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jueves, 11 de agosto de 2016

Capítulos 73, 74, 75 y 76

Capítulo 73

¿A salvo? ¿de qué? En estos túneles no hay absolutamente nada excepto huesos carcomidos, oscuridad y aire rancio. Esa vieja solo quiere confundirme... ¿verdad?
Perdida en mis pensamientos oigo a Neldrey chillar y levantarse llorando. Centra su iris borrado en mí y me embiste. Me encuentro en el suelo con mi amiga sobre mí tirándome de el pelo. Lucha como un animalillo desesperado.
Lo siento” pienso mientras la golpeo entre el cuello y el hombro izquierdo para dejarla medio atontada. Lo justo para que no se levante. Se ovilla y solloza. Odio verla así, a ella, siempre tan alegre, expresiva y desvergonzada. Me acerco a mi amiga y le acaricio los mechones dorados. Parece calmarse pero sé que en su mente está luchando contra algo que la aterra.

Sueño de Neldrey

Tengo trece años. Estoy mugrienta, muerta de hambre y Flair... él lucha por nosotros. No puedo dejar que lo haga todo solo. Entro en un prostíbulo y pido trabajo. 'Soy virgen' digo tímida y asustada a la madame, una señora voluptuosa y pelirroja con un imponente lunar en la barbilla. 'Mejor, a los clientes les gusta estrenar a sus muñecas de vez en cuando'.
Han pasado seis días desde eso. Flair no sabe nada. Siento náuseas y me tiemblan las piernas cuando, al llegar a trabajar, la madame me dice que me tiene asignado a un cliente que las prefiere jóvenes. No quiero, pero una lágrima se me escapa y ahogo un pequeño grito. Ella se me acerca con algo parecido a compasión en los ojos. 'Tranquila pequeña. Solo dolerá al principio. Sobre todo no le desobedezcas. Acabará antes de que te des cuenta, ¿vale? Venga, te está esperando en la habitación del fondo. Ponte eso'.
Me pongo un vestido de gasa verde botella que deja muy poco a la imaginación. Me miro al espejo, pinto mis labios y maquillo las huellas de las lágrimas. Me abrazo para darme fuerzas y me acerco a la puerta con un nudo en el estómago.
Sentado en la cama veo a un hombre enorme, gordo, solo con unos pantalones de tela morada. Se relame. Su aliento a alcohol y la mirada lasciva hacen que dé un pasito hacia atrás y me doy en la cabeza contra la puerta.
-No tengas miedo, te va a gustar.
Hago de tripas corazón y me trago el vómito que recorre mi esófago. Me acerco y comienza a manosear cada rincón de mi cuerpo. Quiero huir o gritar pero, como no puedo, simplemente me quedo inmóvil mientras la lengua de ese orondo personaje se pasea por mi abdomen y sube hasta mi pecho. Entonces me golpea. Caigo sobre la cama, más asustada que dolorida. Él ríe a carcajadas y me tira del pelo mientras muerde y babea mi cuello. Me revuelvo y me deshago de sus enormes manos.
-¿Quieres huir, zorrita? Mejor, es más excitante someterte por la fuerza.
Un relámpago de terror estalla en mi mente: 'Me va a violar. No estoy preparada. Socorro, Flair'. Huyo por la habitación como puedo. Me acerco a la mesilla y cojo un abrecartas. Se lo clavo en la espalda. Qué asco me da todo, incluso yo misma. Grita de dolor y me propina un puñetazo en la cara que me hace salir volando y dar con la espalda en la pared. Escupo todo el aire de mis pulmones con los ojos aterrados. No puedo respirar y veo que él se acerca a mí lentamente.
-Vas a pagar por ésto, puta.
Empiezo a temblar cuando la madame aparece y le dispara entre las cejas. La sangre me ha salpicado la cara. Me mira impasible, se acerca y me da una sonora bofetada. Atontada, llevo mi mano a la mejilla caliente y entonces ella me da un consejo que cala hondo en mí.
De repente, el gigante que creía muerto, se levanta con los ojos inyectados en sangre y coge del cuello a la madame. Ella tose y se revuelve hasta quedar inconsciente. Estoy sola frente a ese ser.”

Capítulo 74

Sueño de Rothian

Ratas. Miles, no, millones de ratas. De dientes amarillos y afilados. Ojos rojos como el infierno. Rabos largos y ásperos que se me meten por la boca. Siento infinitas agujas clavarse en mi cuerpo, devorando mi alma y arrancando la carne. De repente, todas se alejan y me quedo sola. Me levanto sangrando y con el corazón muerto de miedo y dolor. Ante mí, veo un espectro descarnado. Un reflejo mío sin piel y con numerosas heridas supurantes. Ya no solo su cuerpo, sus ojos son cuencas oscuras y vacías. Son agujeros negros que quieren absorberme. Me tiembla todo el cuerpo y caigo de rodillas. El polvo lame mis heridas recientes y las lágrimas bailan crueles por mi cara destrozada aumentando el escozor. He de luchar contra mí misma, contra esa versión demoníaca de mí misma”

Sueño de Ishtral

Soy un niño pequeño, mugriento, abandonado y a punto de morir. La cocinera de Palacio me encuentra y me cría como si fuera su hijo. Crezco, me entreno y soy feliz. Un día conozco a una ladronzuela con aires de grandeza y lengua venenosa: Lyx. Desde que la veo por primera vez siento una conexión especial cuando la miro a los ojos. Antes de darme cuenta me enamoro de ella. Ahora la tengo delante, bella y fuerte como cien soles.
-Te quiero, Lyx.
Ella se empieza a reír alocadamente. Con voz estridente me dice
-Debes estar de broma. ¿Cómo podría amar a un despojo de la sociedad sin nombre?
Se me cae el corazón a los pies y la tomo de los hombros, zarandeándola y echándole en cara todos los momentos que hemos vivido. Me niego a creer que han sido una mentira. Ella, por respuesta, me mira fríamente y con una total indiferencia me dice:
-Simplemente estaba aburrida y tú eras lo más interesante que había, sargento Blood.
Me arrodillo frente a ella y Lyx se agacha para acariciarme el pelo; cegado por la ira saco el puñal dorado y lo dirijo hacia ella. Sus ojos brillan divertidos.
-Perfecto, juguemos amor mío.
Odio ésto: tengo que pelear con la mujer a la que amo”

Sueño de Jake

Salto por los tejados de mi adorada Arala, me giro y los brazos de Lyx envuelven mi cuello depositando un suave beso en mis labios. Mi corazón late como una enorme ola, henchido de felicidad. De repente, la azotea en la que nos encontramos cae derrumbada y pierdo a Lyx. Cuando me levanto, encuentro bajo los escombros a todos los huérfanos, malheridos y llorando. Pete está muerto y la pequeña Luy acuna su cabeza entre sus pequeños y finos brazos sin creerse lo que acaba de suceder. Me levanto e intento abrazarla. Ella me mira furibunda y me grita que todo es mi culpa, más exactamente de mi padre.
¿Mi padre? Pero si era un borracho cruel que me golpeaba para liberar tensiones antes de dormir y que cuando crecí un poco nos abandonó. ¿Qué tiene que ver él en todo ésto?
-Por culpa de tu padre, no solo Pete habrá muerto, sino también Lyx y esa señorita. Lo llevas en los genes. Te volverás como él.
Me caigo de culo pensando en las palabras de la pequeña Luy. Jamás seré como él. Sería mi peor pesadilla. Una risa grave y cascada me devuelve a la realidad y me giro. Mi padre tiene en su mano derecha, la melena morena de Lyx. Ella está tan débil que no se puede mover, me mira asustada. En su mano izquierda... ¿Neldrey? ¿Qué hace ella aquí? Se encuentra en las mismas deplorables condiciones que Lyx. Ambas dirigen sus ojos suplicantes a mí y yo encaro a mi padre. El diablo hecho carne.
-Una muere, otra vive. Escoge, hijo- intento moverme hacia él pero aprieta a las dos chicas haciendo que chillen-. A no ser que prefieras que mueran las dos... Quieto ahí y elige. Al final, acabarás siendo como papá.
-No... Jamás seré como tú.”

Sueño de Flair

Soy solo un niño sucio con un arco viejo y polvoriento pero aún certero. Neldrey se enjuga las lágrimas y se sorbe los mocos frente a los soldados del Rey. Mamá murió por una enfermedad y ya no puede protegernos. Yo lanzo las flechas y mato sin ninguna piedad a varios hombres. No sabía que podría usar arco y flechas. Estoy tan asustado que quiero morir pero he de salvar a mi hermana. No puedo permitirme perderla a ella también. Por mucho que lucho, ellos me superan en número y en edad. Son mucho más experimentados que yo y aunque les he causado unas cinco bajas, nos atrapan. 'Otra purga de bastardos del Rey, ¿es que esta vez sí vamos a morir?' pienso asustado. Abrazo a mi hermana y, mientras le acaricio la coronilla le digo que todo va a salir bien, que solo vamos a dar un paseo por Palacio. Ella no se lo cree pero intenta sonreírme. Nos llevan a ambos a una sala del castillo en vez de a las mazmorras donde se pudren el resto de hijos ilegítimos del cerdo que tenemos por monarca. Frente a nosotros aparece Su Majestad. Lo miro con tanto odio que se me escapa de los ojos. Él me observa, altanero, y ríe. A un gesto suyo, cogen del pelo a mi hermana y la atan a una silla. Yo chillo pero la hoja metálica de una espada se interpone entre nosotros. Giro mi cabeza y veo al Príncipe Drake apuntándome.
-Eres un crío interesante. Una rata de alcantarilla que podría salvarse. Vence a mi hijo y tu hermana y tú viviréis.
El príncipe sonríe soberbio y me lanzan una espada de madera. Madera contra metal. Un bastardo contra un príncipe.”

Capítulo 75

Veo que todos mis amigos sufren en sus sueños. Me siento impotente por no poder ayudarlos pero, como dijo mi peor pesadilla, ellos deben vencer sus propios miedos solos. Acaricio la mejilla de Jake en un gesto tierno... puede que no sepa con qué sueñan los demás, pero sí sé que está causándole dolor a mi mejor amigo: su padre. Lo que más miedo en el mundo le da es convertirse en alguien como él. Beso su frente, perlada por una capa de sudor frío. Cuando me separo de él siento un temblor leve. “Habrá sido un pequeño terremoto, a fin de cuentas estamos bajo tierra. Tranquila Lyx” me tranquilizo a mí misma. No obstante, rápidamente recuerdo la advertencia de la araña: “mantenlos a salvo”. Un hormigueo de inquietud baila en mi estómago.
No tengo nada con lo que refrescar a mis amigos así que me dedico a secarles el sudor y a colocar nuestras mochilas en sus cabezas. Mientras estoy acomodando a Ishtral, éste se levanta, agarra mi mano clavándome las uñas y grita mi nombre. ¿Soy yo su peor miedo? Sé que no soy la persona más agradable del mundo pero de ahí a ser la protagonista en las pesadillas de alguien... Cuando todo acabe voy a acribillarle a preguntas. Sin mucho esfuerzo vuelvo a tumbar al sargento.
Una débil lluvia de polvo nos azota. Miro hacia arriba y otro temblor, esta vez más fuerte, mucho más fuerte, sacude el terreno.
Prepárate querida, ya viene” la voz del arácnido hace que me ponga en tensión.
Con un alarido que parece un lamento, del agujero por el que queríamos ir, sale una especie de serpiente inmensa. Es de color gris y azul pálido. Carece de ojos pero tiene unos agujeros a ambos lados del cráneo cuadrangular a modo de oídos. Todo su cuerpo está cubierto por una mucosa asquerosa y su lengua bífida aletea en el aire rancio. Lanzo una maldición y, con un movimiento torpe, orienta su gran cabeza cuadrada hacia mí.
Vuelve a soltar un grito lastimero y comienza a reptar por las paredes. La mucosa la hace adherente. La miro atónita y doy un paso hacia mis amigos. Ese reptil sin ojos, atraído por el sonido de mis pies, lanza un chorro de baba blanca que consigo esquivar. Ese líquido corroe la roca. Con prisa, arrastro a mis amigos sin ningún cuidado y los introduzco en el túnel por el que llegué aquí. La enorme serpiente es sumamente lenta y sus escupitajos no me alcanzan.
No es lento. Está dormido. Si no lo matas antes de que despierte, no tendrás oportunidad de salir de una pieza, querida.” la voz de la vieja retumba en mis oídos y trago saliva. De acuerdo, protegeré a mis amigos. Ellos están luchando y yo no voy a quedarme atrás.

Capítulo 76

Visualizo un cúmulo de llamas salvajes, violentas, devorando mi piel. Rápidamente, mis brazos quedan envueltos por un mar de brasas que lanzo hacia el cuerpo de la bestia. Impacta pero es como si no lo hubiese sentido. Un alarido retumba en esta especie de cueva y lanza un escupitajo blanquecino hacia mí. Salto hacia atrás dando una pequeña voltereta en el aire y vuelvo a darle un latigazo llameante a mi contrincante. De nuevo, ni un solo rasguño. Es como si esa mucosa no solo fuera su método de adherencia, sino también una especie de exoesqueleto viscoso. Una armadura inexpugnable. Otro chorro de baba que logro esquivar, aunque me doy cuenta de que los movimientos del reptil son cada vez más rápidos. “Se está despertando. Debo acabar con ésto rápido” pienso empezando a angustiarme. Aprieto los puños y baño todo mi cuerpo en unas llamas imposibles de extinguir. El calor que desprendo parece afectar, muy levemente, a la capacidad de pegarse a los muros de la alimaña dado que se resbala un poco. Puede que sea peligroso pero de momento no se me ocurre otra cosa. Abro las piernas asentando firmemente mi cuerpo al suelo. Aspiro e intento reunir todo el fuego posible a mi alrededor. Pronto, comienzo a sudar y siento como si mi cuerpo me pidiera que parase. La sensación que tengo es la de ser una marioneta de carne cuyos hilos son mis propias arterias. Duele, pero no puedo parar puesto que está funcionando: la serpiente se está escurriendo y lucha por mantenerse adherida, abatida en el suelo no podría escupir tan bien como lo hace desde las alturas. Aúno más calor, tanto que muchas rocas ya han llegado a su punto de fusión. Con un monumental ruido, el reptil cae haciendo retumbar los cimientos del mundo. La Montaña gruñe junto con su pegajoso guardián. Un latido discordante maltrata mi corazón; señal de que no podré usar mis poderes durante mucho más tiempo sin sufrir las consecuencias.
Un mar de babas se libera de la boca desdentada del monstruo. Centrada como estoy en relajar el latir de mi pecho, no me doy cuenta de la marea asesina que se cierne sobre mí y me roza la pierna derecha. Grito de dolor pues siento mi carne deshacerse por la acción de la ácida saliva. Mis ojos relampaguean anaranjados. “Vale, ésto ya es personal, maldita culebra” pienso enfurecida. Corro hacia atrás, me impulso en la pared de la caverna y salto, impulsada por el fuego que mana de mis pies, hacia el animal. Descargo una brutal patada lamida por llamas en uno de sus oídos. Se retuerce de dolor y se enrosca enterrando su cabeza. Deja de moverse.
-Eso te pasa por meterte con quien no debes.- digo con chulería.
Le doy la espalda para ver el estado de mis amigos cuando noto un bufido detrás de mí. Me giro despacio y veo el enorme cráneo cuadrado acercarse a tientas hacia mí. Entonces, en su cabeza, se levantan unos pliegues de piel asquerosa y puedo ver dos enormes ojos totalmente negros.
Te dije que no lo despertarás, niña tonta. Ahora vas a tener serios problemas” la voz de la araña tiembla ligeramente. El hecho de que incluso ese horrible arácnido esté asustado no es para nada tranquilizador. Me trago el miedo e intento recuperar parte de mi energía, pues apenas me queda.

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