Capítulo 64
El extraño se dirige hacia el
sargento y le propina una monumental patada en el estómago. Siento
el fuego arder en mi cuerpo y mis ojos se empiezan a tornar
anaranjados. Me laten las heridas. “Ya empieza” pienso “Quizá,
si me transformo, podría vencer a este tipo y salvarlos a todos”.
“O matarlos a todos, mi
pequeña creación” la voz de la anciana suena en mi cabeza,
regocijándose de que necesite el poder que ella podría brindarme si
dejara que me poseyera por completo.
-¡Lyx, no!- La voz del
sargento suena pastosa, como si su lengua fuera un trozo de carne
podrida que le ocupa toda la boca.
-Increíble, aún tienes
fuerzas para hablar. Debe de haberte dolido mucho la garganta al
gritar así, ¿no?- dice ese personaje tenebroso con voz cantarina.
Ha usado una fuerza que ahora
mismo él necesita para decirme que no ceda ante la araña que me
persigue y no pienso defraudarlo. Intento calmarme y una especie de
cortina va aislando la risa alocada del arácnido de mi mente. Debo
pensar otro modo de escapar.
-El gran sargento Blood. Tan
noble como siempre. Un hombre excepcional. El más inteligente y
perspicaz. El más fuerte y rápido. El mejor en combate. Te ves tan
patético ahí medio muerto- Toma la cabellera color sangre de
Ishtral entre sus dedos esqueléticos-. Das asco.
Rompe en una carcajada que
corta, que hace que mi corazón se arrugue y que mis pulmones escupan
el poco aire que tienen.
-Desde pequeños siempre has
sido el mejor de los dos. Desde que esa mugrienta cocinera te
encontró. Siempre eclipsándome. Me convertí en tu maldita sombra y
te odié. Te odié como nunca he odiado a nadie. Te transformaste en
el sol y yo en un espectro nocturno. Aunque, bueno, ahora mismo la
situación ha cambiado, ¿no?
Otra risotada terrible. Mira con
desprecio a Ishtral y éste le devuelve una mirada cargada de ira,
decepción y... lástima. La compasión en los ojos del sargento
enfurece a nuestro atacante que comienza a propinarle puñetazos
gritando que no debe tenerle lástima, que es él el vencedor. Quiero
llorar. No aguanto que ese hombre esté golpeando así a Ishtral. De
repente, oigo un grito desgarrador y veo a Jake lanzarse como una
bestia sobre ese hombre.
-Maldita sea, qué fuerza
bruta tienes. Aunque claro, solo podías mover tu cuerpo una sola
vez, ¿no? Ahora vuelves a ser un pedazo de carne inútil.
Cierto, Jake ha usado todas sus
fuerzas para salvar a Ishtral.
-S...Shad...ow...
Shadow...-Consigue articular Rothian
-Buenas noches, Princesa. La
veo un poco desmejorada.
¿Rothian lo conoce? El tal
Shadow empuja a Jake junto a Ishtral. Esta niebla nos paraliza a
todos. Es increíblemente frustrante no poder hacer nada.
Shadow se acerca a la princesa y
la toma por la barbilla.
-Princesa, su madre me ha
enviado a por usted.
Veo que Rothian es incapaz de
moverse. Él tiene sus manos alrededor del rostro de mi amiga y sé
que dentro de su máscara, unas lágrimas calientes le queman las
heridas. ¿Ya está? ¿Se acabó?
Se corta el aire. Impacta y se
clava en su carne. Lanza un alarido de dolor y mil maldiciones. La
sangre salpica su capa negra.
-No te atrevas a tocarla.
La voz rasgada de Flair es una
bocanada de esperanza. Se levanta como si la parálisis que causa la
niebla tóxica no le afectara y vuelve a disparar otra flecha. Vuelve
a acertar. Shadow está contra un árbol, con una punta de flecha en
cada antebrazo gritando de dolor. Flair camina cojeando hacia él y
le arranca la máscara protectora.
-Disfruta tú también de tu
preciosa niebla.
Le tiende la máscara a Jake.
-Tú eres el que tiene más
fuerza, póntela y ayúdame a sacar de aquí al resto.
Mi amigo asiente y, con
esfuerzo, es capaz de ponerse de pie y tomar en brazos a Ishtral (que
es el que peor de nosotros está por la reciente paliza) para
llevarlo fuera de ese cerco de aire venenoso.
Neldrey se arrastra hacia mí y,
juntas, nos levantamos apoyándonos la una en la otra. Desde lo del
campamento de Nash, me he dado cuenta de que puedo confiar en esa
chica y que nos compenetramos muy bien. Lentamente, nos levantamos y
nos vamos alejando. Miro atrás para ver a Rothian. Flair la lleva en
brazos.
Por último, Jake, con la
máscara protectora puesta, trae a rastras fuera de la neblina a
Shadow y lo atamos al tronco de un árbol.
Cuando Rothian despierta, pues
se había quedado inconsciente, lo primero que ve son los ojos de su
salvador: Flair.
-Así que... -empieza la
princesa con voz cansina- “No te atrevas a tocarla”, ¿eh?
-Dije que te protegería.
-Gracias, Flair.
-No las des.- dice mientras
recorre con sus dedos los rizos de miel de Rothian con una dulzura
que ni siquiera él creía tener.
-Esto... no quisiera romper
la atmósfera- dice Neldrey-. Pero, hermanito, más te vale
explicarme por qué tienes el pantalón manchado de sangre.
Todos centramos la vista en su
muslo izquierdo. Tiene una herida no muy profunda pero que sangra
bastante. Rothian se levanta de golpe pero rápidamente se marea.
Flair, con una sonrisa, la vuelve a tender.
-Estoy bien. Es solo que mi
cuerpo no reaccionaba así que tuve que forzarlo a obedecer. Me clavé
una flecha. El dolor me sirvió para estimular mi cuerpo.
-¡Flair! ¡No vuelvas a
hacer algo así!-grita la princesa.
-Iba a llevarte con él. No
podía permitirlo.-concluye lacónico.
-Deja que te cure esa herida-
digo yo tras haber estado tratando los hematomas y rasguños de
Ishtral. Gracias a los dioses, las heridas del sargento no son serias
y él se encuentra bien, solo un poco cansado.
-Quién iba a decir que
fueras tan buena reconociendo plantas medicinales y curando heridas.-
dice Neldrey con una sonrisita.
-Bueno, recuerda que en Arala
tenía que hacerme cargo de muchos niños pequeños que se pasaban el
día saltando de tejado en tejado para que los Bobos Reales no los
atrapasen por robar. Una aprende a curar heridas, quemaduras, a
vendar brazos y recolocar huesos dislocados. Además, al no tener
nada, no podía comprarles medicinas. Tenía que utilizar las hierbas
que encontraba en el bosquecillo y muchas de esas plantas crecen
aquí. Las he ido recogiendo durante todo el camino por si hacían
falta. Anda Neldrey, ayúdame a coser y desinfectar la herida de
Flair.
-Sus deseos son órdenes-
dice con voz cómica mi amiga rubia. Jamás pensé que ella sería
uno de mis mayores apoyos y que su personalidad sería una droga para
calmar la ansiedad en los momentos difíciles.
-Jake...-dice, cansado,
Ishtral.
-¿Qué?
-Esto... bueno, gracias.
Jake sonríe pero rápidamente
el orgullo asoma a sus ojos y contesta:
-Bueno, solo lo he hecho
porque ese tipo me estaba poniendo nervioso. La verdad es que me daba
igual si te mataba ahí mismo.
-Ya decía yo...- añade
Ishtral sabiendo que mi amigo de verdad quería salvarlo.
Neldrey me ofrece una aguja
metálica e hilo que llevaba por si se le rompía el vestido para
coser la herida abierta de Flair. Cuando acabo, su hermana presiona
su muslo con unas flores amarillentas de un fuerte olor dulzón.
Luego, rasgo una camisa que llevaba de repuesto y hago unas vendas
que esterilizo empapándolas en la savia de unos tallos marrones. Una
vez hecho ésto, encaramos a Shadow, que ha permanecido callado todo
el tiempo.
Capítulo 66
-¿Qué haces aquí, Shadow?
-Ya os lo dije, Princesa, Su
Majestad me ha enviado a por usted. He de llevarla de vuelta a
Palacio sana y salva. Los demás son prescindibles.
-¿Eso dijo mi madre?
-Sí.
-De acuerdo. Ésto es lo que
vas a hacer. Vas a volver a Arala a decirle a mi madre que ya no soy
ninguna niña pequeña ni una princesa tonta. Ya no. Vas a decirle
que deje de entrometerse en mi camino. ¿He sido lo suficientemente
clara?
-Por supuesto, pero
comprenderá usted que no puedo obedecerla.
-¿Cómo?
-Su madre es la Reina, y yo
su más fiel vasallo. Usted es la Princesa, cuando sea Reina
antepondré sus órdenes a mi propia vida pero, de momento, solo
obedezco a Su Majestad.
-¿Ah si?
-Sí.
-Entonces no me dejas otra
opción.
Todos nosotros miramos a Rothian
interrogantes. Ninguno piensa interrumpirla ni interponerse en su
camino. Si bien es cierto que no sabemos en qué piensa, confiamos en
ella.
-Shadow, mírame.-dice
autoritaria.
Ella se quita la máscara y la
pone de forma que ninguno de nosotros vea su rostro. No sé qué
sucede pero observo cómo los ojos de Shadow se inyectan en sangre y
su boca se abre hasta casi desencajarse cayendo por la comisura de
los labios un hililllo de baba. Su cuerpo se ve azotado por fuertes
convulsiones. Aquel hombre que irradiaba un aura de siniestro poder,
ahora es un deshecho que tiembla y tartamudea rogando piedad,
compasión. Se revuelve en sus ataduras arañándose las ropas y, por
consiguiente, también la piel que queda al descubierto.
-¡PARAD POR FAVOR! ¡PIEDAD
PRINCESA!-grita con una voz de ultratumba que hace que se me erice el
vello de la nuca. Ishtral me toma una mano y la aprieta. Ninguno
sabemos qué es lo que ella le está haciendo pero sea lo que sea, lo
está destrozando física y psicológicamente. A Rothian ni siquiera
le tiembla la mano con la que sostiene su hermosa máscara de oro con
pecas azules. Está soportando la tortura de ese hombre sin
inmutarse. Sinceramente, estoy asustada.
Cuando Shadow está al borde de
la muerte, Rothian cubre su rostro. Es como si, al ponerse la
máscara, el aire hubiera dejado de ser denso e irrespirable. Shadow,
aún en shock, con el iris borrado y la ropa manchada por sus propias
heces debido a que ni siquiera fue capaz de controlar su esfínter en
ese estado de pánico en el que estaba sumido, toma una amplia
bocanada de aire. Con una voz totalmente sumisa y temblorosa, dice en
un susurro:
-V... Volve... Volveré a
Ar... Aral... Arala... Pero por... por... favor... no... no m... no
me haga da... daño
-Si hubieras cooperado nada
te habría pasado. Tú eres el único culpable de tu dolor.- dice
ella con tono indiferente.
Capítulo 67
Amanece y Shadow ni siquiera
necesita estar atado. Sigue como un perro vagabundo ansioso de cariño
a Rothian, su dueña y, a la vez, la causa de su trauma.
-Ya ha amanecido. Vuelve a
Arala y dile a mi madre lo que te he dicho.
-Sí, mi ama. Haré lo que
usted me ordene.- dice el hombre postrado y babeando sobre los
zapatos de mi amiga. Ella gruñe molesta y da una pequeña patada en
la mejilla a Shadow.
-Lárgate.
El antes aterrador e imponente
Shadow, ahora se va corriendo con el rabo entre las piernas como un
animal apaleado. Una bestia domada por un monstruo cruel. “Yo no
soy la única que se ha transformado en un demonio” me digo.
Cuando Shadow es engullido por
el océano verde que nos envuelve, la princesa se gira y con tono
alegre nos insta a seguir nuestro camino, poniéndose al lado de
Flair para ayudarlo a andar.
-Lyx, ni siquiera tú cuando
te enfadas mucho eres así. Esa mujer es simplemente mala. Perdió su
corazón junto con su belleza. No confíes demasiado en ella, por
favor.- me susurra Neldrey.
Yo la miro a los ojos y la
abrazo.
-Al principio tampoco me
fiaba de ti.
-Sí, pero yo no eliminé la
dignidad de una persona reduciéndolo a un simple despojo humano que
se caga en los pantalones y besa los zapatos de aquel que lo ha
torturado.
-Lo sé, Neldrey. No te
preocupes. Ambas estaremos alerta, ¿vale?
Ella asiente con gesto grave.
Pocas veces he visto tan seria como ahora a mi amiga. Solo cuando me
habló de su pasado.
Pasan los días y continuamos
nuestro camino. Todos hemos acordado tratar con normalidad a Rothian.
Por muy triste que suene, ninguno nos fiamos al cien por cien de la
princesa. Esa crueldad e indiferencia ante el sufrimiento ajeno no es
propio de ella. Bueno, no era propio de ella.
Flair es el único que no ha
tenido ningún problema en continuar su relación con Rothian. No sé
si mi amigo estará enamorándose de verdad de ella, lo que sí puedo
afirmar es que ella lo está de él. Pasan las horas juntos y solo
ante él ella dulcifica el tono. Con nosotros se ha vuelto un poco
más altiva, quizá porque nota esa hostilidad encubierta por nuestra
parte. Sé que Shadow no era ningún ángel, pero no se merecía lo
que le hizo Rothian. Nadie merece eso.
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