Capítulo 86
Oigo un ruido en la noche,
entreabro los ojos y me parece ver a Flair besando uno de los rizos
de miel de Rothian. Es un gesto tierno que me hace pensar que quizá,
y solo quizá, tengamos éxito en nuestra empresa. Aprieto mi pecho y
pienso en Pete. Voy a matar a ese arquero. Rothian va a conseguir,
aunque sea de manera temporal, un acuerdo de paz. Neldrey va a hacer
que Jake la ame y, cuando todo acabe, le debo una respuesta a
Ishtral. Me giro en el diván y me vuelvo a entregar a los brazos de
Morfeo.
Neldrey me despierta, ya están
todos levantados y hablando sobre posibles estrategias, formas de
entrar al Castillo y de obtener nuestros objetivos.
-Buenos días Lyx. Ten, come
algo, madame nos ha conseguido unos panecillos.
-Pensé que aquí la gente
moría de hambre.
-Exacto, la gente. Yo que tú
no incluiría a madame en ese colectivo.
No entiendo bien la explicación
de mi amiga pero el rugir de mi estómago me hace echar a un lado
cualquier duda y comerme el manjar que Neldrey me ofrece.
Pasamos varias horas hablando
sobre posibles planes. Jake propone una revuelta, algún tipo de
distracción de manera que Ishtral, Rothian y yo pudiéramos
traspasar las murallas. Me niego a ello. No voy a dejar a nadie
atrás. Más opciones son dichas y todas rechazadas por alguno de
nosotros. Me extraña que Flair se mantenga en silencio. Él es un
hombre brillante. La mayoría de sus ideas son endiabladamente
astutas. Voy a preguntarle cuando Neldrey interviene.
-Tengo un plan.
-Adelante.- digo animando a
mi amiga.
Ella exhala un largo suspiro, se
muerde levemente el labio inferior y comienza a hablar:
-Voy a ofrecer mis servicios
esta noche a un noble.
-¿¡QUÉ!?-decimos todos a
la vez. No vamos a dejar que nuestra amiga venda su cuerpo otra vez.
Prometió abandonar esa vida.
-Escuchadme...
-No. No voy a permitirlo. No
voy a dejar que otro te toque.- dice amargamente Jake
-Bueno, agradezco tus
intenciones pero no eres quién para permitirme hacer algo o no.
Sobre mi vida y mi cuerpo decido únicamente yo, ¿entendido?-
responde la chica.
Mi amigo farfulla algo
incomprensible y Neldrey nos expone su plan.
-Tranquilos, no tengo
intención de acostarme de nuevo con un hombre por dinero. Solo voy a
decirle a la madame que me busque algún noble. Si yo entro puedo
ayudaros a pasar. He ejercido mi profesión muchos años en esta
maldita ciudad. Sé cómo entrar y salir de los distintos niveles sin
levantar sospechas. Por ello, esta noche, cuando deba de ir a
trabajar, os ayudaré a pasar inadvertidos, puedo disfrazar a Lyx y a
Rothian de prostitutas y vosotros podéis ser... bueno, chicos de
compañía; los hombres no son los únicos que buscan esta clase de
diversión, ¿sabéis? Una vez dentro, vosotros debéis encontrar
trajes de criados y luego esconderos cerca de la mansión en la que
me habrá citado mi cliente. Le dejaré inconsciente y robaré su
llave. Luego...
-Espera, ¿llave?-pregunta
Rothian interrumpiendo a Neldrey.
-Los nobles poseen unos
medallones con el escudo de Pryon. Si ellos o sus criados quieren
pasar por la muralla que protege el castillo de Su Majestad deben
mostrar el colgante, la “llave”-. Explica Flair hablando por
primera vez en toda la mañana.
-Exacto- continúa su
hermana-. Cuando tenga su llave nos disfrazaremos de sus lacayos e
iremos hacia la muralla. Podremos pasar sin problemas. Diremos que
nuestro señor nos ha enviado a traer un regalo para Su Alteza.
-¿No será sospechoso que
entreguemos un regalo en plena noche?
-Sí, pero no tendremos
demasiado tiempo hasta que encuentren el cuerpo de mi cliente. No
tenemos alternativa. Diremos que traemos un excelente licor que le
han regalado esa misma noche a nuestro señor y que deseaba compartir
tal exquisitez con el Rey. Ojalá sea creíble porque si no, no sé
qué vamos a hacer...
Si funciona, estaremos dentro
del Castillo y podremos intentar acercarnos. Ése sería un buen
momento para que Rothian revele su identidad.
-¿Y no sería más fácil
simplemente exigir audiencia con el Rey? Quiero decir, ella es la
Princesa, no se le puede negar, ¿no?
-No, Jake, no se le puede
negar, pero daríamos tiempo al Rey a pensar y prefiero contar con el
factor sorpresa. Si nos capturan, el plan B sí que será que Rothian
confiese quién es en realidad y seremos llevados ante Su Majestad.
¿Alguna objeción?
Todos agachamos la cabeza
pensativos.
-¿Estás segura, Neldrey?-
pregunta Ishtral con sus ojos dorados fijos en los de la rubia. Ésta
asiente y el sargento afirma estar de acuerdo con el plan. Pronto
Rothian, Flair y yo también cedemos.
-Yo no. No quiero que tengas
que volver a... ya sabes. Te trae malos recuerdos.
La joven sonríe dulcemente y
besa a Jake. Supongo que Neldrey no solo me ha contado a mí su
primera experiencia en este prostíbulo.
-Bueno, recuerda cómo te
conocí a ti... tranquilo cariño, soy fuerte. Además, tú me
estarás esperando fuera ansioso por volver a ver mis hermosos ojos
del color de la primavera, mis labios rojos como rubíes, mi cabello
de oro...
La chica estaba dramatizando y
haciendo gestos extravagantes para intentar relajar a Jake. Él acaba
riéndose.
-No se te puede negar nada,
¿eh?
-No.
-De acuerdo, ve a hablar con
madame.
Capítulo 87
Esa mañana, a primera hora,
en el Castillo del Rey de Pryon.
El Rey está desayunando junto
con el Príncipe Drake cuando un sirviente entra.
-Majestad, la Reina de Arala
desea hablar con usted.
-En realidad no dije “deseo”,
sino “exijo”. Exijo hablar con el Rey.-La belleza de la Reina
aralia inunda de luz el enorme salón. El Príncipe se queda absorto
contemplando la heterocromía de la hermosa monarca. Arrebujado junto
a la falda de la mujer hay un hombrecillo doblado sobre sí mismo
atado con una correa. El hijo del Rey lo mira por encima del hombro
con esa expresión petulante que siempre baila en su cara.
-Oh, mi querida Reina, su
presencia es tan deliciosa que me pasaría el día observando su
rostro.
-Déjese de cortesía
hipócrita y devuélvame a mi hija.
El Rey enarca las cejas
inocentemente.
-¿Su hija, Majestad?
-No se haga el inocente. Sé
que ella vino aquí a pactar la paz.
-La verdad es que recibí
noticias sobre unos aralios infiltrados hace varias semanas pero...
ningún extranjero ha entrado en La Capital. Al menos, no tengo
noticias de ello y creo que los guardias de la Muralla Exterior me
informarían de un suceso tan extraordinario como la presencia de la
Princesa.
“Miente” piensa la Reina.
-No voy a irme sin Rothian.
-Pero por supuesto que no,
Majestad. Usted es mi invitada de honor. Puede permanecer aquí el
tiempo que estiméis oportuno. Soy su fiel servidor. Además, mi hijo
estará interesado en hablar con esa joven y bella Princesa, ¿no es
así, Drake?
-Sí, padre. Para mí sería
un honor poder conocer a la Princesa Rothian.
La Reina arde de cólera, sabe
que el Rey esconde algo, que trama algo que tiene que ver con su hija
pero se traga la amarga furia y compone una sonrisa tan falsa como
hermosa.
-Me alegra su cortesía, Su
Alteza. Acepto su invitación. Me quedaré todo lo que sea necesario
hasta ver a mi pequeña.
-¡Sirviente! Ordene que
preparen una habitación del ala sur, la que tenga mejores vistas, Su
Majestad va a pasar un tiempo con nosotros.
Entonces, el Rey dirige su
mirada al ser de ojos desorbitados que babea como un perro apaleado
junto a la mujer.
-Y prepare otra habitación
junto a los establos para ese... hombre.
-No. Shadow es mi más fiel
vasallo. Lo quiero cerca. Y también a mi escolta.
-Por supuesto, Majestad-
asegura el Rey y mira a su lacayo-. Prepara la habitación contigua a
la de Su Majestad. Allí dormirá su querido bufón. Y prepara
también alguna estancia cercana para su pequeña comitiva.
La Reina, asqueada por la sola
visión de esos hombres, sigue al sirviente hasta su habitación
seguida de cerca por el obediente Shadow.
-Padre, ¿está seguro de
ésto? Está previsto que Flair Maldow nos ofrezca a la Princesa esta
noche.
-Exacto, por eso te necesito,
Drake. Yo mantendré ocupada a la Reina. Tu deberás ocuparte de la
princesita y de Flair. ¿Serás capaz? Siempre has odiado a ese
joven, desde que te venció de pequeño solo con una espada de
madera.
El Príncipe se ruboriza de
vergüenza y rencor.
-Claro que seré capaz. Es
más, será mi venganza porque, padre, no va a darle la libertad ni a
él ni a la zorra de su hermana, ¿no?
-No. Cuando muera la dulce
Rothian, me desharé del resto de aralios y de esos asquerosos
bastardos. La Reina se enfurecerá y le declarará la guerra a
nuestro país. Arala es un lugar pacífico y aburrido. Sus gentes son
felices y rebeldes. Yo puedo manejar a todos y cada uno de mis
súbditos. Están aterrados. El miedo es la base de cualquier
gobierno. En cuanto nuestros países entren en guerra, estaré un
paso más cerca de hacerme con ese estúpido reino y pronto expandiré
mi Imperio.
Ambos, padre e hijo, brindan
borrachos de sueños de grandeza empapados en sangre.
Capítulo 88
Neldrey va a hablar con la
madame para pedirle que le asigne a un cliente. Ella dice que podemos
confiar en esa mujer. Todos nos hemos quedado bastante impresionados,
ya sabíamos que la actitud infantil y caprichosa era solo una parte
de nuestra amiga pero la verdad es que asombra lo brillante que puede
llegar a ser.
-Necesito despejarme y de
paso recordar las calles en las que nací- dice Flair-. Rothian,
¿vienes? Ya que puede que te cases con ese estúpido príncipe, al
menos sabrás cuál es la realidad tras la muralla de plata y las
cortinas de satén.
Flair se muestra un tanto hosco
pero Rothian asiente rápidamente.
-Esperad, voy con vosotros-
digo recolocándome la blusa.
-Lyx, no es personal, pero es
posible que en cuestión de un par de días pierda a Rothian por el
Príncipe Drake y... me gustaría estar a solas con ella. yo...
bueno... ella y yo...
-Vale, tranquilo. Te
entiendo. No tardéis, Rothian y su máscara no pasan muy
desapercibidos y no me fío.
-No tardaremos mucho.- me
asegura la princesa.
Rothian y Flair
La Princesa se agarra al brazo
del joven. Está asustada y tremendamente afectada por la pobreza
imperante en todos y cada uno de los rincones de la ciudad. “Un
pozo oscuro”, “agujero de ratas”, “infierno”. Así lo
habían llamado sus compañeros. Para ella es peor que todo eso. No
hay palabras para describirlo.
-Tranquila. Estoy seguro de
que cuando tú seas Reina traerás luz a este pequeño mundo.
-Cuando yo sea Reina tú no
estarás a mi lado.
-Bueno, quizá cuando tu
principito no esté en casa...
Ambos sonríen y giran un
callejón. Caminan un par de calles en silencio.
-Mi hogar.
-¿Aquí?
Él asiente frente a una casa
que tiene por tejado una tela raída, cuyos muros son de risa y está
inundada de cucarachas y ratones. “Hogar, dulce hogar” dice él
con amarga ironía. Ambos entran tras espantar a las alimañas que
por allí correteaban. Se sientan sobre una alfombra polvorienta y
hablan de una infinidad de cosas que no tienen que ver con ellos, ni
con el posible matrimonio de Rothian, ni con el viaje, ni con la
despedida. Hablan del sol de Arala, de cómo se refleja en los
edificios más oscuros que una noche sin luna. Hablan del aire con
olor a verano y de los árboles del color del vino.
-Ojalá pudiera ir.- dice él.
-Ven. Yo pienso esperarte,
Flair.- bajo la máscara le brillan los ojos.
Él se acerca a ella y apoya su
frente contra la de la princesa. Se miran sin decirse nada para
confesárselo todo. El joven posa sus manos a ambos lados de la
máscara de ella y comienza a quitársela.
-¡No! Para. Si me miras sin
ésto vas a acabar herido. No quiero hacerte daño. Lo siento...-dice
ella dejando una escasa distancia entre ambos.
Él vuelve a eliminar esos
centímetros de separación.
-No vas a hacerme daño,
Rothian.
-Pero... No puedo
controlarlo, como mucho limitar el daño, pero siempre voy a dejar
malherido a todo aquel que observe la piel desnuda de mi cara.
-No vas a hacerme daño.
-¿Cómo estás tan seguro?
-Porque no quieres hacerme
daño y confío en ti.
-Flair, por favor, para-
susurra ella.
-No puedo. Me arriesgaré,
Princesa.
Él, poco a poco, va quitando la
máscara aún sabiendo que no va a salir indemne. La chica está
inmóvil pero con las manos crispadas sobre su regazo. Con un sonido
metálico, cae al suelo dejando a la vista el rostro desfigurado.
Ahora, ella es como un poema quemado o como un hermoso cuadro
destrozado. Un ángel deforme.
Flair ni siquiera parpadea,
simplemente alza las manos para secar las lágrimas de la chica. Al
rozar sus pómulos, un pequeño derrame le aparece en el ojo.
Rothian, con un grito intenta separarlo y buscar su máscara. Flair
aprisiona sus manos y la besa. Jamás un beso dolió tanto ni fue tan
hermoso. El corazón de ella renace y el de él muere para siempre en
un solo roce momentáneo.
Capítulo 89
Rothian y Flair
Ella se pone la máscara.
-Tienes sangre fría para
besar a un monstruo sin cara, ¿eh?- intenta parecer despreocupada
pero no lo consigue. Su voz tiembla como las hojas de los árboles
cuando sopla el viento.
-Eres perfecta. Quizá a
veces un poco cruel pero nada que no pueda soportar.
Él se lleva las delgadas manos
de la joven a los labios y las besa.
-Gracias...-Es solo un
susurro que ni siquiera sale de los labios, sino del alma de la
chica. Algo en su interior ha roto las cadenas y ha vomitado todas
sus inseguridades. Flair es todo lo que ella necesitaba para volver a
sentirse bien. Para coser su corazón deshilachado.
-Rothian... quizá no sea el
momento adecuado pero...
-¿Qué sucede?
-Bueno... tengo otro plan para
entrar. Creo que puede ser más efectivo que el de Neldrey y no hay
que robar trajes ni dejar inconsciente a ningún ricachón
pervertido.
-¡Genial! Cuando volvamos se
lo decimos al resto, vamos.-Ella se levanta pero Flair la toma de la
muñeca y la vuelve a sentar a su lado mientras acaricia su cabello
rizado.
-Ése es el problema... Los
demás no pueden venir.
-Explícate.- su voz se torna
más grave.
-A las doce habrá un cambio
de guardia en la muralla. Si somos solo nosotros dos no tendremos
problemas para entrar. A la una también sucederá lo mismo en el
muro plateado que rodea el Castillo. Una vez dentro tú podrás
revelar tu identidad y tener audiencia con el Rey. Sé que los demás
no estarán de acuerdo pero tú debes ir, eres la Princesa, y solo te
podemos guiar Neldrey o yo y, sinceramente, quiero ser yo. Prometí
protegerte y pienso cumplirlo hasta el final. Una vez hayas hablado
con el Rey podrás permitir al resto que entren sin tener que
disfrazarse... Creo que es lo mejor. Rothian, mi amor, solo pienso en
una forma de entrar en la que no arriesgues demasiado tu vida... ¿Qué
opinas?
Ella permanece pensativa unos
minutos que a Flair le parecen eternos. Si no acepta no podrá seguir
las órdenes ni cumplir con éxito su misión. Le duele pero debe
hacerlo.
-De acuerdo. Tienes razón,
tu plan es mejor. El problema es que si se lo decimos a los demás se
negarán.
-Cerca de la entrada de La
Capital crecen unas flores cuyas raíces tienen efecto soporífero.
Dormirán unas horas. Las suficientes para que nosotros ya estemos
cerca del Castillo.
-Vayamos a por esas plantas.
Se levantan y él camina por
delante de la joven. Cuando tienen varias de ellas, las meten en una
bolsita dentro de la enorme capa del joven y vuelven al prostíbulo.
Antes de girar la esquina, Rothian le agarra el brazo.
-Por si no tengo otra
oportunidad de decírtelo... Gracias. Gracias Flair. Te quiero.
Él sonríe y la abraza mientras
le susurra que él también. Aún así, cuando entierra su cara entre
los bucles de la chica , compone una expresión tan dolorosa que
pareciera que están estrangulando su corazón.
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