones hechos por la presión de plantas carnívoras que no van a volver a probar carne nunca más.
Cada obstáculo en su camino es un incentivo para ir más rápido. Por algo es el mejor espía de Su Majestad, nunca la ha decepcionado y no va a hacerlo ahora.

Capítulo 32

Me despierto con el sonido de unos nudillos en mi puerta. Es cierto que había dormido, pero no había descansado. Mi sueño ha estado plagado de pesadillas sobre arañas gigantescas, grotescos cadáveres y una versión de mí, con los ojos encendidos en llamas y bañada en sangre... supongo que eso es en lo que voy a convertirme si no aprendo a manejar estos accesos de ira que últimamente me azotan. El sonido de un puño en mi puerta me trae de vuelta al mundo real, me levanto de la cama y abro; es Ishtral.
-Buenos días, Lyx. ¿Qué tal?
-He estado mejor, dejémoslo ahí- me callo por un segundo buscando a mi amigo-. ¿Dónde está Jake? Ishtral espero que no lo hayas asesinado mientras dormía.
-Mentiría si te dijera que no lo pensé, pero estaba demasiado cansado para pensar en una coartada así que decidí dejarlo para otra ocasión. No está aquí porque cuando se despertó dijo que quería serte más útil y se fue a hablar con los aldeanos. Es como un cachorrito bien entrenado- dice sonriendo irónicamente.
-No seas cruel- aunque no resulto muy creíble puesto que el comentario de Ishtral me había hecho reír.
-Vamos a comer algo y pensamos en nuestro siguiente paso con el estómago lleno. Me muero de hambre, creo que si no como algo ya, sería capaz de... de comerte a ti- dice mirándome de reojo y con su media sonrisa.
-Ya... pues mejor te comes una manzana y a mí me dejas en paz.
Ishtral entra en su cuarto para coger algunas piezas de oro para pagar el desayuno y su capa para ocultar sus llamativos rasgos. En ese momento, me giro y me choco con el cuerpo de un hombre provocando que ambos caigamos escaleras abajo.
-¡Oh lo siento mucho! Iba con prisa y no me di cuenta de que estabas en medio. ¿te encuentras bien? ¿te has hecho daño?- dice el desconocido.
-No te preocupes, tiene la cabeza bastante dura.
-Blood, de verdad, cállate. Y en cuanto a ti, tranquilo, peores golpes me he llevado. Estoy bien, además, tú también te has caído, ¿cómo estás?
-Creo que sobreviviré- dice sonriendo-. Mi nombre es Flair, ¿y vosotros?
-Yo soy Lyx y él es Blood.- no puedo referirme a Ishtral por este nombre puesto que solo yo le llamo así ni tampoco puedo llamarlo “sargento”, nombrarlo es cada vez más difícil...
-Encantado, y disculpa de nuevo. Para recompensarte, os invito a los dos a un buen desayuno.
-¿No tenías prisa?- comenta Ishtral un tanto suspicaz.
-Ya llego tarde así que... No importa. ¿Vamos?
Flair nos invita a comer mientras nos habla de él, de lo que hace allí (por lo visto es un comerciante de vinos), de la gente de ese pueblo... Es una mañana casi normal y eso me parece bastante raro teniendo en cuenta nuestra situación.
Salimos los tres de la posada y de repente, una chica de una belleza extraordinaria, de cabellos de oro y ojos verdes, felinos, se echa llorando a los brazos de Flair.
-¡Hermano! Un hombre ha intentado violarme, lo he dejado inconsciente dándole un golpe con un jarrón... creo que lo he matado. ¿Qué hago?
Ishtral y yo vemos la situación como algo irreal, como un sueño. Ambos actúan de manera extraña, casi fingida. Nos acercamos al lugar donde supuestamente esa chica ha sido víctima de un intento de violación, la habitación de un prostíbulo. Con lágrimas en los ojos y dominada por unos temblores irrefrenables, la joven nos lleva a su alcoba y en la cama, desnudo, yace Jake.

El sargento Blood y yo nos quedamos momentáneamente petrificados y luego me abalanzo sobre el cuerpo de Jake. Estoy asustada, ella dice que cree que lo ha matado. Las lágrimas empiezan a abrirse paso por entre mis pestañas. Jake no puede estar muerto. No puede. No se lo permito. No puede haberme dejado así, sin más. Entonces, mi amigo, supuestamente muerto, levanta la cabeza y susurra: “Lyx, ¿qué pasa? ¿te ha hecho algo ése?”. Por “ése” se refiere a Ishtral. No sé si reír o llorar. No entiendo lo que pasa y odio no entender. Me giro hacia Flair y hacia la que por lo visto es su hermana. ¿Qué había pasado entre esos dos?

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