No
me juzguéis.
Sé
que el agua está turbia y mi mente embotada.
No
quiero la compasión hipócrita de los que me sonríen con una mueca
perfectamente ensayada.
Sé
que el cielo es gris en días de tormenta.
Odio
fingir que me siento bien cuando solo quiero cerrar los ojos y huir.
Y
correr.
Y
chillar.
Y
despedirme.
Sé
que la noche es demasiado larga y demasiado solitaria.
Lo
único que necesito es aclarar mis ideas.
Que
el peso que cargo se haga más leve.
Es
sólo un gemido.
El
mensaje de socorro en la botella de un náufrago.
Hay
momentos en los que me abruma lo insignificante que soy en un mundo
que no parará de girar.
Soy
consciente de que cada uno debe buscar su propia felicidad pero la
mía se burla de mí.
Hoy
no me apetece ponerme unos tacones, pintarme los labios y fingir que
soy perfecta.
Hoy
no me apeteces tú.
Hoy
no me apetece el sol.
Hoy
no...
Al hoy no ,��
ResponderEliminarGenial , al hoy no
ResponderEliminarUn relato ya, porfi
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