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lunes, 6 de octubre de 2014

La situación laboral de la mujer

 El hecho de vivir en una sociedad en la que la mujer es infravalorada, cuyo trabajo es menospreciado y peor pagado es simplemente degradante y realmente injusto.
Una mujer puede hacer exactamente lo mismo que un hombre, no diré que las mujeres son superiores a los hombres, tampoco voy a adoptar esa actitud que sería completamente errónea. Pero sí es obvio que habrá mujeres que desempeñen mejor ciertas tareas y quizás no les concedan un trabajo por el simple hecho de haber nacido mujer... ¿habrá cosa más estúpida que eso? Ya respondo yo; no.

Pondré un ejemplo: imagina a dos hombres. Los dos prácticamente iguales. Los dos visten un traje negro y llevan un maletín color marrón con el cierre dorado. Los dos acabaron sus estudios el mismo año y con las mismas notas. Ambos están en la sala de espera de una gran empresa para una entrevista de trabajo. Aparentemente el director de la empresa podría escoger a cualquiera de los dos puesto que ambos tienen exactamente las mismas capacidades para desempeñar el trabajo en cuestión ¿no? Pero que pena, resulta que el color favorito del director es el rojo. Uno de los hombres lleva una corbata roja, pero el otro, la lleva azul. El director se decanta por el hombre de la corbata roja. ¿es justo que el hombre de la corbata azul no sea contratado solo porque no le gusta el rojo? Pero claro, solo había un puesto, pero... los dos eran iguales académica y profesionalmente hablando. ¿qué hizo que el director escogiera al hombre de la corbata roja? Sus propias preferencias.
Si ahora extrapolamos esto la vida real, pero en esa entrevista hay dos personas: un hombre y una mujer, los dos iguales en cuanto a la capacidad para realizar ese trabajo, en la mayoría de los casos, ¿a quién escoge nuestro excelentísimo director? Exacto, al hombre, ¿por qué? Oh por favor, ¿cómo se me ocurre hacer una pregunta tan absurda? Es obvio, ¡por ser hombre!

¿Quién se arriesgaría a que una mujer llevara las riendas de una empresa?... ¡mira que si le da por ponerse a recoger o a adornar la oficina con flores y ambientadores de agua de rosas!
No, no y no. hay que estar loco o querer que la compañía fracase para escoger antes a una mujer que a un hombre. Pero, comparemos; pongámonos en el absurdo de que una mujer es la jefa de una gran empresa... Para empezar, puede que manchara con laca de uñas el trabajo en el que ha estado trabajando todas las noches durante una semana. Puede que los demás en la oficina no la respetaran, a pesar de que la pobre intenta evitar los despidos de sus trabajadores, mejorar sus oficinas, etc. ¿pero qué esperar de ella? es una mujer.

En resumidas cuentas, señoras, no esperen ser igual que los hombres en el ámbito laboral. No porque no valgan para el trabajo, en absoluto, que quede claro que lo dicho anteriormente era ironía. Cada coma y cada punto estaban bañados en sarcasmo. Pero en esta sociedad en la que aún quedan rastros machistas en cada esquina, hace falta rellenar la entrepierna del pantalón para ser considerado “apto”. 
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