¿Con
los ecos de risas y sueños en blanco y negro?
¿Cómo
lucho contra los recuerdos que bailan tras las cortinas?
¿Cómo
quemo lo que ya ardió?
Y
es que duelen. Duelen las cenizas y, Dios, echo de menos cada
lágrima, susurro.
Cada
noche en vela y las velas consumidas en noches eternas de luna nueva.
¿Cómo
me calzo las zapatillas de bailarina si he perdido el ritmo?
¿Si
el tocadiscos se congeló entre dos canciones?
¿Si
el silencio bombardea mi pecho?
Me
dijiste que esperara; que el amanecer se lleva el dolor al igual que
el sueño.
Pero,
¿qué hacer con la penumbra y el frío de la noche?
¿Cómo
oculto mis ojos de las estrellas?
¿Cómo
me enfrento a tu olor en la almohada?
Vamos.
Perdámonos de nuevo en el bosque.
Corramos
como niños. Con los pulmones chillando y las manos agarradas.
Como
locos recuperando la cordura o como sabios olvidando lo que
aprendieron.
Ven.
Vuelve. Nademos de nuevo entre poemarios desconocidos.
Hundámonos
en el olor a lavanda.
Simplemente
ven.
Simplemente
te espero en la postdata de esta última carta.
Ya
sabes, antes de que el amanecer venga y me robe tu recuerdo.
Pedazo de poema guapa!
ResponderEliminarSigue así y llegarás lejos!! ^^.