Le conté un cuento amargo, decadente y doloroso.
Le canté un blues de madrugada.
Lágrimas rancias embotelladas.
Palabras que no fueron dichas y hoy son
balas en el cráneo.
Banderas blancas que ahora ondean al viento raídas.
Atardeceres aburridos, insulsos, monótonos.
Días grises, demasiado largos.
Cerveza fría y cigarros rotos.
Corazones negros como gatos embrujados.
Miradas perdidas y jamás encontradas.
Besos a la deriva, náufragos, en un mar de soledad.
Amor caducado o mal pagado.
Voces rasgadas siguiendo el ritmo de una guitarra borracha.
Lamentos sin sentido y risas marchitas.
Flores secas. Arte pasado de moda. Abrazos sin ganas.
Sexo estúpido. Café frío.
Psicología barata y poesía de principiantes.
Banderas blancas que ahora ondean al viento raídas.
Atardeceres aburridos, insulsos, monótonos.
Días grises, demasiado largos.
Cerveza fría y cigarros rotos.
Corazones negros como gatos embrujados.
Miradas perdidas y jamás encontradas.
Besos a la deriva, náufragos, en un mar de soledad.
Amor caducado o mal pagado.
Voces rasgadas siguiendo el ritmo de una guitarra borracha.
Lamentos sin sentido y risas marchitas.
Flores secas. Arte pasado de moda. Abrazos sin ganas.
Sexo estúpido. Café frío.
Psicología barata y poesía de principiantes.
He aquí mi triste cuento.
He aquí mi blues de madrugada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario