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lunes, 29 de agosto de 2016

Capítulos 90, 91, 92 y 93

Capítulo 90

Mientras Rothian y Flair están fuera, Neldrey vuelve con un cliente asignado. Un hombre de unos cincuenta años, asquerosamente rico y horriblemente odioso.
-Mi príncipe azul...- dice ella mostrando una ficha en la que aparece una foto y el nombre de su “cita”-. Siempre imaginé que tendría más pelo en la cabeza que en la espalda pero bueno, nadie es perfecto.
Sonrío sin poder evitarlo. Así es ella, incluso en momentos tensos sabe darle la vuelta a la situación y hacer un comentario sarcástico. A veces puede resultar incluso cruel y lo sabe, pero le encanta.
Al parecer, la madame ni siquiera le ha preguntado sobre su repentina “vuelta al trabajo”. Solo la ha mirado fijamente y, lanzando un suspiro de exasperación, le ha entregado los datos de un noble y le ha dicho que se verían en el hostal “Luna Negra”, en el segundo nivel de la ciudad, el estrato de la aristocracia.
Cuando llega la pareja formada por la princesa y el joven, Neldrey ya había conseguido unos trajes muy sugerentes para nosotras y una especie de pantalones demasiado ajustados en ciertas zonas para ellos. Está decidida a disfrazarnos bien.

A media tarde, cuando ya lo tenemos todo bien planeado, Flair sale con una sonrisa traviesa para volver al rato con una botella de licor de frutas.
-Lo he robado. Si vamos a arriesgarnos tanto esta noche, al menos quiero disfrutar de un brindis con mis amigos.
-No sé si beber alcohol antes de una misión tan importante...- responde Ishtral con su usual tono recto y serio.
-Oh vamos, Bobo Real, un poco de licor no nos va a hacer daño- le contesta Jake.
Yo río y rozo el hombro del sargento mientras asiento. Al fin, acepta y Flair sirve la bebida en nuestras copas. Cruza con Rothian una mirada cómplice que no entiendo muy bien.
-Solo... Solo quiero decir que ha sido un placer conoceros y que jamás os olvidaré pase lo que pase esta noche-dice Flair con una mirada triste en sus hermosos ojos oscuros.
-Oh, qué adorable, mi hermanito se ha puesto melodramático- añade la chica rubia.
Todos reímos en un extraño momento de felicidad. La calma antes de la tormenta, supongo.
Alzamos las copas y...
Ni se te ocurra beber, querida.”

Capítulo 91

El licor se escurre por mi barbilla en un movimiento involuntario de mi muñeca. No puedo controlar mi cuerpo y antes de que nadie se de cuenta me limpio los restos de la pegajosa bebida. Todos salvo yo han disfrutado del delicioso sabor y no puedo decir ni una sola palabra. Otra persona controla mi lengua, que se siente áspera, grande y extraña en mi boca.
Cierra tu preciosa boquita y déjame hablar a mí”.
¿Por qué? Pensé que por fin había aprendido a controlar a ese maldito arácnido que juega con mi mente. ¿Por qué se despierta ahora? ¿Qué pretende? No lo sé, pero no puedo recuperar el control. Mi conciencia se ve desplazada a una cárcel dentro de mi cerebro. Mi voz se acalla y otra yo emerge para usar mis huesos y mis músculos. Otra Lyx se esconde tras mis ojos y maneja mi cuerpo a su voluntad.
-¿Qué? ¿Os gusta el sabor? Creo que el licor de fruta es lo único que me gusta de esta ciudad.
La voz de Flair me hace alzar la barbilla y la otra Lyx dibuja una sonrisa arrogante mientras, con voz dulzona y grave, dice lentamente: “delicioso”.
Ishtral me mira y yo intento que descubra que no soy yo, que es la araña. Mi conciencia adormilada grita para recuperar mi cuerpo. Entonces, siento como mis labios se unen y desaparecen. Se me ha borrado la boca, ha desaparecido en mi cara. El sargento se encoge sutilmente de hombros y desvía la mirada.
Estúpido” pienso. Oigo a los demás hablar y cierro los ojos mientras otra versión de mí maneja mi cuerpo.
Cuando los abro, me veo a mí misma. Corrección: a la otra Lyx.
-Hola querida, ¿qué tal?- dice con mi voz aunque arrastrando las palabras de una forma casi seductora.
Ella chasquea sus largos dedos y mi boca vuelve a surgir en mi cara.
-Devuélveme mi cuerpo. ¿Qué quieres hacer conmigo?
-Salvarte, tontita.
-Oh claro, muchas gracias, había olvidado que poseerme, intentar matarme, utilizarme y hacer que me odie es tu forma de demostrar cariño.
Ella me mira y sonríe. Se acerca a mí, que no puedo mover mi cuerpo ni un milímetro, contoneando sus caderas.
-Parece que ya lo vas entendiendo. Por cierto, me encanta tu cuerpo. Ser una anciana tiene sus limitaciones, ¿sabes?
-Devuélvemelo. Es una orden.
Una risotada ensordecedora sale de su boca.
-¿Una orden? Qué niña más divertida. Mira, explicártelo ahora es una estupidez. Solo espera, dentro de unos minutos entenderás por qué he tomado el control.
-¿Qué voy a comprender?
-Que jamás debes confiar en nadie. Ni en tus amigos. Solo puedes confiar en mí.
-Vale, ahora sí que te has vuelto loca del todo.
-¿Eso crees? Esperemos media hora, querida.
Con un mohín elegante se gira alejándose de mí. Otra vez la boca se me hunde en la piel y quedo reducida al resto de una conciencia muda. Una espectadora inútil. Sin voz ni voto.

Capítulo 92

Todos han ido a ponerse las ropas que trajo Neldrey. Yo puedo ver lo que pasa a través de los ojos que “la otra” me ha robado.
Que comience el juego”. Su voz resuena en mí y veo como la impostora cierra los párpados y se tira al suelo.
¿¡Qué haces!?” pienso totalmente perdida.
Shhh es hora de que las niñas buenas se vayan a dormir”.
Es lo único que me contesta. Silencio. Silencio y una abrumadora oscuridad.
Lágrimas de frustración me queman las retinas. Entonces, siento como unas delicadas pero fuertes manos me alzan como si fuera un cadáver y me depositan en el suelo alfombrado. Siento cerca de mí a Ishtral, Jake y Neldrey. Lo sé sin siquiera abrir los ojos. Simplemente estoy segura de ello.
-¿Preparada?- la voz de Flair llega hasta mis oídos.
-Sí.
Es Rothian. ¿Qué ocurre?
-Flair, ¿solo están dormidos verdad?
-Claro, no te preocupes. Cuando despierten, tú y yo estaremos entrando al Castillo y Neldrey ya no tendrá tiempo para acudir a su “cita” con aquel cerdo adinerado. No tendrán más remedio que esperar.
-Vale...
-Rothian, mi amor, confía en mí.
-Eso hago. Venga, no perdamos más tiempo.
¿Qué significa lo que estoy oyendo? ¿Nos han drogado? ¿Por qué? Oh, ahora entiendo por qué esa araña no me dejó beber. El somnífero estaba en el licor.
Exacto, querida. ¿Lo entiendes? Tus amigos os han traicionado y yo te he protegido.”
Guardo silencio. Ahora mismo tengo ganas de abalanzarme contra Flair y de golpear a ambos hasta que me expliquen qué están tramando. La única razón por la que mantengo la compostura y no me muevo es porque “la otra” controla mi cuerpo.
Oigo cómo la puerta araña las alfombras al abrirse. Luego vuelvo a oírla cerrarse.
Bien, mi dulce niña, te devuelvo tu cuerpo. Sería una egoísta si jugara yo todo el rato. Ahora te toca a ti divertirte.”
De repente, todos mis músculos se relajan y siento la sangre fluir como una inmensa avalancha por mi cuerpo. He recuperado el control; no, es ella quien ha decidido devolvérmelo. No he de olvidar eso. Creía que la dominaba y no es así. Bien es cierto que necesito librarme de ella, pero ahora me ha salvado y de alguna extraña forma, sé que si necesito su poder me lo brindará. “Dioses... ¿Acaso he llegado al punto de confiar en mi peor enemigo?” pienso. La respuesta, por mucho que me aterrorice, no puede ser otra: sí.

Capítulo 93

Abro los ojos y me levanto con sigilo. Mis pasos no hacen ningún ruido gracias a las alfombras que tapizan el suelo de madera. Un débil halo de luz rojiza penetra por un agujero de la puerta. Respiro débilmente, como si me diera miedo. Me apoyo en la puerta y observo a través de esa oquedad. Flair y Rothian están quietos mirando fijamente a alguien.
-Vaya, vaya, vaya... Mis queridos huéspedes- La voz ronca de la madame suena calmada y sabia-, ¿no tenía Neldrey trabajo? Además cogió trajes para todos vosotros. Si no os dais prisa llegaréis tarde.
-Apártate de la puerta, madame.
Flair habla con un tono aterrador y levemente contaminado por un deje de impaciencia. Veo cómo Rothian mira al joven un tanto extrañada y luego gira su rostro enmascarado hacia la dueña del prostíbulo.
-Por favor, no puedo decirle nada, señora, pero le prometo que nuestros compañeros están bien. Están durmiendo plácidamente ahí dentro. Lo único que pretendemos es salvarlos a ellos, a usted, a todos...
Ella, sumamente calmada y fría como el hielo, camina hacia ellos con su anciano cuerpo encorsetado y apestando a colonia barata. Toma un puro de su mesa, lo enciende y al soltar una bocanada de humo rojo sangre, mira hacia la puerta tras la que me escondo. No, me mira a mí. Directamente a los ojos. Es como si me obligara a estar atenta.
-Permíteme que dude, jovencita. Soy ya demasiado mayor como para creerme todos los buenos propósitos de la juventud.
-Pero...
-No he acabado de hablar, chiquilla maleducada.- dice mirando de manera despiadada a la princesa.
-Lo repetiré por última vez, madame. Déjanos ir sin hacer preguntas. Es lo mejor para todos.
-¿Me amenazas, pequeño traidor?- ante la palabra “traidor”, Flair tensa los músculos del brazo y lo introduce dentro de su capa- Oh vamos, Flair, ya nos conocemos demasiado bien. He tratado con borrachos maltratadores, asesinos, violadores, ladrones y todo tipo de gente sin corazón. Jamás les temí. En cambio tú... Tú eres peor. Mientras tu hermana vendía su cuerpo, tú vendías tu alma.
-Silencio...- susurra Flair. Rothian se mantiene callada, sin saber qué decir.
-No eres más que un niño asustado que juega con unas marionetas cuyos hilos no sabes manejar.
-Cállate.
-Patético. Tu madre se avergonzaría. Ella nunca vendió a sus...
-¡FLAIR NO!
La voz de Rothian se pierde entre los gorjeos sanguinolentos de la madame. Tiene una flecha clavada en el estómago.
-Niño del demonio...

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jueves, 25 de agosto de 2016

Capítulos 86, 87, 88 y 89

Capítulo 86

Oigo un ruido en la noche, entreabro los ojos y me parece ver a Flair besando uno de los rizos de miel de Rothian. Es un gesto tierno que me hace pensar que quizá, y solo quizá, tengamos éxito en nuestra empresa. Aprieto mi pecho y pienso en Pete. Voy a matar a ese arquero. Rothian va a conseguir, aunque sea de manera temporal, un acuerdo de paz. Neldrey va a hacer que Jake la ame y, cuando todo acabe, le debo una respuesta a Ishtral. Me giro en el diván y me vuelvo a entregar a los brazos de Morfeo.

Neldrey me despierta, ya están todos levantados y hablando sobre posibles estrategias, formas de entrar al Castillo y de obtener nuestros objetivos.
-Buenos días Lyx. Ten, come algo, madame nos ha conseguido unos panecillos.
-Pensé que aquí la gente moría de hambre.
-Exacto, la gente. Yo que tú no incluiría a madame en ese colectivo.
No entiendo bien la explicación de mi amiga pero el rugir de mi estómago me hace echar a un lado cualquier duda y comerme el manjar que Neldrey me ofrece.
Pasamos varias horas hablando sobre posibles planes. Jake propone una revuelta, algún tipo de distracción de manera que Ishtral, Rothian y yo pudiéramos traspasar las murallas. Me niego a ello. No voy a dejar a nadie atrás. Más opciones son dichas y todas rechazadas por alguno de nosotros. Me extraña que Flair se mantenga en silencio. Él es un hombre brillante. La mayoría de sus ideas son endiabladamente astutas. Voy a preguntarle cuando Neldrey interviene.
-Tengo un plan.
-Adelante.- digo animando a mi amiga.
Ella exhala un largo suspiro, se muerde levemente el labio inferior y comienza a hablar:
-Voy a ofrecer mis servicios esta noche a un noble.
-¿¡QUÉ!?-decimos todos a la vez. No vamos a dejar que nuestra amiga venda su cuerpo otra vez. Prometió abandonar esa vida.
-Escuchadme...
-No. No voy a permitirlo. No voy a dejar que otro te toque.- dice amargamente Jake
-Bueno, agradezco tus intenciones pero no eres quién para permitirme hacer algo o no. Sobre mi vida y mi cuerpo decido únicamente yo, ¿entendido?- responde la chica.
Mi amigo farfulla algo incomprensible y Neldrey nos expone su plan.
-Tranquilos, no tengo intención de acostarme de nuevo con un hombre por dinero. Solo voy a decirle a la madame que me busque algún noble. Si yo entro puedo ayudaros a pasar. He ejercido mi profesión muchos años en esta maldita ciudad. Sé cómo entrar y salir de los distintos niveles sin levantar sospechas. Por ello, esta noche, cuando deba de ir a trabajar, os ayudaré a pasar inadvertidos, puedo disfrazar a Lyx y a Rothian de prostitutas y vosotros podéis ser... bueno, chicos de compañía; los hombres no son los únicos que buscan esta clase de diversión, ¿sabéis? Una vez dentro, vosotros debéis encontrar trajes de criados y luego esconderos cerca de la mansión en la que me habrá citado mi cliente. Le dejaré inconsciente y robaré su llave. Luego...
-Espera, ¿llave?-pregunta Rothian interrumpiendo a Neldrey.
-Los nobles poseen unos medallones con el escudo de Pryon. Si ellos o sus criados quieren pasar por la muralla que protege el castillo de Su Majestad deben mostrar el colgante, la “llave”-. Explica Flair hablando por primera vez en toda la mañana.
-Exacto- continúa su hermana-. Cuando tenga su llave nos disfrazaremos de sus lacayos e iremos hacia la muralla. Podremos pasar sin problemas. Diremos que nuestro señor nos ha enviado a traer un regalo para Su Alteza.
-¿No será sospechoso que entreguemos un regalo en plena noche?
-Sí, pero no tendremos demasiado tiempo hasta que encuentren el cuerpo de mi cliente. No tenemos alternativa. Diremos que traemos un excelente licor que le han regalado esa misma noche a nuestro señor y que deseaba compartir tal exquisitez con el Rey. Ojalá sea creíble porque si no, no sé qué vamos a hacer...
Si funciona, estaremos dentro del Castillo y podremos intentar acercarnos. Ése sería un buen momento para que Rothian revele su identidad.
-¿Y no sería más fácil simplemente exigir audiencia con el Rey? Quiero decir, ella es la Princesa, no se le puede negar, ¿no?
-No, Jake, no se le puede negar, pero daríamos tiempo al Rey a pensar y prefiero contar con el factor sorpresa. Si nos capturan, el plan B sí que será que Rothian confiese quién es en realidad y seremos llevados ante Su Majestad. ¿Alguna objeción?
Todos agachamos la cabeza pensativos.
-¿Estás segura, Neldrey?- pregunta Ishtral con sus ojos dorados fijos en los de la rubia. Ésta asiente y el sargento afirma estar de acuerdo con el plan. Pronto Rothian, Flair y yo también cedemos.
-Yo no. No quiero que tengas que volver a... ya sabes. Te trae malos recuerdos.
La joven sonríe dulcemente y besa a Jake. Supongo que Neldrey no solo me ha contado a mí su primera experiencia en este prostíbulo.
-Bueno, recuerda cómo te conocí a ti... tranquilo cariño, soy fuerte. Además, tú me estarás esperando fuera ansioso por volver a ver mis hermosos ojos del color de la primavera, mis labios rojos como rubíes, mi cabello de oro...
La chica estaba dramatizando y haciendo gestos extravagantes para intentar relajar a Jake. Él acaba riéndose.
-No se te puede negar nada, ¿eh?
-No.
-De acuerdo, ve a hablar con madame.

Capítulo 87

Esa mañana, a primera hora, en el Castillo del Rey de Pryon.

El Rey está desayunando junto con el Príncipe Drake cuando un sirviente entra.
-Majestad, la Reina de Arala desea hablar con usted.
-En realidad no dije “deseo”, sino “exijo”. Exijo hablar con el Rey.-La belleza de la Reina aralia inunda de luz el enorme salón. El Príncipe se queda absorto contemplando la heterocromía de la hermosa monarca. Arrebujado junto a la falda de la mujer hay un hombrecillo doblado sobre sí mismo atado con una correa. El hijo del Rey lo mira por encima del hombro con esa expresión petulante que siempre baila en su cara.
-Oh, mi querida Reina, su presencia es tan deliciosa que me pasaría el día observando su rostro.
-Déjese de cortesía hipócrita y devuélvame a mi hija.
El Rey enarca las cejas inocentemente.
-¿Su hija, Majestad?
-No se haga el inocente. Sé que ella vino aquí a pactar la paz.
-La verdad es que recibí noticias sobre unos aralios infiltrados hace varias semanas pero... ningún extranjero ha entrado en La Capital. Al menos, no tengo noticias de ello y creo que los guardias de la Muralla Exterior me informarían de un suceso tan extraordinario como la presencia de la Princesa.
Miente” piensa la Reina.
-No voy a irme sin Rothian.
-Pero por supuesto que no, Majestad. Usted es mi invitada de honor. Puede permanecer aquí el tiempo que estiméis oportuno. Soy su fiel servidor. Además, mi hijo estará interesado en hablar con esa joven y bella Princesa, ¿no es así, Drake?
-Sí, padre. Para mí sería un honor poder conocer a la Princesa Rothian.
La Reina arde de cólera, sabe que el Rey esconde algo, que trama algo que tiene que ver con su hija pero se traga la amarga furia y compone una sonrisa tan falsa como hermosa.
-Me alegra su cortesía, Su Alteza. Acepto su invitación. Me quedaré todo lo que sea necesario hasta ver a mi pequeña.
-¡Sirviente! Ordene que preparen una habitación del ala sur, la que tenga mejores vistas, Su Majestad va a pasar un tiempo con nosotros.
Entonces, el Rey dirige su mirada al ser de ojos desorbitados que babea como un perro apaleado junto a la mujer.
-Y prepare otra habitación junto a los establos para ese... hombre.
-No. Shadow es mi más fiel vasallo. Lo quiero cerca. Y también a mi escolta.
-Por supuesto, Majestad- asegura el Rey y mira a su lacayo-. Prepara la habitación contigua a la de Su Majestad. Allí dormirá su querido bufón. Y prepara también alguna estancia cercana para su pequeña comitiva.
La Reina, asqueada por la sola visión de esos hombres, sigue al sirviente hasta su habitación seguida de cerca por el obediente Shadow.
-Padre, ¿está seguro de ésto? Está previsto que Flair Maldow nos ofrezca a la Princesa esta noche.
-Exacto, por eso te necesito, Drake. Yo mantendré ocupada a la Reina. Tu deberás ocuparte de la princesita y de Flair. ¿Serás capaz? Siempre has odiado a ese joven, desde que te venció de pequeño solo con una espada de madera.
El Príncipe se ruboriza de vergüenza y rencor.
-Claro que seré capaz. Es más, será mi venganza porque, padre, no va a darle la libertad ni a él ni a la zorra de su hermana, ¿no?
-No. Cuando muera la dulce Rothian, me desharé del resto de aralios y de esos asquerosos bastardos. La Reina se enfurecerá y le declarará la guerra a nuestro país. Arala es un lugar pacífico y aburrido. Sus gentes son felices y rebeldes. Yo puedo manejar a todos y cada uno de mis súbditos. Están aterrados. El miedo es la base de cualquier gobierno. En cuanto nuestros países entren en guerra, estaré un paso más cerca de hacerme con ese estúpido reino y pronto expandiré mi Imperio.
Ambos, padre e hijo, brindan borrachos de sueños de grandeza empapados en sangre.

Capítulo 88

Neldrey va a hablar con la madame para pedirle que le asigne a un cliente. Ella dice que podemos confiar en esa mujer. Todos nos hemos quedado bastante impresionados, ya sabíamos que la actitud infantil y caprichosa era solo una parte de nuestra amiga pero la verdad es que asombra lo brillante que puede llegar a ser.
-Necesito despejarme y de paso recordar las calles en las que nací- dice Flair-. Rothian, ¿vienes? Ya que puede que te cases con ese estúpido príncipe, al menos sabrás cuál es la realidad tras la muralla de plata y las cortinas de satén.
Flair se muestra un tanto hosco pero Rothian asiente rápidamente.
-Esperad, voy con vosotros- digo recolocándome la blusa.
-Lyx, no es personal, pero es posible que en cuestión de un par de días pierda a Rothian por el Príncipe Drake y... me gustaría estar a solas con ella. yo... bueno... ella y yo...
-Vale, tranquilo. Te entiendo. No tardéis, Rothian y su máscara no pasan muy desapercibidos y no me fío.
-No tardaremos mucho.- me asegura la princesa.

Rothian y Flair

La Princesa se agarra al brazo del joven. Está asustada y tremendamente afectada por la pobreza imperante en todos y cada uno de los rincones de la ciudad. “Un pozo oscuro”, “agujero de ratas”, “infierno”. Así lo habían llamado sus compañeros. Para ella es peor que todo eso. No hay palabras para describirlo.
-Tranquila. Estoy seguro de que cuando tú seas Reina traerás luz a este pequeño mundo.
-Cuando yo sea Reina tú no estarás a mi lado.
-Bueno, quizá cuando tu principito no esté en casa...
Ambos sonríen y giran un callejón. Caminan un par de calles en silencio.
-Mi hogar.
-¿Aquí?
Él asiente frente a una casa que tiene por tejado una tela raída, cuyos muros son de risa y está inundada de cucarachas y ratones. “Hogar, dulce hogar” dice él con amarga ironía. Ambos entran tras espantar a las alimañas que por allí correteaban. Se sientan sobre una alfombra polvorienta y hablan de una infinidad de cosas que no tienen que ver con ellos, ni con el posible matrimonio de Rothian, ni con el viaje, ni con la despedida. Hablan del sol de Arala, de cómo se refleja en los edificios más oscuros que una noche sin luna. Hablan del aire con olor a verano y de los árboles del color del vino.
-Ojalá pudiera ir.- dice él.
-Ven. Yo pienso esperarte, Flair.- bajo la máscara le brillan los ojos.
Él se acerca a ella y apoya su frente contra la de la princesa. Se miran sin decirse nada para confesárselo todo. El joven posa sus manos a ambos lados de la máscara de ella y comienza a quitársela.
-¡No! Para. Si me miras sin ésto vas a acabar herido. No quiero hacerte daño. Lo siento...-dice ella dejando una escasa distancia entre ambos.
Él vuelve a eliminar esos centímetros de separación.
-No vas a hacerme daño, Rothian.
-Pero... No puedo controlarlo, como mucho limitar el daño, pero siempre voy a dejar malherido a todo aquel que observe la piel desnuda de mi cara.
-No vas a hacerme daño.
-¿Cómo estás tan seguro?
-Porque no quieres hacerme daño y confío en ti.
-Flair, por favor, para- susurra ella.
-No puedo. Me arriesgaré, Princesa.
Él, poco a poco, va quitando la máscara aún sabiendo que no va a salir indemne. La chica está inmóvil pero con las manos crispadas sobre su regazo. Con un sonido metálico, cae al suelo dejando a la vista el rostro desfigurado. Ahora, ella es como un poema quemado o como un hermoso cuadro destrozado. Un ángel deforme.
Flair ni siquiera parpadea, simplemente alza las manos para secar las lágrimas de la chica. Al rozar sus pómulos, un pequeño derrame le aparece en el ojo. Rothian, con un grito intenta separarlo y buscar su máscara. Flair aprisiona sus manos y la besa. Jamás un beso dolió tanto ni fue tan hermoso. El corazón de ella renace y el de él muere para siempre en un solo roce momentáneo.

Capítulo 89

Rothian y Flair

Ella se pone la máscara.
-Tienes sangre fría para besar a un monstruo sin cara, ¿eh?- intenta parecer despreocupada pero no lo consigue. Su voz tiembla como las hojas de los árboles cuando sopla el viento.
-Eres perfecta. Quizá a veces un poco cruel pero nada que no pueda soportar.
Él se lleva las delgadas manos de la joven a los labios y las besa.
-Gracias...-Es solo un susurro que ni siquiera sale de los labios, sino del alma de la chica. Algo en su interior ha roto las cadenas y ha vomitado todas sus inseguridades. Flair es todo lo que ella necesitaba para volver a sentirse bien. Para coser su corazón deshilachado.
-Rothian... quizá no sea el momento adecuado pero...
-¿Qué sucede?
-Bueno... tengo otro plan para entrar. Creo que puede ser más efectivo que el de Neldrey y no hay que robar trajes ni dejar inconsciente a ningún ricachón pervertido.
-¡Genial! Cuando volvamos se lo decimos al resto, vamos.-Ella se levanta pero Flair la toma de la muñeca y la vuelve a sentar a su lado mientras acaricia su cabello rizado.
-Ése es el problema... Los demás no pueden venir.
-Explícate.- su voz se torna más grave.
-A las doce habrá un cambio de guardia en la muralla. Si somos solo nosotros dos no tendremos problemas para entrar. A la una también sucederá lo mismo en el muro plateado que rodea el Castillo. Una vez dentro tú podrás revelar tu identidad y tener audiencia con el Rey. Sé que los demás no estarán de acuerdo pero tú debes ir, eres la Princesa, y solo te podemos guiar Neldrey o yo y, sinceramente, quiero ser yo. Prometí protegerte y pienso cumplirlo hasta el final. Una vez hayas hablado con el Rey podrás permitir al resto que entren sin tener que disfrazarse... Creo que es lo mejor. Rothian, mi amor, solo pienso en una forma de entrar en la que no arriesgues demasiado tu vida... ¿Qué opinas?
Ella permanece pensativa unos minutos que a Flair le parecen eternos. Si no acepta no podrá seguir las órdenes ni cumplir con éxito su misión. Le duele pero debe hacerlo.
-De acuerdo. Tienes razón, tu plan es mejor. El problema es que si se lo decimos a los demás se negarán.
-Cerca de la entrada de La Capital crecen unas flores cuyas raíces tienen efecto soporífero. Dormirán unas horas. Las suficientes para que nosotros ya estemos cerca del Castillo.
-Vayamos a por esas plantas.
Se levantan y él camina por delante de la joven. Cuando tienen varias de ellas, las meten en una bolsita dentro de la enorme capa del joven y vuelven al prostíbulo. Antes de girar la esquina, Rothian le agarra el brazo.
-Por si no tengo otra oportunidad de decírtelo... Gracias. Gracias Flair. Te quiero.
Él sonríe y la abraza mientras le susurra que él también. Aún así, cuando entierra su cara entre los bucles de la chica , compone una expresión tan dolorosa que pareciera que están estrangulando su corazón.


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lunes, 22 de agosto de 2016

Capítulos 81, 82, 83, 84 y 85

Capítulo 81

En el Palacio de Su Majestad (Arala)

-Su Majestad, uno de sus súbditos quiere hablar con usted.
-¿Quién?
-Se hace llamar Shadow.
La Reina, con su elegancia natural, se levanta del trono y, con la voz un poco más aguda de lo normal, insta a su sirviente a que haga pasar al espía.
Un pobre hombrecillo, encorvado y patético entra en la sala. Los ojos púrpura sin brillo, pasos un tanto torpes, sudado y los cabellos negros pegados a la frente. Una pequeña acumulación de saliva entorpece las palabras atropelladas de Shadow.
-Oh dios mío... Shadow... ¿Qué te ha sucedido? ¿Dónde está Rothian? ¿Está bien?
-Majestad, la ama Rothian me ha ordenado decirle que ya no es ninguna chiquilla tonta y que usted debe dejar de entrometerse en el camino de mi ama y señora.
-¿Pero de qué hablas Shadow? ¿Quién te ha hecho ésto?
-La ama Rothian, Majestad.
-¿Mi hija te ha convertido en... ésto?- dice arrugando su pálida naricilla expresando el asco que siente por semejante cambio en el antes poderoso, confiado y altivo espía aralio. Shadow asiente.
-¿Cómo?- al preguntar, un temblor derriba al joven tirándolo al suelo y se araña los párpados.
-No se lo puedo decir Majestad. Demasiado terrible. Demasiado miedo. No volver a enfrentar a mi ama. Shadow no volver... Máscara y... y... ella... su rostro... ¡SHADOW NO VOLVER A MIRAR NUNCA MÁS!
La voz desgarrada y ahogada en un pánico irracional hacen a los soldados apostados a las puertas de la sala entrar corriendo a socorrer a la Reina en caso de peligro.
-¡Retiraos guardias!- dice firme y autoritaria- Estoy bien.
Éstos se ponen firmes y asienten para salir de la estancia. La Reina baja los tres escalones de mármol blanco en los que se encontraba su trono alzado. Se aproxima al raquítico ser antes llamado Shadow y toma su babosa barbilla. Apesta y tiembla. Siente desprecio pero lo mira amenazadora.
-No sé qué te ha hecho mi hija, pero lo voy a averiguar. Tú me vas a ayudar. Vamos a ir los dos a Pryon.
El espía se sacude y sale corriendo a cuatro patas hacia una de las esquinas del enorme salón para agazaparse y cimbrear su cuerpo hacia delante y atrás repitiendo la misma frase.
-Shadow bueno. Shadow ha hecho lo que ama le dijo. Shadow bueno. Ama no castigará a Shadow. Shadow bueno...
La Reina ordena traer una correa de cuero negro que ata alrededor del cuello del espía.
-Si te comportas como un vulgar perro, te trataré como tal.
Así, tras dejar al consejero real al cargo del país durante su ausencia, Shadow y Su Majestad, acompañados de una pequeña escolta escogida, bajan a Pryon, pero no a las afueras del país, sino al mismo centro: bajan a La Capital.

Capítulo 82

Ya repuestos de los días perdidos en La Montaña, continuamos nuestro camino. Ha pasado una semana y media desde que Jake despertó y Neldrey se comporta como una adolescente enamorada. Mi amigo es incapaz de devolverle todo ese cariño pero al menos no la rechaza. Por otro lado, Rothian siempre anda alrededor de Flair pero, de alguna forma, éste ha cambiado. Es más frío con ella, como si intentara alejarla. No lo entiendo porque fue él en primer lugar quien comenzó a acercarse a la princesa.
Pasamos por pequeñas aldeas a cada cual más pobre y cuyas gentes son recelosas y hostiles. Años de hambre y miseria hacen mella hasta en el corazón más noble.
He visto niños en los caminos llorar. A mujeres agredidas en callejones y a testigos de ello demasiado cansados de sus vidas como para actuar. He visto ladrones convertirse en asesinos sin que ésto les importara. Al fin he entendido por qué los pryoranos nos odian tanto: somos aquello que desean y que se les niega. En este país roto las personas ni siquiera se ven como tales, solo son sombras vagas resignadas a vivir muertos. Para ellos, nosotros brillamos demasiado; les cegamos y por ello nos aborrecen. Ojalá Rothian sea capaz de cambiar la situación o al Rey de Pryon no le costará nada llevar a sus súbditos a la guerra porque: ¿qué más tienen que perder?
Sumida como estoy en mis propios pensamientos me choco contra la espalda de Ishtral que mira hacia arriba asombrado. Sigo su mirada.
-Bienvenidos a La Capital.- dice Flair.
-Estamos en casa, hermano.- comenta con sarcástica amargura Neldrey.
Ante nosotros se alza una inmensa puerta azul oscura situada en el centro de una muralla imponente. Tiene un gran pomo de hierro que emula el escudo de Pryon. Jamás había visto un pórtico semejante. Flair se acerca con paso firme al llamador y lo golpea tres veces. Un eco atronador resuena.
-Las capas.- susurra su hermana.
Nosotros, obedientes, nos arrebujamos en nuestras ropas tapando los rasgos aralios tan bien como podemos. En ese momento, una figura se asoma a la muralla y grita:
-¡Que la gloria de Su Majestad se extienda por los Imperios!
-¡Y que su sabiduría y bondad ilumine nuestro camino!- repone Flair con su hermosa voz.
-Hipócritas...- farfulla Neldrey para ella misma sin ser oída. Tomo su mano disimuladamente y la aprieto. Este lugar le trae pésimos recuerdos, no debe de ser fácil para ella volver al lugar donde vio morir a su madre.
Con un chirrido insoportable, las pesadas puertas azules se abren dejándonos entrar, por fin, en La Capital.

Capítulo 83

Ante mí se alza un escenario deplorable. Las casas, casi derruidas y sucias, se esparcen como manchas horribles en un lienzo. Hay mantas raídas en las calles con familias enteras sobre ellas. Las ratas, grandes como gatos, corren haciendo de ese infierno su reino. En un callejón hay una casa, un poco más grande que las demás, de la cual se desprende un hedor nauseabundo. Cuando Flair ve la expresión de asco que florece en mi rostro ríe amargamente y dice: “querida Lyx, lo que estás mirando asqueada es la enfermería... bueno, ése es el nombre oficial, la realidad es que es el lugar donde dejamos a aquellos a los que le quedan pocos días para pudrirse. El paraíso, ¿verdad?”
Quiero llorar pero aguanto la tentación. Miro a Neldrey y veo que un cambio se ha efectuado en ella. Ya no es la chica risueña y desvergonzada con la que he viajado; se ha puesto una máscara de indiferencia que da serenidad a sus rasgos, pero que la hace fría. El mero hecho de entrar aquí, ha hecho a su corazón enmudecer.
Los niños no juegan, no ríen, ni siquiera lloran; tienen demasiada hambre. Las madres están mortalmente delgadas y los hombres caminan alcoholizados de dolor, de impotencia.
La ciudad se divide en tres estratos. A lo lejos se ve un muro que divide al pueblo llano de aquellos con dinero y, por encima de este nivel, se vislumbra una preciosa muralla con dibujos hechos de plata que brillan cegadores. El castillo del Rey se encuentra allí, lejos de la mugre y del dolor.
Un asomo de ira y de sed de venganza se cuelga de mi garganta.
Caminamos por entre restos de basura. Veo un cúmulo de ratas y, bajo esa maraña de rabos y uñas, una manita inerte. Rothian grita recordando su propia experiencia y Jake corre hacia la masa de roedores. Las espanta con un palo y levanta a una niña de unos siete años. Me mira y susurra: “se parece a Luy...”
Cubro mi boca para no gritar. La pequeña, con el cuerpo hinchado y malherido, abre los ojos y, deshaciéndose de los brazos de mi amigo dice:
-Dejadme morir en paz.
-¿Qué...? ¡No!-responde Rothian temblorosa.
La niña comienza a reír alocada y un acceso de tos sanguinolenta azota su cuerpecito.
-Qué importa. Me quedan pocos días y no quiero ir a “la enfermería”.
-Pero... pero...
la mirada hueca de la niña hace callar a la princesa.
-Olvidadme basura. Estoy aburrida.
Y allí, frente a nosotros y sin que podamos evitarlo, la pequeña se clava un trozo de cristal de una botella en la garganta.
Rothian grita pero Flair le tapa la boca. Ni él ni Neldrey se ven afectados.
-No chilles. Aquí ésto pasa varias veces al día. Si gritas demostrarás que eres extranjera.
-¿Nadie de aquí se apiada de una chiquilla que se acaba de suicidar en medio de la calle?- digo con la voz cargada de odio.
-No. Los que están vivos son solo aquellos demasiado cobardes para imitarla.
La voz vacía de Neldrey me estruja tanto el corazón que me duele.

Capítulo 84

Neldrey nos guía por calles estrechas en las que la violencia y la desesperación son los máximos mandatarios. Al caer la noche vemos una especie de hotelucho que podría, perfectamente, ser la escena de un crimen. En la puerta hay tres jóvenes borrachos que agarran a la chica rubia de la cintura y le proponen algo muy poco decente. Jake los empuja con mirada amenazadora y los chicos, riéndose, caen al suelo.
Entramos en el establecimiento. La sala principal es una especie de salón común en el que solo hay hombres bebiendo hasta olvidar sus propios nombres. Camareras desnudas de cintura para arriba y con el pelo enmarañado reparten jarras de una bebida que no reconozco. Algunas de ellas lucen golpes en su cara y pechos.
-Neldrey...¿dónde estamos?-pregunto suponiendo la respuesta.
-En casa.- contesta secamente. Lo sabía, aquí es donde Neldrey tuvo que clavarle un abrecartas a un hombre por golpearla. Jake la toma de la mano con firmeza y la chica se traga su debilidad para guiarnos por habitaciones de las que salen gritos.
-En el nombre de los dioses- dice Rothian impresionada-. Chillan como si las estuvieran matando.
-Las están matando- comenta la joven rubia-. O al menos, lo están intentando. Esta zona está reservada para aquellos que gozan golpeando a una mujer mientras fornican con ella. Asqueroso.
Todos enmudecemos... ¿cuánto ha tenido que soportar nuestra amiga?
Nos lleva a una puerta roja y la golpea con los nudillos. Una voz cascada por la edad nos insta a entrar.
Una espesa nube de humo dulzón nos invade penetrando en nuestras fosas nasales. Toso y alzo los ojos llorosos. La sala está llena de flores secas y retratos de mujeres sonriendo tristes. Delante de Neldrey hay una mesa roja llena de papeles. Una señora mayor, de unos setenta y pocos años está sentada en ella. Su cuerpo enjuto es un patético resto de una mujer de curvas pronunciadas. El pelo rojo mezclado con canas blancas cae en una cascada por su espalda. Tiene un enorme lunar en su barbilla. Todo en ella está desgastado salvo sus ojos, que son grandes y marrones destilando inteligencia, fuerza y juventud.
-¿Me engañan los ojos o es la pequeña Neldrey?
-Hola madame. He vuelto.
La mujer se levanta cojeando; tiene una pierna de madera deforme. Sus palabras, veladas por el vaho que impregna la habitación, se quiebran mientras abraza a la chica.
-¿Buscas trabajo? Has crecido muy bien.
-No. Ya no voy a volver a yacer por dinero.- dirige una mirada cargada de intenciones a Jake que no pasa inadvertida para nadie.
-Oh, el amor... siempre te dije que no existe. Solo es una palabra bonita en la boca de las niñas inocentes. Nunca pensé que fueras una chiquilla ilusa
-Y no lo soy. Solo que no me he dado por vencida y ahora estoy fuera de lugar en este agujero de ratas.
La mujer, con una rapidez impropia de su edad, tira a Neldrey sobre su mesa y clava una pluma manchada de tinta junto a la sien de la joven, manchando sus cabellos de oro. Nos tensamos pero Flair extiende la mano para detenernos. La rubia no ha cambiado su expresión seria ni un ápice. Ni siquiera le ha temblado el labio. Tiene un dominio total de sus emociones. Se miran fijamente y tras unos segundos eternos, la madame libera a la chica sonriendo.
-Siempre supe que eras un rayo de luz, pequeña. La pregunta es, ¿podrás resistir en este pozo oscuro?
-Sí.
La mujer sonríe orgullosa y acciona una palanca. Una pared se entreabre dejando a la vista un austero salón. La escasa decoración contrasta con el ambiente recargado del despacho de la madame. Solo hay un par de divanes color café junto a una mesa baja de madera. El suelo está cubierto por alfombras de distintas tonalidades de verde y algunos cojines marrones.
-Podéis quedaros aquí cuanto queráis.
Entonces, ella vuelve a sus sitio inhalando más de ese extraño humo y nosotros nos adentramos en el habitáculo secreto.

Capítulo 85

Todos, agotados emocionalmente por lo que hemos visto en esa ciudad corrupta, nos tumbamos sobre los divanes o sobre las mullidas alfombras. Ni siquiera hablamos. No nos vemos capaces de darle voz al dolor que hemos visto. Es ese tipo de sufrimiento que se ve y se siente, pero del que no se habla porque envenena. El tipo de agonía que hiere al que la vive y al que la observa. El peor tipo de tortura. No sé cuánto tiempo tardamos, pero al final, todos cerramos los ojos.

Con sigilo, una figura se escabulle de la sala.

Reporte número cinco. Habla Flair Maldow, espía de Su Majestad, perteneciente al cuerpo especial Z.

Ya nos encontramos en La Capital. Soy consciente de que debía enviar un informe a las puertas de la ciudad. Pido disculpas por mi desobediencia pero no pude librarme de los aralios. Ahora mismo nos encontramos en un prostíbulo cerca de la segunda muralla. De momento no tienen planes, están en shock por lo que han visto aunque supongo que es norm.. lo siento, mis opiniones son irrelevantes. En cuanto tracen un plan de acción, se lo comunicaré.

Aquí finaliza el informe número cinco. A la espera de nuevas órdenes.”

Flair espera la respuesta: “hable sobre la Pincesa Rothian”.
El joven espía pryorano aprieta el transmisor. No sabe la razón, pero no quiere revelar nada sobre la chica. No la ama, pero tampoco quiere verla muerta. No obstante, si traicionarla es el precio que debe pagar por su libertad y la de su hermana, lo hará.

La Princesa sigue pensando en un matrimonio de conveniencia aunque no sabe cómo acercarse al Castillo para tener una audiencia con Su Alteza.”

Buen trabajo. Mañana a media noche, tráigala hacia el ala oeste de la Segunda Muralla. Habrá un cambio de guardias a los que avisaremos previamente para dejarlos entrar. Usted le dirá que aprovecharán ese momento sin protección para pasar al interior y una hora después seguiréis los mismos pasos en el muro que defiende el castillo de Su Majestad. Cuando os halléis cerca del jardín trasero, unos guardias os estarán esperando, apresarán a la joven princesa y usted será recompensado. Con respecto al resto de aralios, en cuanto tengamos a la chica, serán capturados y ejecutados en público. Se convertirán en el detonante de la guerra: los extranjeros que han intentado asesinar a la Familia Real para imponer un régimen dictatorial. Son como borregos, creerán cualquier cosa que les digamos y harán todo lo que les ordenemos por una hogaza de pan.”

Flair traga saliva. No lo entiende, ellos no significan nada para él pero, entonces por qué...

De... de acuerdo pero, ¿cómo hago para llevar sola a Roth... quiero decir, a la Princesa, hacia la trampa?”
¿Acaso no hizo que ella lo amara? Use sus propios sentimientos en su contra.”
Esto... bueno, podría pero...”
¿Está dudando, Flair Maldow? No olvide que si tenemos éxito Su Alteza le otorgará aquello que tanto ansía: libertad y seguridad para su hermana y para usted.”
Sí. Lo haré.”
Buena elección.”

El joven, apretando los dientes hasta hacerse daño en la mandíbula, guarda el transmisor. Se desprecia a sí mismo. La sola idea de ver a Rothian en manos de un Rey sin corazón y del petulante de su hijo le asquea. Ésa es la razón por la que jamás se perdonará a sí mismo por lo que va a hacer, porque va a seguir el plan. Su hermana y él han sufrido demasiado y si entregar a una princesita aralia es la llave para conseguir un poco de estabilidad, no va a dudar más. No es como si sintiera algo especial por ella...

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lunes, 15 de agosto de 2016

Capítulos 77, 78, 79 y 80

Capítulo 77

Estoy agotada, llevo varios minutos huyendo de los ataques corrosivos del reptil. Su velocidad ha aumentado exponencialmente. Con los ojos abiertos no necesita basarse tanto en el oído por lo que la patada que le di no ha significado un gran daño. Mi cuerpo apenas puede seguir ese ritmo, casi no puedo producir fuego. Un gran escupitajo planea sobre mi cabeza. Alzo el brazo asustada y creo un escudo de flamas que hace evaporarse las babas. “Al menos puedo protegerme un poco más” pienso al borde del colapso por la energía que cada chispa que genero absorbe de mí. Corro de espaldas con la mala suerte de tropezar contra una roca. Un brillo malicioso se apodera de los ojos negros de la bestia y lanza una enorme ola de saliva sobre mí. No puedo moverme. No me responde el cuerpo. “Maldición” susurro.
Unos brazos fuertes me agarran de la cintura y me impulsan a rodar con rudeza por la roca. Caigo sobre el sargento.
-¡¿Ishtral?! ¡Te has despertado! Gracias a los dioses...- grito con ojos llorosos.
-Sí... y ya te contaré el sueño que me has dado, morena. Ahora... ¿me vas a explicar qué haces jugando con lagartijas sin invitarme?
-Oh, si te hace ilusión participar en este divertido juego, eres libre de unirte.
Le digo que evite la saliva señalándole mi pantalón y piel abrasados. Los ojos de oro del sargento se vuelven fríos y opacos. Está enfadado. Mejor, a pesar de las bromas, ésto no va a ser fácil.
Nos miramos y cada uno corre en una dirección, él dispara con su revólver a sus ojos mientras yo lanzo bolas de fuego hacia su boca para evitar que le escupa a Ishtral. Parece que funciona pero el reptil mueve su serpentiforme cuerpo golpeando la espalda del sargento Blood y lanzándolo por los aires.
-¡ISHTRAL!- grito preocupada.
Desvío mi atención momentáneamente, craso error. Recibo un fortísimo golpe en el tronco que me hace escupir sangre. Odio ese sabor en la boca.
Ambos nos levantamos despacio. Una flecha araña el aire clavándose en el ojo izquierdo de la bestia. El sargento y yo nos giramos aliviados. Flair también ha despertado aunque se le ve mortalmente pálido. Sin respiración y temblando. A él nunca le tiembla la mano a la hora de usar su arco. Supongo que debe seguir bajo los efectos de la pesadilla que ha vivido. Puede que sea una tonta, pero me siento algo más confiada. Por mi mente pasan todos los recuerdos de la batalla que he estado manteniendo con este monstruo antes de que mis amigos se despertaran. “Lo tengo” pienso.
-¡Flair, Ishtral, tengo un plan!
-Somos todo oídos.- dice lentamente Flair.
-Necesito que lo entretengáis, que le hagáis abrir la boca. Para eso debéis enfurecerlo, que escupa. Disparadle hasta conseguirlo.
-¿Y tú que tienes pensado hacer?- dice Ishtral leyéndome la mente.
-Confiad en mí, por favor. Solo haced lo que os he dicho.
Ambos asienten. Comienzan a dispararle flechas y balas desde la distancia. Daños que la bestia siente como molestas picaduras de un insecto. No obstante, muchos golpes insignificantes seguidos, concentrados en un mismo punto, puede llegar a conseguir una molestia mucho mayor. Intento relajarme y hago acopio de toda mi fuerza. Siento, con dolor, como un remolino de fuego envuelve mi cuerpo, encerrándome en una especie de huevo flamígero.
La enorme serpiente abre la boca preparando un nuevo chorro de babas.
-¡LYX!- gritan los dos al unísono.
Me impulso con los pies en la pared y, envuelta en llamas, penetro en la boca del monstruo.

Capítulo 78

Qué asco, dentro del tubo digestivo de la serpiente me siento presa por la bilis. Los jugos del animal no me dañan gracias a mi escudo de fuego pero no durará mucho. Vuelvo a aunar calor. Me concentro. El dolor estalla en mi cuerpo y caigo sobre las viscosas entrañas. Trago mi propio vómito y lo vuelvo a intentar. Si no lo consigo, seré un suculento aperitivo para este bicho. Me abrazo clavándome las uñas y grito. Es una forma de liberar el dolor que siento al producir tanto calor. El animal se mueve consumido por el dolor. Voy a quemarlo desde dentro. Un lamento ensordecedor me revienta los tímpanos mientras ardo como mil soles. Una explosión. El monstruo ha reventado y yo me encuentro sobre un montón de vísceras asquerosas. Alzo la cara manchada y veo a Ishtral y a Flair con los ojos desorbitados. En ellos brilla una mezcla de miedo, confusión y admiración. En los del sargento también hay un dulce matiz de amor. Abro la boca para intentar articular un “lo conseguimos” pero no soy capaz. Pongo los ojos en blanco mientras las rocas, los túneles, la sangre azul oscuro de la bestia y mis amigos dan vueltas en mi campo de visión. Me doblo sobre mí misma expulsando la arcada que estaba conteniendo. Mis músculos, huesos y todo mi ser llora y se queja por el esfuerzo. Caigo desplomada y lo único que logro ver entre la incipiente oscuridad que nubla mi mirada es a los dos jóvenes corriendo a ayudarme.

Sueño de Lyx

Me despierto en mi habitación, en casa.
-Hola, cariño. ¿Qué tal estás tras tan arduo combate?
-Ma... Mamá...-digo sin poder respirar.
Allí está ella: sus mechones rubios, cortos y rizados enmarcan su hermosa cara ovalada. Los ojos entre verdes, azules y marrones me miran con cariño. Los ojos más bellos de toda Arala. Me sonríe con una ternura que casi había olvidado.
-Mami, yo...
Me convierto en la niña pequeña asustada que era cuando murió... cuando la maté. Ella me abraza y lloro en su regazo hasta que se me agotan las lágrimas.
-Lo has hecho muy bien, chiquituji. Pronto acabará todo ésto y podrás ser libre. Tienes que ser fuerte, por mí y por Pete.
Alzo la vista y veo a mi hermanito riendo.
-Lyx, eres una llorona.
-Pete...-trago lágrimas saladas-. Aquí el único llorica eres tú, enano.
-Pues tú eres una tonta y te tienes que ir de aquí. Todavía quiero tener un poco más de paz y tranquilidad sin ti regañándome por todo, gruñona.
-¿Me tengo que ir?- digo apenada.
-Sí cariño. Tu viaje no ha acabado. Jake, la princesa y la chica rubia aún luchan. Además, hay cierto sargento que vendría aquí si hiciese falta a por ti, ¿me equivoco?
El calor perla mis mejillas. Mamá y Pete ríen.
-Os quiero y mamá... perdona.
-No tengo nada que perdonar, Lyx. Anda, vuelve que haces más falta allí que aquí. Nosotros te esperaremos el tiempo que haga falta.
-Suerte hermana, dale recuerdos a Jake y a los demás.
-¿Y Luy?-pregunto irónica. Mi hermano se avergüenza y me grita “¡si es que no hay quien entienda a las niñas!”

Capítulo 79

Despierto llorando. “Mamá, Pete...” pienso. Me encuentro acostada, junto a Jake, en un túnel que no recuerdo. ¿Qué ha pasado? Ah sí, la serpiente. Recuerdo que me metí en su boca, en su estómago y ardí. Observo mi cuerpo. Tengo la cara limpia y otras ropas. Una gran venda cubre las heridas de mi pierna.
-Lyx... al fin despiertas.
Levanto la cabeza y el sargento toma mis hombros y me acuna. Me abraza con demasiada fuerza, apenas puedo respirar. Entonces me mira con intensidad.
Va a besarme” pienso viendo sus intenciones reflejadas en el metal de sus ojos.
-¡LYX!- Neldrey se abalanza sobre mí apartando a Ishtral sin ningún miramiento. Al parecer mi amiga ha ignorado por completo la atmósfera que había entre Blood y yo.
-Hola, ¿he dormido mucho?
-Has roncado, como en el campamento de los bastardos. Serías la peor compañera de cuarto.
-Gracias por el dato, Neldrey. Creo que no podría vivir sin esa valiosa información.
-Vale, sigue igual de borde, ¡está bien!- dice la rubia sacándome una sonrisa.
Al momento aparecen Flair y Rothian. Al parecer, el único que aún no ha despertado es Jake... “¿tan horrible es lo que está soñando?” Me pregunto.
Neldrey sigue mi mirada y sus ojos verdes se oscurecen.
-Tengo miedo... ¿y si no despierta? Te juro que como no abra los ojos pronto lo mato... Jake, cariño...
-Despertará. Es más fuerte de lo que piensas, de lo que él mismo piensa.-digo consolándola.
Me dan algo de agua y se sientan a mi alrededor. Por lo visto, mientras estaba inconsciente, se despertaron Rothian y Neldrey casi a la vez. Al estar muerto el reptil y como todo el polen de las flores había sido expulsado, pudieron escalar. Flair me llevaba a mí a cuestas y, como Ishtral es más corpulento, sostenía el cuerpo de Jake. Ahora estamos en el túnel del cual salió la bestia. Me doy cuenta de que una muy leve brisa azota mis cabellos sudados. Al fin estamos cerca de la salida.
-Y... ¿vosotros qué habéis soñado?- pregunto curiosa.
Todos palidecen mortalmente. Aprietan los dientes y tensan los músculos.
-¿Tan horrible ha sido?-sigo preguntando.
-¿Es que acaso tú no lo has pasado mal?- dice Rothian cabizbaja.
Por supuesto, ellos no saben que el polen no me afectó. Simplemente creerán que fui la primera en despertar...
-Esto... sí, fue una pesadilla terrible.
Todos asienten salvo Ishtral, que me mira suponiendo la verdad. Jake empieza a revolverse, incómodo. Golpea su propia cabeza contra el suelo rocoso. Neldrey lanza un grito y coloca sus manos bajo la nuca del joven. Él sigue golpeándose solo que ahora el daño se lo lleva mi amiga, que no emite un solo quejido. Solo mira con dolor a Jake.
-Te quiero, idiota. Despierta de una vez...-es lo único que dice cuando el joven deja de autolesionarse. Ella tiene los nudillos despellejados y sangrando.
Mientras Rothian venda las delicadas manos de nuestra amiga, Flair vuelve a acomodar a Jake.
-Lyx, Flair me preguntó cómo habías hecho lo del fuego.-confiesa Ishtral.
-¿Qué le dijiste?
-Que siempre has tenido esa extraña habilidad, la de manipular el fuego. No sé si se lo ha creído pero al menos no seguirá preguntando por el momento.
-Bueno, la verdad tampoco es que sea mucho más verosímil.
-Además le dije que te sientes incómoda si los demás saben de tus poderes. Accedió a guardar el secreto.
-Gracias, Ishtral...
-Gracias a ti. Nos has salvado la vida. Además...- adopta una expresión provocativa.
-Además, ¿qué?-digo suspicaz.
-Me ha encantado cambiarte de ropa.
-¡¿Has sido tú?! ¡Pensé que habría sido Neldrey o Rothian!
-Bueno... insistí. Y lo hice por ti.
-¿Por mí? Oh muchas gracias, gran y misericordioso Ishtral. Seguro que te ha supuesto un enorme esfuerzo verme desnuda.
Él ríe y, la verdad, yo simplemente estoy fingiendo estar enfadada.
-Oye, si te hubieran cambiado ellas habrían visto las marcas de la araña, y no quieres eso, ¿no?
-Te odio.- contesto cortante.
-Seguro que sí.
Tras decir eso, me besa un hombro provocándome un escalofrío.
-No te ha hecho efecto el polen, ¿verdad?- me sigue preguntando.
-No. Al parecer mi querida araña me tiene acostumbrada a otro nivel de tortura psicológica; esas plantas no me hicieron ni cosquillas. Oye... ¿Con qué soñaste?- él me mira.- Me dijiste que me lo contarías.
-Soñé que luchaba contra lo que más amo... contra ti.- lo miro fijamente. Me late con fuerza el corazón. No me acostumbro a que el estoico sargento diga lo que siente de manera tan sincera.
-¿Y? Para despertar debías vencerme, ¿no?
-Bueno, digamos que más que vencerte hice que te volvieras loca por mí. Un desenlace perfecto, ¿no?
-Sí, se nota que era un sueño. Como si eso pudiera pasar en la realidad- digo muerta de risa. Él finge molestarse y me atrae hacia él.
-¿Me estás retando?
-Puede.

Capítulo 80

Rothian sostiene la pequeña lámpara que está a punto de morir. Yo voy junto a ella con Neldrey sin hablar. Está realmente preocupada por Jake. Ishtral y Flair, van detrás de nosotras llevando a mi amigo. Nos adentramos en el oscuro túnel dejando atrás la débil luz que cedían las flores alucinógenas. De nuevo el intrincado laberinto de giros, subidas y bajadas, saltos estúpidos y pequeñas paredes que hay que escalar. No obstante, hay algo diferente esta vez, algo que nos mantiene con esperanza: la constante brisa. Seguimos una débil ráfaga de aire fresco, aire del exterior.
Como siempre, pierdo la noción del tiempo. La roca ahoga cualquier asomo de orientación. Caminamos por inercia, si nos paramos a pensar en el agotamiento ninguno sería capaz de continuar. El eco de nuestros pasos solo se ve acompañado por el quejido persistente de Jake, que no es capaz de despertar. El sufrimiento interno de mi amigo constituye una patética banda sonora que, por desgracia, describe a la perfección nuestro paso por “La Montaña de los Olvidados”.
Sudando, extenuados y maldiciendo todas y cada una de las piedras que pisamos, seguimos andado. Mi pierna está mucho mejor, siento un agradable beso cálido en la zona abrasada. Me curo más rápido de lo normal.
-Decidme que no estoy alucinando otra vez... ¿Esa luz es... la salida?- la trémula voz de Rothian, que encabeza el grupo, nos hace parar en seco.
-¡Sí, es la salida!- grito emocionada.
Todos corremos en una descoordinada carrera en busca de libertad. Al llegar al asomo de claridad, podemos ver el paisaje. “Al fin” pienso. Miro hacia abajo, nos encontramos en la ladera de la Montaña a unos veinte metros sobre el suelo.
-Vamos chicos, un último esfuerzo- dice Neldrey-. Jake, cariño, ya te sacamos de este infierno...
La rubia besa los labios agrietados del joven y nos mira al resto. Comenzamos el descenso con mucho cuidado. Yo podría bajar a ciegas sin caerme. Tengo una gran agilidad y resistencia. Supongo que las calles de Arala me han entrenado bien. Neldrey también baja sin mucho esfuerzo. Es una chica atlética, con buenos reflejos y movimientos gatunos. Por el contrario, Rothian se mueve lenta y de manera un tanto torpe pero sin dudar al apoyar el pie. Por quienes temo es por ellos. Deben bajar perfectamente coordinados pues llevan, en una suerte de sogas medio rotas, a Jake colgando como un peso muerto.
Milagrosamente, todos llegamos al suelo sanos y salvos aunque hemos sufrido un poco cuando una de las cuerdas que sostenía a nuestro amigo se rompió y su pierna derecha, libre de ataduras, hizo tropezar a Flair.
Ya fuera de la Montaña, el júbilo que deberíamos sentir se ve enturbiado por los párpados, aún cerrados de Jake. Neldrey, desesperada, agarra al chico de la camisa y comienza a zarandearlo.
-¡Estúpido Jake! ¡despierta de una maldita vez! Te hemos sacado de allí, ya puedes abrir los ojos. Sea lo que sea lo que estés soñando, no es real. Estás bien... por favor...-dice ahogándose en su propio sollozo.
Entonces, como si hubiera oído las palabras de la joven, él alza su mano temblorosa y seca las lágrimas de nuestra amiga.
-Enfadada das miedo, además no te pega llorar.
Ella, emocionada, hunde sus labios en los de Jake, que recibe su beso sin demasiadas ganas pero sin fuerzas para negarse. Es extraño, Jake había dejado de rechazar a Neldrey, entonces, ¿por qué no le devuelve el beso con la misma intensidad?
-Bueno, ya era hora de que espabilaras, empezábamos a pensar que te ibas a quedar dormido para siempre. ¿Por fin has derrotado a tu peor pesadilla?-pregunta Ishtral.
-No, no lo he hecho. Imagino que aquí fuera el influjo del polen se ha hecho mucho más débil y he podido darme cuenta de que era una ilusión. No he sido capaz de escoger...
-¿Escoger? ¿a qué te refieres?- pregunto extrañada pues supuse que su sueño se trataba de su padre, no sobre alguna elección.
Mi amigo me mira sumamente apenado pero se repone.
-Nada, olvidadlo. Eso ya no importa. Al menos ya estoy despierto y fuera de ese lugar.

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jueves, 11 de agosto de 2016

Capítulos 73, 74, 75 y 76

Capítulo 73

¿A salvo? ¿de qué? En estos túneles no hay absolutamente nada excepto huesos carcomidos, oscuridad y aire rancio. Esa vieja solo quiere confundirme... ¿verdad?
Perdida en mis pensamientos oigo a Neldrey chillar y levantarse llorando. Centra su iris borrado en mí y me embiste. Me encuentro en el suelo con mi amiga sobre mí tirándome de el pelo. Lucha como un animalillo desesperado.
Lo siento” pienso mientras la golpeo entre el cuello y el hombro izquierdo para dejarla medio atontada. Lo justo para que no se levante. Se ovilla y solloza. Odio verla así, a ella, siempre tan alegre, expresiva y desvergonzada. Me acerco a mi amiga y le acaricio los mechones dorados. Parece calmarse pero sé que en su mente está luchando contra algo que la aterra.

Sueño de Neldrey

Tengo trece años. Estoy mugrienta, muerta de hambre y Flair... él lucha por nosotros. No puedo dejar que lo haga todo solo. Entro en un prostíbulo y pido trabajo. 'Soy virgen' digo tímida y asustada a la madame, una señora voluptuosa y pelirroja con un imponente lunar en la barbilla. 'Mejor, a los clientes les gusta estrenar a sus muñecas de vez en cuando'.
Han pasado seis días desde eso. Flair no sabe nada. Siento náuseas y me tiemblan las piernas cuando, al llegar a trabajar, la madame me dice que me tiene asignado a un cliente que las prefiere jóvenes. No quiero, pero una lágrima se me escapa y ahogo un pequeño grito. Ella se me acerca con algo parecido a compasión en los ojos. 'Tranquila pequeña. Solo dolerá al principio. Sobre todo no le desobedezcas. Acabará antes de que te des cuenta, ¿vale? Venga, te está esperando en la habitación del fondo. Ponte eso'.
Me pongo un vestido de gasa verde botella que deja muy poco a la imaginación. Me miro al espejo, pinto mis labios y maquillo las huellas de las lágrimas. Me abrazo para darme fuerzas y me acerco a la puerta con un nudo en el estómago.
Sentado en la cama veo a un hombre enorme, gordo, solo con unos pantalones de tela morada. Se relame. Su aliento a alcohol y la mirada lasciva hacen que dé un pasito hacia atrás y me doy en la cabeza contra la puerta.
-No tengas miedo, te va a gustar.
Hago de tripas corazón y me trago el vómito que recorre mi esófago. Me acerco y comienza a manosear cada rincón de mi cuerpo. Quiero huir o gritar pero, como no puedo, simplemente me quedo inmóvil mientras la lengua de ese orondo personaje se pasea por mi abdomen y sube hasta mi pecho. Entonces me golpea. Caigo sobre la cama, más asustada que dolorida. Él ríe a carcajadas y me tira del pelo mientras muerde y babea mi cuello. Me revuelvo y me deshago de sus enormes manos.
-¿Quieres huir, zorrita? Mejor, es más excitante someterte por la fuerza.
Un relámpago de terror estalla en mi mente: 'Me va a violar. No estoy preparada. Socorro, Flair'. Huyo por la habitación como puedo. Me acerco a la mesilla y cojo un abrecartas. Se lo clavo en la espalda. Qué asco me da todo, incluso yo misma. Grita de dolor y me propina un puñetazo en la cara que me hace salir volando y dar con la espalda en la pared. Escupo todo el aire de mis pulmones con los ojos aterrados. No puedo respirar y veo que él se acerca a mí lentamente.
-Vas a pagar por ésto, puta.
Empiezo a temblar cuando la madame aparece y le dispara entre las cejas. La sangre me ha salpicado la cara. Me mira impasible, se acerca y me da una sonora bofetada. Atontada, llevo mi mano a la mejilla caliente y entonces ella me da un consejo que cala hondo en mí.
De repente, el gigante que creía muerto, se levanta con los ojos inyectados en sangre y coge del cuello a la madame. Ella tose y se revuelve hasta quedar inconsciente. Estoy sola frente a ese ser.”

Capítulo 74

Sueño de Rothian

Ratas. Miles, no, millones de ratas. De dientes amarillos y afilados. Ojos rojos como el infierno. Rabos largos y ásperos que se me meten por la boca. Siento infinitas agujas clavarse en mi cuerpo, devorando mi alma y arrancando la carne. De repente, todas se alejan y me quedo sola. Me levanto sangrando y con el corazón muerto de miedo y dolor. Ante mí, veo un espectro descarnado. Un reflejo mío sin piel y con numerosas heridas supurantes. Ya no solo su cuerpo, sus ojos son cuencas oscuras y vacías. Son agujeros negros que quieren absorberme. Me tiembla todo el cuerpo y caigo de rodillas. El polvo lame mis heridas recientes y las lágrimas bailan crueles por mi cara destrozada aumentando el escozor. He de luchar contra mí misma, contra esa versión demoníaca de mí misma”

Sueño de Ishtral

Soy un niño pequeño, mugriento, abandonado y a punto de morir. La cocinera de Palacio me encuentra y me cría como si fuera su hijo. Crezco, me entreno y soy feliz. Un día conozco a una ladronzuela con aires de grandeza y lengua venenosa: Lyx. Desde que la veo por primera vez siento una conexión especial cuando la miro a los ojos. Antes de darme cuenta me enamoro de ella. Ahora la tengo delante, bella y fuerte como cien soles.
-Te quiero, Lyx.
Ella se empieza a reír alocadamente. Con voz estridente me dice
-Debes estar de broma. ¿Cómo podría amar a un despojo de la sociedad sin nombre?
Se me cae el corazón a los pies y la tomo de los hombros, zarandeándola y echándole en cara todos los momentos que hemos vivido. Me niego a creer que han sido una mentira. Ella, por respuesta, me mira fríamente y con una total indiferencia me dice:
-Simplemente estaba aburrida y tú eras lo más interesante que había, sargento Blood.
Me arrodillo frente a ella y Lyx se agacha para acariciarme el pelo; cegado por la ira saco el puñal dorado y lo dirijo hacia ella. Sus ojos brillan divertidos.
-Perfecto, juguemos amor mío.
Odio ésto: tengo que pelear con la mujer a la que amo”

Sueño de Jake

Salto por los tejados de mi adorada Arala, me giro y los brazos de Lyx envuelven mi cuello depositando un suave beso en mis labios. Mi corazón late como una enorme ola, henchido de felicidad. De repente, la azotea en la que nos encontramos cae derrumbada y pierdo a Lyx. Cuando me levanto, encuentro bajo los escombros a todos los huérfanos, malheridos y llorando. Pete está muerto y la pequeña Luy acuna su cabeza entre sus pequeños y finos brazos sin creerse lo que acaba de suceder. Me levanto e intento abrazarla. Ella me mira furibunda y me grita que todo es mi culpa, más exactamente de mi padre.
¿Mi padre? Pero si era un borracho cruel que me golpeaba para liberar tensiones antes de dormir y que cuando crecí un poco nos abandonó. ¿Qué tiene que ver él en todo ésto?
-Por culpa de tu padre, no solo Pete habrá muerto, sino también Lyx y esa señorita. Lo llevas en los genes. Te volverás como él.
Me caigo de culo pensando en las palabras de la pequeña Luy. Jamás seré como él. Sería mi peor pesadilla. Una risa grave y cascada me devuelve a la realidad y me giro. Mi padre tiene en su mano derecha, la melena morena de Lyx. Ella está tan débil que no se puede mover, me mira asustada. En su mano izquierda... ¿Neldrey? ¿Qué hace ella aquí? Se encuentra en las mismas deplorables condiciones que Lyx. Ambas dirigen sus ojos suplicantes a mí y yo encaro a mi padre. El diablo hecho carne.
-Una muere, otra vive. Escoge, hijo- intento moverme hacia él pero aprieta a las dos chicas haciendo que chillen-. A no ser que prefieras que mueran las dos... Quieto ahí y elige. Al final, acabarás siendo como papá.
-No... Jamás seré como tú.”

Sueño de Flair

Soy solo un niño sucio con un arco viejo y polvoriento pero aún certero. Neldrey se enjuga las lágrimas y se sorbe los mocos frente a los soldados del Rey. Mamá murió por una enfermedad y ya no puede protegernos. Yo lanzo las flechas y mato sin ninguna piedad a varios hombres. No sabía que podría usar arco y flechas. Estoy tan asustado que quiero morir pero he de salvar a mi hermana. No puedo permitirme perderla a ella también. Por mucho que lucho, ellos me superan en número y en edad. Son mucho más experimentados que yo y aunque les he causado unas cinco bajas, nos atrapan. 'Otra purga de bastardos del Rey, ¿es que esta vez sí vamos a morir?' pienso asustado. Abrazo a mi hermana y, mientras le acaricio la coronilla le digo que todo va a salir bien, que solo vamos a dar un paseo por Palacio. Ella no se lo cree pero intenta sonreírme. Nos llevan a ambos a una sala del castillo en vez de a las mazmorras donde se pudren el resto de hijos ilegítimos del cerdo que tenemos por monarca. Frente a nosotros aparece Su Majestad. Lo miro con tanto odio que se me escapa de los ojos. Él me observa, altanero, y ríe. A un gesto suyo, cogen del pelo a mi hermana y la atan a una silla. Yo chillo pero la hoja metálica de una espada se interpone entre nosotros. Giro mi cabeza y veo al Príncipe Drake apuntándome.
-Eres un crío interesante. Una rata de alcantarilla que podría salvarse. Vence a mi hijo y tu hermana y tú viviréis.
El príncipe sonríe soberbio y me lanzan una espada de madera. Madera contra metal. Un bastardo contra un príncipe.”

Capítulo 75

Veo que todos mis amigos sufren en sus sueños. Me siento impotente por no poder ayudarlos pero, como dijo mi peor pesadilla, ellos deben vencer sus propios miedos solos. Acaricio la mejilla de Jake en un gesto tierno... puede que no sepa con qué sueñan los demás, pero sí sé que está causándole dolor a mi mejor amigo: su padre. Lo que más miedo en el mundo le da es convertirse en alguien como él. Beso su frente, perlada por una capa de sudor frío. Cuando me separo de él siento un temblor leve. “Habrá sido un pequeño terremoto, a fin de cuentas estamos bajo tierra. Tranquila Lyx” me tranquilizo a mí misma. No obstante, rápidamente recuerdo la advertencia de la araña: “mantenlos a salvo”. Un hormigueo de inquietud baila en mi estómago.
No tengo nada con lo que refrescar a mis amigos así que me dedico a secarles el sudor y a colocar nuestras mochilas en sus cabezas. Mientras estoy acomodando a Ishtral, éste se levanta, agarra mi mano clavándome las uñas y grita mi nombre. ¿Soy yo su peor miedo? Sé que no soy la persona más agradable del mundo pero de ahí a ser la protagonista en las pesadillas de alguien... Cuando todo acabe voy a acribillarle a preguntas. Sin mucho esfuerzo vuelvo a tumbar al sargento.
Una débil lluvia de polvo nos azota. Miro hacia arriba y otro temblor, esta vez más fuerte, mucho más fuerte, sacude el terreno.
Prepárate querida, ya viene” la voz del arácnido hace que me ponga en tensión.
Con un alarido que parece un lamento, del agujero por el que queríamos ir, sale una especie de serpiente inmensa. Es de color gris y azul pálido. Carece de ojos pero tiene unos agujeros a ambos lados del cráneo cuadrangular a modo de oídos. Todo su cuerpo está cubierto por una mucosa asquerosa y su lengua bífida aletea en el aire rancio. Lanzo una maldición y, con un movimiento torpe, orienta su gran cabeza cuadrada hacia mí.
Vuelve a soltar un grito lastimero y comienza a reptar por las paredes. La mucosa la hace adherente. La miro atónita y doy un paso hacia mis amigos. Ese reptil sin ojos, atraído por el sonido de mis pies, lanza un chorro de baba blanca que consigo esquivar. Ese líquido corroe la roca. Con prisa, arrastro a mis amigos sin ningún cuidado y los introduzco en el túnel por el que llegué aquí. La enorme serpiente es sumamente lenta y sus escupitajos no me alcanzan.
No es lento. Está dormido. Si no lo matas antes de que despierte, no tendrás oportunidad de salir de una pieza, querida.” la voz de la vieja retumba en mis oídos y trago saliva. De acuerdo, protegeré a mis amigos. Ellos están luchando y yo no voy a quedarme atrás.

Capítulo 76

Visualizo un cúmulo de llamas salvajes, violentas, devorando mi piel. Rápidamente, mis brazos quedan envueltos por un mar de brasas que lanzo hacia el cuerpo de la bestia. Impacta pero es como si no lo hubiese sentido. Un alarido retumba en esta especie de cueva y lanza un escupitajo blanquecino hacia mí. Salto hacia atrás dando una pequeña voltereta en el aire y vuelvo a darle un latigazo llameante a mi contrincante. De nuevo, ni un solo rasguño. Es como si esa mucosa no solo fuera su método de adherencia, sino también una especie de exoesqueleto viscoso. Una armadura inexpugnable. Otro chorro de baba que logro esquivar, aunque me doy cuenta de que los movimientos del reptil son cada vez más rápidos. “Se está despertando. Debo acabar con ésto rápido” pienso empezando a angustiarme. Aprieto los puños y baño todo mi cuerpo en unas llamas imposibles de extinguir. El calor que desprendo parece afectar, muy levemente, a la capacidad de pegarse a los muros de la alimaña dado que se resbala un poco. Puede que sea peligroso pero de momento no se me ocurre otra cosa. Abro las piernas asentando firmemente mi cuerpo al suelo. Aspiro e intento reunir todo el fuego posible a mi alrededor. Pronto, comienzo a sudar y siento como si mi cuerpo me pidiera que parase. La sensación que tengo es la de ser una marioneta de carne cuyos hilos son mis propias arterias. Duele, pero no puedo parar puesto que está funcionando: la serpiente se está escurriendo y lucha por mantenerse adherida, abatida en el suelo no podría escupir tan bien como lo hace desde las alturas. Aúno más calor, tanto que muchas rocas ya han llegado a su punto de fusión. Con un monumental ruido, el reptil cae haciendo retumbar los cimientos del mundo. La Montaña gruñe junto con su pegajoso guardián. Un latido discordante maltrata mi corazón; señal de que no podré usar mis poderes durante mucho más tiempo sin sufrir las consecuencias.
Un mar de babas se libera de la boca desdentada del monstruo. Centrada como estoy en relajar el latir de mi pecho, no me doy cuenta de la marea asesina que se cierne sobre mí y me roza la pierna derecha. Grito de dolor pues siento mi carne deshacerse por la acción de la ácida saliva. Mis ojos relampaguean anaranjados. “Vale, ésto ya es personal, maldita culebra” pienso enfurecida. Corro hacia atrás, me impulso en la pared de la caverna y salto, impulsada por el fuego que mana de mis pies, hacia el animal. Descargo una brutal patada lamida por llamas en uno de sus oídos. Se retuerce de dolor y se enrosca enterrando su cabeza. Deja de moverse.
-Eso te pasa por meterte con quien no debes.- digo con chulería.
Le doy la espalda para ver el estado de mis amigos cuando noto un bufido detrás de mí. Me giro despacio y veo el enorme cráneo cuadrado acercarse a tientas hacia mí. Entonces, en su cabeza, se levantan unos pliegues de piel asquerosa y puedo ver dos enormes ojos totalmente negros.
Te dije que no lo despertarás, niña tonta. Ahora vas a tener serios problemas” la voz de la araña tiembla ligeramente. El hecho de que incluso ese horrible arácnido esté asustado no es para nada tranquilizador. Me trago el miedo e intento recuperar parte de mi energía, pues apenas me queda.

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