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lunes, 29 de agosto de 2016

Capítulos 90, 91, 92 y 93

Capítulo 90

Mientras Rothian y Flair están fuera, Neldrey vuelve con un cliente asignado. Un hombre de unos cincuenta años, asquerosamente rico y horriblemente odioso.
-Mi príncipe azul...- dice ella mostrando una ficha en la que aparece una foto y el nombre de su “cita”-. Siempre imaginé que tendría más pelo en la cabeza que en la espalda pero bueno, nadie es perfecto.
Sonrío sin poder evitarlo. Así es ella, incluso en momentos tensos sabe darle la vuelta a la situación y hacer un comentario sarcástico. A veces puede resultar incluso cruel y lo sabe, pero le encanta.
Al parecer, la madame ni siquiera le ha preguntado sobre su repentina “vuelta al trabajo”. Solo la ha mirado fijamente y, lanzando un suspiro de exasperación, le ha entregado los datos de un noble y le ha dicho que se verían en el hostal “Luna Negra”, en el segundo nivel de la ciudad, el estrato de la aristocracia.
Cuando llega la pareja formada por la princesa y el joven, Neldrey ya había conseguido unos trajes muy sugerentes para nosotras y una especie de pantalones demasiado ajustados en ciertas zonas para ellos. Está decidida a disfrazarnos bien.

A media tarde, cuando ya lo tenemos todo bien planeado, Flair sale con una sonrisa traviesa para volver al rato con una botella de licor de frutas.
-Lo he robado. Si vamos a arriesgarnos tanto esta noche, al menos quiero disfrutar de un brindis con mis amigos.
-No sé si beber alcohol antes de una misión tan importante...- responde Ishtral con su usual tono recto y serio.
-Oh vamos, Bobo Real, un poco de licor no nos va a hacer daño- le contesta Jake.
Yo río y rozo el hombro del sargento mientras asiento. Al fin, acepta y Flair sirve la bebida en nuestras copas. Cruza con Rothian una mirada cómplice que no entiendo muy bien.
-Solo... Solo quiero decir que ha sido un placer conoceros y que jamás os olvidaré pase lo que pase esta noche-dice Flair con una mirada triste en sus hermosos ojos oscuros.
-Oh, qué adorable, mi hermanito se ha puesto melodramático- añade la chica rubia.
Todos reímos en un extraño momento de felicidad. La calma antes de la tormenta, supongo.
Alzamos las copas y...
Ni se te ocurra beber, querida.”

Capítulo 91

El licor se escurre por mi barbilla en un movimiento involuntario de mi muñeca. No puedo controlar mi cuerpo y antes de que nadie se de cuenta me limpio los restos de la pegajosa bebida. Todos salvo yo han disfrutado del delicioso sabor y no puedo decir ni una sola palabra. Otra persona controla mi lengua, que se siente áspera, grande y extraña en mi boca.
Cierra tu preciosa boquita y déjame hablar a mí”.
¿Por qué? Pensé que por fin había aprendido a controlar a ese maldito arácnido que juega con mi mente. ¿Por qué se despierta ahora? ¿Qué pretende? No lo sé, pero no puedo recuperar el control. Mi conciencia se ve desplazada a una cárcel dentro de mi cerebro. Mi voz se acalla y otra yo emerge para usar mis huesos y mis músculos. Otra Lyx se esconde tras mis ojos y maneja mi cuerpo a su voluntad.
-¿Qué? ¿Os gusta el sabor? Creo que el licor de fruta es lo único que me gusta de esta ciudad.
La voz de Flair me hace alzar la barbilla y la otra Lyx dibuja una sonrisa arrogante mientras, con voz dulzona y grave, dice lentamente: “delicioso”.
Ishtral me mira y yo intento que descubra que no soy yo, que es la araña. Mi conciencia adormilada grita para recuperar mi cuerpo. Entonces, siento como mis labios se unen y desaparecen. Se me ha borrado la boca, ha desaparecido en mi cara. El sargento se encoge sutilmente de hombros y desvía la mirada.
Estúpido” pienso. Oigo a los demás hablar y cierro los ojos mientras otra versión de mí maneja mi cuerpo.
Cuando los abro, me veo a mí misma. Corrección: a la otra Lyx.
-Hola querida, ¿qué tal?- dice con mi voz aunque arrastrando las palabras de una forma casi seductora.
Ella chasquea sus largos dedos y mi boca vuelve a surgir en mi cara.
-Devuélveme mi cuerpo. ¿Qué quieres hacer conmigo?
-Salvarte, tontita.
-Oh claro, muchas gracias, había olvidado que poseerme, intentar matarme, utilizarme y hacer que me odie es tu forma de demostrar cariño.
Ella me mira y sonríe. Se acerca a mí, que no puedo mover mi cuerpo ni un milímetro, contoneando sus caderas.
-Parece que ya lo vas entendiendo. Por cierto, me encanta tu cuerpo. Ser una anciana tiene sus limitaciones, ¿sabes?
-Devuélvemelo. Es una orden.
Una risotada ensordecedora sale de su boca.
-¿Una orden? Qué niña más divertida. Mira, explicártelo ahora es una estupidez. Solo espera, dentro de unos minutos entenderás por qué he tomado el control.
-¿Qué voy a comprender?
-Que jamás debes confiar en nadie. Ni en tus amigos. Solo puedes confiar en mí.
-Vale, ahora sí que te has vuelto loca del todo.
-¿Eso crees? Esperemos media hora, querida.
Con un mohín elegante se gira alejándose de mí. Otra vez la boca se me hunde en la piel y quedo reducida al resto de una conciencia muda. Una espectadora inútil. Sin voz ni voto.

Capítulo 92

Todos han ido a ponerse las ropas que trajo Neldrey. Yo puedo ver lo que pasa a través de los ojos que “la otra” me ha robado.
Que comience el juego”. Su voz resuena en mí y veo como la impostora cierra los párpados y se tira al suelo.
¿¡Qué haces!?” pienso totalmente perdida.
Shhh es hora de que las niñas buenas se vayan a dormir”.
Es lo único que me contesta. Silencio. Silencio y una abrumadora oscuridad.
Lágrimas de frustración me queman las retinas. Entonces, siento como unas delicadas pero fuertes manos me alzan como si fuera un cadáver y me depositan en el suelo alfombrado. Siento cerca de mí a Ishtral, Jake y Neldrey. Lo sé sin siquiera abrir los ojos. Simplemente estoy segura de ello.
-¿Preparada?- la voz de Flair llega hasta mis oídos.
-Sí.
Es Rothian. ¿Qué ocurre?
-Flair, ¿solo están dormidos verdad?
-Claro, no te preocupes. Cuando despierten, tú y yo estaremos entrando al Castillo y Neldrey ya no tendrá tiempo para acudir a su “cita” con aquel cerdo adinerado. No tendrán más remedio que esperar.
-Vale...
-Rothian, mi amor, confía en mí.
-Eso hago. Venga, no perdamos más tiempo.
¿Qué significa lo que estoy oyendo? ¿Nos han drogado? ¿Por qué? Oh, ahora entiendo por qué esa araña no me dejó beber. El somnífero estaba en el licor.
Exacto, querida. ¿Lo entiendes? Tus amigos os han traicionado y yo te he protegido.”
Guardo silencio. Ahora mismo tengo ganas de abalanzarme contra Flair y de golpear a ambos hasta que me expliquen qué están tramando. La única razón por la que mantengo la compostura y no me muevo es porque “la otra” controla mi cuerpo.
Oigo cómo la puerta araña las alfombras al abrirse. Luego vuelvo a oírla cerrarse.
Bien, mi dulce niña, te devuelvo tu cuerpo. Sería una egoísta si jugara yo todo el rato. Ahora te toca a ti divertirte.”
De repente, todos mis músculos se relajan y siento la sangre fluir como una inmensa avalancha por mi cuerpo. He recuperado el control; no, es ella quien ha decidido devolvérmelo. No he de olvidar eso. Creía que la dominaba y no es así. Bien es cierto que necesito librarme de ella, pero ahora me ha salvado y de alguna extraña forma, sé que si necesito su poder me lo brindará. “Dioses... ¿Acaso he llegado al punto de confiar en mi peor enemigo?” pienso. La respuesta, por mucho que me aterrorice, no puede ser otra: sí.

Capítulo 93

Abro los ojos y me levanto con sigilo. Mis pasos no hacen ningún ruido gracias a las alfombras que tapizan el suelo de madera. Un débil halo de luz rojiza penetra por un agujero de la puerta. Respiro débilmente, como si me diera miedo. Me apoyo en la puerta y observo a través de esa oquedad. Flair y Rothian están quietos mirando fijamente a alguien.
-Vaya, vaya, vaya... Mis queridos huéspedes- La voz ronca de la madame suena calmada y sabia-, ¿no tenía Neldrey trabajo? Además cogió trajes para todos vosotros. Si no os dais prisa llegaréis tarde.
-Apártate de la puerta, madame.
Flair habla con un tono aterrador y levemente contaminado por un deje de impaciencia. Veo cómo Rothian mira al joven un tanto extrañada y luego gira su rostro enmascarado hacia la dueña del prostíbulo.
-Por favor, no puedo decirle nada, señora, pero le prometo que nuestros compañeros están bien. Están durmiendo plácidamente ahí dentro. Lo único que pretendemos es salvarlos a ellos, a usted, a todos...
Ella, sumamente calmada y fría como el hielo, camina hacia ellos con su anciano cuerpo encorsetado y apestando a colonia barata. Toma un puro de su mesa, lo enciende y al soltar una bocanada de humo rojo sangre, mira hacia la puerta tras la que me escondo. No, me mira a mí. Directamente a los ojos. Es como si me obligara a estar atenta.
-Permíteme que dude, jovencita. Soy ya demasiado mayor como para creerme todos los buenos propósitos de la juventud.
-Pero...
-No he acabado de hablar, chiquilla maleducada.- dice mirando de manera despiadada a la princesa.
-Lo repetiré por última vez, madame. Déjanos ir sin hacer preguntas. Es lo mejor para todos.
-¿Me amenazas, pequeño traidor?- ante la palabra “traidor”, Flair tensa los músculos del brazo y lo introduce dentro de su capa- Oh vamos, Flair, ya nos conocemos demasiado bien. He tratado con borrachos maltratadores, asesinos, violadores, ladrones y todo tipo de gente sin corazón. Jamás les temí. En cambio tú... Tú eres peor. Mientras tu hermana vendía su cuerpo, tú vendías tu alma.
-Silencio...- susurra Flair. Rothian se mantiene callada, sin saber qué decir.
-No eres más que un niño asustado que juega con unas marionetas cuyos hilos no sabes manejar.
-Cállate.
-Patético. Tu madre se avergonzaría. Ella nunca vendió a sus...
-¡FLAIR NO!
La voz de Rothian se pierde entre los gorjeos sanguinolentos de la madame. Tiene una flecha clavada en el estómago.
-Niño del demonio...

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