¿Qué
pasaría si grito a la tormenta?
¿Si
mi voz restalla y el cielo se rompe en mil pedazos inconexos?
¿Qué sucedería si mis ojos se alzan a las estrellas y no paran hasta observar lo que de finito tiene el infinito?
Y qué si digo no.
¿Qué sucedería si mis ojos se alzan a las estrellas y no paran hasta observar lo que de finito tiene el infinito?
Y qué si digo no.
Si
me armo de valor, como un soldado de plomo frente a la hoguera o un
pájaro de papel afilando el cuchillo.
Y qué si aprendo a cantar en silencio, porque sólo en silencio expreso lo que siento.
Y qué si pongo punto y final para después escribir una nueva página en un pueril acto de rebeldía.
¿Me vais a decir que no puedo?
Y qué si aprendo a cantar en silencio, porque sólo en silencio expreso lo que siento.
Y qué si pongo punto y final para después escribir una nueva página en un pueril acto de rebeldía.
¿Me vais a decir que no puedo?
¿Vais
a frenar lo que nunca debió empezar a moverse?
¿Vais
a ser capaces de controlar un fuego que arde, y arde, y arde hasta
quemar al ave fénix?
Acaso vosotros, orgullosos y ciegos peones, ¿vais a jugar al ajedrez contra la reina fría, reina sanguinaria?
Vamos. Venid a por mí.
Vamos. Sabéis dónde encontrar mi corazón agrietado y mil veces remendado.
Vamos. Con todo lo que tengáis.Os reto a romper mi armadura.
Acaso vosotros, orgullosos y ciegos peones, ¿vais a jugar al ajedrez contra la reina fría, reina sanguinaria?
Vamos. Venid a por mí.
Vamos. Sabéis dónde encontrar mi corazón agrietado y mil veces remendado.
Vamos. Con todo lo que tengáis.Os reto a romper mi armadura.
Apostemos.
La pregunta es: ¿cuánto estáis dispuestos a perder?
La pregunta es: ¿cuánto estáis dispuestos a perder?
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