Capítulo 60
Todos nos reunimos de nuevo.
Jake y Neldrey traen gran cantidad de frutos: hay tres enormes óvalos
de color azul brillante, decenas de pequeñas bayas de formas y
tonalidades variadas. Algunas setas moradas, blancas y marrones y,
por último, ramilletes de unas flores de tallo grueso y pétalos
rojos como la sangre. Por increíble que parezca, todo es comestible
y delicioso. Flair trae tres aves negras ensartadas en sus flechas.
El último en llegar es Ishtral, aparece de entre la maleza con
nuestras cantimploras rebosantes de agua. Al menos, no moriremos de
hambre.
Comemos no muy rápido.
Disfrutando del sabor de todo aquello y de la mutua compañía. Todos
estamos felices de que Rothian vuelva a estar con nosotros, aunque no
sea igual a la que dejamos atrás y no me refiero solo a su físico.
Sus ojos, tras la máscara, se han vuelto más fríos que el hielo,
apagados y más oscuros. Solo se dulcifican un poco al hablar con
Flair. Aunque claro, yo no soy la más indicada para juzgar los
cambios de los demás. Me he convertido en mi peor pesadilla y, lo
que es peor, eso no me ha quitado las ganas de vengar a Pete. Si
tuviera en este mismo instante a aquel maldito arquero delante, estoy
segura de que lo mataría lentamente, torturando su cuerpo y alma...
aunque eso significara caer por completo al abismo y transformarme en
la muñeca podrida del arácnido que me persigue. Un destello
anaranjado recorre mis pupilas mientras mis labios se ensanchan en
una sonrisa morbosa.
Vuelvo a centrarme en mis
compañeros.
Neldrey le da consejos de
belleza a Rothian:
-No hace falta tener una cara
bonita para echar un buen...
-¡Neldrey!- corta la
princesa escandalizada. Sus modales exquisitos contrastan con la
frescura y falta de pudor de la rubia. Es realmente divertido verlas.
Rothian está un poco incómoda cuando Neldrey habla de sexo,
belleza, hombres. Por el contrario, la joven de cabellos de oro se
aburre mortalmente cuando mi amiga le habla sobre la caballerosidad,
un largo cortejo de un hombre hacia su enamorada, largas cartas de
amor y perfumes.
-Es mucho más fácil que
eso. ¿Cartas de amor? ¡vaya tontería! Es un mero formalismo
patético y aburrido. El preludio del sexo. Da igual un príncipe o
un posadero. Un noble o un vagabundo. Todos buscan lo mismo. Solo que
unos lo consiguen más rápido que otros. Además, si me preguntas a
mí, atendiendo a mi experiencia, te digo que he tenido entre las
piernas a jornaleros y a duques remilgados y puedo asegurar que ambos
usan igual su... “juguetito”.-declara Neldrey con una sonora
carcajada a la que pronto se une la de Rothian.
Flair debate con Ishtral del
tema: ¿armas de fuego o arco y flechas? Me agrada ver cómo el
sargento se revuelve ante los argumentos del otro hombre. Me quedo
embobada mirando sus ojos de oro. A veces tan cálidos, brillantes y
puros. Otras veces oscuros, turbios y marcados por el dolor. También
pienso en su media sonrisa sarcástica y la forma en la que me hace
enfadar. Aunque también es el único que sabe hacerme sentir libre
de esta maldición.
“La Lyx de la que estoy
enamorado es ésta que está mirándome como si no mereciera un ápice
de cariño. La que está aquí temblando de miedo y la que va a sacar
fuerzas de donde no le quedan para vencer a esa maldita araña.”
“La Lyx de la que estoy
enamorado...” vuelvo a repetir en mi mente.
Al recordar sus palabras, el
calor sube a mis mejillas. Aparto la vista y mi mirada se cruza con
la de Jake. Me observa en silencio. Desde pequeños es como si
existiera una conexión telepática entre nosotros.
-Es él, ¿verdad? Ya es hora
de que me rinda, ¿no, Lyx?-parece decirme con sus ojos color plata
rotos por el dolor. Asiento mientras dejo escapar una única lágrima.
Él me sonríe con tristeza. Siempre lo ha sabido, solo que nunca lo
había aceptado. Hasta hoy.
Capítulo 61
Reemprendemos la marcha. Flair
anuncia que, al ritmo que vamos, nos quedan unos cuatro días para
salir de este bosque eterno. Ante nuestras caras de alivio, la voz de
éste se torna grave para decirnos:
-No estéis tan contentos.
Este bosque es un paraíso comparado con la Montaña de los
Olvidados.
-¿Montaña de los Olvidados?
Vaya nombre... -añade Jake.
-No es un nombre muy poético
pero la describe a la perfección. Muy pocos son los que salen de los
túneles que la recorren. La mayoría de los que entran mueren allí.
Es un laberinto natural. Una trampa.
-¿Y es el único camino para
llegar a La Capital?- pregunta Rothian.
-No, podemos subir la Montaña
o rodearla. Los comerciantes (como yo), conocemos varias rutas
alternativas a esos túneles. Claro que un desvío así hará que nos
retrasemos casi un mes.
-¡¿Un mes!?- grito. No
puedo esperar un mes más sabiendo que el asesino de mi hermano está
libre, feliz y satisfecho, como una sanguijuela henchida de sangre.
Blood toca mi hombro.
-Iremos por los túneles.-
dice Ishtral con voz grave pero segura. Todos asentimos y Flair
sonríe.
-Suponía que diríais eso.
No sé quién está más loco, si vosotros por escoger una muerte
casi segura, o yo por guiaros a ella.
Siguiéndonos a una distancia
prudencial.
“Por fin. La princesa Rothian
al fin se ha unido a ellos. No pienso volver a perderlos. Me ha
costado más de lo que pensaba encontrarlos tras la emboscada de
esos chavales con dardos. Esta noche, cuando duerman, me llevaré a
la Princesa. El resto no importa. Que se pudran en Pryon,
especialmente ese arrogante sargento. Querido sargento Blood, se
acabó ser el mejor de los dos. No soporto ver cómo todos se
arremolinan a tu alrededor mientras yo siempre quedo envuelto por las
sombras. Siempre ha sido así, desde pequeños. Ya es hora de que sea
yo, por una vez, el que brille.” Piensa Shadow mientras lame sus
delgados labios con una lengua larga y blancuzca.
Capítulo 62
Continuamos nuestro camino en
fila, de dos en dos. Encabezando la marcha van Flair y Rothian. “Me
parece que a mi amiga le atrae de Flair algo más que su bonita voz”
pienso divertida. Veo al chico hacer aspavientos con las manos y
dibujar una de sus más encantadoras y atractivas sonrisas mientras
ella se ríe disimuladamente, contenida. Tras ellos, a unos cuantos
pasos de distancia va Neldrey agarrada al fuerte brazo de Jake. Al
final vamos Ishtral y yo. Vamos en silencio, pero no es incómodo. Es
agradable no hablar, no hacer nada y, aún así, sentirme
reconfortada por la proximidad de él. Entonces veo cómo Jake,
sutilmente, mira hacia atrás para cruzarse con mis ojos y los del
sargento. Ya no hay odio ni resentimiento en la mirada de mi amigo.
Ahora es limpia y clara aunque un poco triste.
-Ya ha aceptado que nunca
vais a ser más que simples amigos.-me dice Ishtral cuando Jake
vuelve a centrarse en la historia que Neldrey le está contando.
-Sí...
-No estés triste. Se le
pasará con el tiempo y, aunque siempre me he metido con él, admito
que es mucho más fuerte de lo que él mismo cree.
-Oh, ¿estoy oyendo al
grandioso Ishtral hacerle un cumplido a un simple mortal como Jake?
-No te pases o...
-¿O qué, valiente?
Me lanza una mirada provocativa
cargada de segundas intenciones y contesta:
-Mejor no me retes, creo que
disfrutaría demasiado...
Vuelvo a sentir calor subir y
bajar por mi cuerpo pero simplemente giro la cabeza balbuceando
palabras sin sentido.
Mientras tanto, Flair y
Rothian
-¿Sabes? en Pryon se decía
que la belleza de la princesa de Arala era irreal. Un auténtico
ángel.
-Habladurías. Además,
tampoco es que lo sienta demasiado. Únicamente he cambiado encanto
por fuerza. Seré una Reina. Puedo estar desfigurada pero necesitaré
el poder necesario para controlar mi país y no dejar que nada
perturbe su paz.
-Eres... increíble. Ésa es
la palabra. Tu fortaleza y ambición. Tu seguridad en ti misma y la
capacidad que tienes para tomar decisiones que odias por el bien de
los demás. Te admiro, mi querida princesa.
Bajo la máscara de oro, la piel
dañada de Rothian se tiñe de rojo y siente un escalofrío recorrer
su columna acompañado de una dulce sonrisa que Flair no puede ver.
-Bueno, tú también. Vas a
arriesgar tu vida y la de tu hermana por ayudarnos.
-Por ayudarte- dice
recalcando el “te”-. No sé, creo que quiero que consigas tus
objetivos. ¿Te parece extraño?
-Esto... yo... no sé.
Supongo que no es muy normal dado que apenas me conoces.-dice tímida.
-Eso no me importa. Quiero
protegerte. No te separes de mí en esos túneles, ¿vale?
Ese comentario inocente y
protector cala hasta el fondo en el corazón de la princesa. Aunque
asiente, para sí piensa: “No necesito que me proteja... pero
tampoco me desagrada la idea de estar con él...”
Por el contrario, contrastando
con la dulce y amable sonrisa de Flair, su mente es fría como un
témpano y dura como una roca:
“Patético. Cuatro palabras
bonitas y ya está enamorada. Tan fácil que aburre. Aunque, por el
bien de la misión, tendré que aguantar a este monstruo despellejado
hasta que lleguemos a La Capital. Una mujer ciega de amor es mucho
más fácil de manejar”.
Capítulo 63
Tras un largo día de travesía
atravesando mares de vegetación pegajosa que se nos adhiere a las
piernas haciendo que caigamos una y otra vez, decidimos parar al
abrigo de la luna. Vamos a empezar a comer cuando una especie de
neblina rosada comienza a cercarnos sin que nos demos cuenta.
Lentamente, como miles de culebras reptando, el círculo comienza a
estrecharse. Neldrey es la primera en darse cuenta, lanzando un grito
de estupefacción. En cuestión de segundos, nos vemos envueltos en
una burbuja de gas rosa. Jake comienza a toser mientras envuelve con
sus brazos la cabeza de Neldrey en un intento inútil de que la chica
no respire ese asfixiante aire. Nos juntamos todos para intentar
defendernos de aquello que se nos viene encima. Siento como esa bruma
se cuelga de mis cuerdas vocales, dejándome muda y con un sabor
vomitivo en la boca. Las fosas nasales me queman. Siento mi cuerpo
paralizarse presa de unos calambres bastante dolorosos. Jake cae al
suelo, siempre protegiendo la cara de la rubia, que dibuja con sus
labios un lamento que su garganta envenenada no puede reproducir.
Rothian empieza a golpearse la cara. No puede quitarse la máscara.
Esta extraña niebla ha adherido su piel, aún en proceso de
cicatrización, al oro que la recubre. Mi amiga debe de estar
sintiendo un dolor y escozor inhumano. Intento ir hacia ella pero un
relámpago de dolor estalla en mis órganos y siento mi corazón
reventar. Caigo al suelo prácticamente muerta, babeando y con los
ojos desorbitados. A mi alrededor, Flair e Ishtral intentan usar sus
armas sin éxito. Tienen los ojos rojos y llorosos. El sargento
tiene las manos agarrotadas en torno al gatillo de su arma y Flair es
incapaz de tensar el arco habiéndose cortado las manos con la punta
de una flecha tratando de defendernos. Todos, agónicos, estamos
indefensos ante el hombre que sale de entre la niebla protegido por
una máscara que le tapa la boca y nariz. Un brillo purpúreo
demasiado conocido para Ishtral le hace revolverse en el suelo y
soltar un bufido intentando encontrar la voz.
-Oh, querido sargento Blood,
veo que te acuerdas de mí.
Otro balbuceo incomprensible. Le
duele hablar y moverse pero veo un destello de furia en sus ojos. Me
fijo en el extraño. Pálido como la luna, enfundado en una capa
oscura, su pelo negro como el carbón va a juego con el púrpura de
sus ojos. Su figura parece frágil pero, a la vez, extremadamente
poderosa. Él en sí es como el cuadro de un paisaje nocturno, donde
reinan los tonos fríos y... las sombras.
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